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lunes, 16 de junio de 2014

¡PENTECOSTÉS: ‘EL FUEGO DE RENOVACIÓN DE LA VIDA’!



     Este evento se remonta primeramente a la confusión de las lenguas en la Torre de Babel cuando Dios confunde la lengua originaria que según se pudiera decir que fue el hebreo, como una tradición judaica. Lo que el simbolismo descifra es que en algún momento el lenguaje y la comunicación se propagaron sobre las nacientes naciones del oriente. Basado en el Génesis del Antiguo Testamento.
   En la tradición judeocristiana se celebra la Fiesta del Pentecostés expresada en el Libro de Hechos de los Apóstoles de su segundo capítulo como es conocido. Es un momento lleno de emociones encontradas por la muerte y resurrección de Jesús a la que estamos familiarizados por la narrativa y lenguaje de la época bíblica. Lo cierto, es que en medio de las más grandes dificultades por la que los discípulos estaban atravesando, la promesa proyectada por Jesús de enviar al ‘otro consolador’ se hizo efectiva en el momento más indicado como motor de renovación, fuerza determinadora y audaz.

     Cabe recordar que en una Fiesta de Pentecostés (en griego) o Shavuot en (en hebreo) se le dio a Moisés siervo de Dios las tablas de la Alianza a la Confederación de Tribus que formaban los Hijos de Israel en desierto del Sinaí, donde se prepararon para entrar a la Tierra Prometida, tal como lo expresa el relato del Éxodo. De igual forma el Pueblo que había sido afligido por la mano imperial del Faraón, estaban en espera de algo que los organizara y les dijeran que debían hacer por todas las cosas tan sorprendentes que habían experimentado.

    Eso es Pentecostés, es una fuerza como de fuego que consume y guía en medio de la adversidad y la perturbación en momentos difíciles y sin saber qué camino tomar. Es ahí donde empieza esa renovación de los paradigmas, es encontrarse uno mismo y con dinamismo retomar un nuevo impulso y llegar a transformarse sin temor alguno.

     Celebramos hoy […] la fiesta solemne de Pentecostés cincuenta días después de la Pascua. Fiesta del Espíritu Santo y de la inauguración de la misión de la Iglesia.

     El relato de Hechos que leemos en la primera lectura es una construcción del escritor lucano. Su finalidad es inminentemente teológica. No es un acontecimiento cronológico sino Kairótico en la misma línea de fiesta de la ascensión…Lucas recoge la fiesta de las semanas del antiguo Israel. Esta fiesta se celebra para conmemorar la llegada del pueblo al Sinaí. La entrega de las tablas de la Ley de Moisés en medio de truenos y relámpagos y viento huracanado.

     El redactor de Hechos toma los elementos simbólicos de resonancia cósmica para manifestar que es una intervención de Dios. Quiere significar la irrupción del Espíritu Santo en la historia humana. Es el comienzo de la etapa definitiva en la historia de la salvación. Es el comienzo de la predicación del evangelio por parte de la iglesia apostólica. Estos elementos también recuerdan el anuncio profético del ‘Día del Señor’. Este pasaje entrelaza elementos históricos y escatológicos. El Espíritu empuja a la Iglesia más allá de las fronteras geográficas y culturales. Por eso todos entienden en su propia lengua. Allí se han dado cita todos los pueblos hasta entonces conocidos indicando la universalidad del mensaje evangélico. Otro elemento importante es el aspecto comunitario: los discípulos están reunidos en comunidad y el anuncio inaugura la nueva comunidad… [1] 
   
     En medio de temores y desesperanzas nos encontramos con la fuerza del Pentecostés lleno de motivación y de desafíos. Esa promesa hecha realidad de que no estaremos solos en las luchas de cada día con su propio afán, de que podemos sobrevivir en la selva de concreto (ciudades), aun cuando la gente pierde su sentido de vida hasta por una marca de comida que los medios le insertan creando un caos mental.

     Vivamos esa fuerza renovadora de la esperanza y fe por la vida. Experimentemos una limpieza purificadora de su fuego que consuma lo negativo y mal creado. Permitámonos despojarnos de los sinsabores de la vida por causa del consumo excesivo, que para sentirnos “felices” y estar “tranquilos” dependemos del dinero que nos conlleva a más desesperación cerrando los verdaderos horizontes que nos muestra una vida libre con la ayuda del Espíritu de Dios.

     Pentecostés es fuerza de vida y renovación de los paradigmas. Alegrémonos por la llegada del Espíritu que con su Energía vigorosa alcanzaremos la victoria.      
         

JAIRO OBREGÓN.

15/06/2014

San Francisco, Venezuela




[1] http://www.servicioskoinonia.org/biblico/140608.htm

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