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AUTOR, ESCRITOR-EDITOR Y LIBREPENSADOR EN MIS BLOGS CON LA TECNOLOGÍA BLOGGER.

sábado, 28 de agosto de 2021

¿DISOCIACIÓN PSICÓTICA POR LA PANDEMIA?: LA NEGACIÓN DE UNA REALIDAD PELIGROSA

 

     

A la deriva: Pareciese, que en medio de todos los acontecimientos, restricciones y padecimientos en todo el mundo por la pandemia del Covid-19 y sus variantes (alfa, beta, delta y más) peligrosas para la salud y la vida, existen muchas personas que “miran, pero no ven”, y “no ven una realidad” como la que está inmersa la población humana.

Bombardeo de la mente: Las personas que no tienen un criterio propio (aun los que tienen un criterio crítico se debe autoafirmarse ante el bombardeo mediático) son presa fácil, de los que quieren que piensen o lo que se le induce en la mente.

Lo que persiguen. Los que trabajan la mente saben cómo hacerlo de manera muy efectiva de día y de noche, no descansan nunca. Persiguen la percepción del miedo, la incertidumbre, la ansiedad, la enfermedad, la muerte. Lo que más les funciona es la “desestabilización” de las emociones mal enfocadas contra la racionalidad. Todo esto neutraliza o activa una contracción psicótica, según los expertos.

Hay de todo: Los que no quieren ponerse tapabocas o se la ponen mal; los que no prestan atención a las recomendaciones sanitarias; los que no quieren tal o cual vacuna; los que no quieren vacunarse por nada; los que creen que si se vacunan les pondrán la marca de la bestia apocalíptica; los que piensan que saben más que los médicos o expertos; los que no les importa ser un posible asintomático que contagie; los que piensan que taparse la boca es comunismo (Europa) o satanismo (EE.UU.); los que no le importa nada ni nadie; los que le echan la culpa a otros, y ellos si se saben cuidar, y los demás no se saben cuidar; los que se sienten intocable por el virus o, los que creen que no serán contagiados nunca; y los que piensan que no pueden morir, o ver morir un familiar o un ser querido; en fin.

Los medios y redes: En un mundo globalizado vía satelital e internet, los grandes medios de comunicación y las redes sociales están “disociando hasta la locura” en muchos casos. La desmedida información, acompañada de la también desmedida desinformación enloquece, aturde, envuelve a más y más personas sin ninguna misericordia. Sus mensajes van directo al “cerebro humano” y es ahí donde comienza el “desajuste emocional”, que se traduce en una “irracionalidad inducida” al control de las neuronas.

Disociación de la psiquis: [Todos saben que no soy psicólogo y no puedo dar un diagnóstico como tal. Sin embargo, para muestra un botón]. La disociación psicótica es el resultado de un proceso sistemático de manipulación mental a través de la implantación de códigos psicológicos por medio de imágenes y mensajes audiovisuales planificada mente dirigidos al consciente y al subconsciente de los individuos con el objetivo de establecer determinados modelos y esquemas de comportamiento y entendimiento que generalmente existente la cual se adapta a los objetivos del ente disociador.

Pierde la definición. El individuo disociado pierde paulatinamente su capacidad de definir el límite entre lo verdadero y lo falso, se hace dificultoso analizar e interpretar razonable y objetivamente sus necesidades, los hechos y los fenómenos sociales, políticos y económicos fuera de los conceptos y patrones que le han sido implantado a través de campañas informativas, publicidad y mensajes difundidos principalmente por los medios de comunicación masiva [de la] prensa, televisión, radio, cine, Internet [redes sociales] etc.

¿Qué persigue? Este proceso persigue la alteración, la confusión y la deformación de la conciencia social y/o particular del individuo, interviniendo su sistema de valores y creencias para fijar determinados conceptos y patrones de comportamiento con fines ideológicos, políticos y comerciales separando al individuo de la verdadera realidad circundante y anulando parcial o totalmente su libre albedrío para hacerlo vulnerable y dependiente de una idea, un producto o de una entidad política, económica y religiosa. [Como es el caso de la Pandemia del Covid-19 y todo lo que ello implica].

El arsenal mediático: El ente disociador utiliza principalmente el arsenal mediático como instrumento [en el caso de la pandemia para confundir, puesto que, confundir es el primer paso de la locura o un tipo de alteración en la percepción, es decir hacer ver lo que no es] para imponer y justificar sus objetivos de una manera sutil pero muy eficaz [casi imperceptible, ni se nota, está escondida en la propaganda], creando conceptos y necesidades ficticias [que se creen a rajatabla], colocando en la mente de los individuos formas y maneras de pensar y actuar en la mayoría de los casos [en un imaginario inducido o manipulado] distinta a la cultura [religión] e idiosincrasia de las víctimas y paradójicamente usando sus valores culturales propios para implantar conceptos y modelos de la vida distintos [una sub realidad que no pueden mirar lo que está a su alrededor muchas veces].

Inconformidad mental. Esta inconformidad mental hace que el individuo pierda la posibilidad de reconocer su disociación y cuando la realidad verdadera o por él negada se impone [o le golpea en la cara una y otra vez] puede llegar a extremos de angustias, frustraciones, resentimientos, y odios que puede ser preludio de episodios de violencia dirigidos hacia su entorno contrario [la negación o culpabilizar todo lo que crea paradójico] y hacia todo aquello que represente lo opuesto a su realidad mediáticamente creada [por las redes sociales y los medios de comunicación. Es más importante los diga WhatsApp en los audios y videos que la misma realidad].

El disociado en sí. El individuo disociado niega [hasta la saciedad obstinada] todo lo que pueda [ser] distinto a su escala de aceptación y comprensión [de una manera sorprendente], aun ante una realidad contundente [que casi siempre sucede de algo que “creyó” y “no pasó”] y a la vista [de todos y todas] siempre buscara [hurgará como las gallinas] alternativas y argumentos fuera de lógica y hasta irracionales [de manera descabellada o absurdo] para reafirmar su negación [a toda costa, puesto que lo que él o ella niega es la verdad por encima de la situación] de esta realidad [la manipulación entre más silenciosa es mejor, puesto que la defenderán con ahínco].

Defienden la fuente disociadora. Igualmente buscará aceptación e identificación de [los] principios con la fuente que ocasiona su disociación y grupos [amigos o familiares de las redes sociales] afines [seguro que lo dijo “tal persona” que es “amigo de alguien”, o un “médico que dijo tal verdad” que nadie la puede negar], con lo que de manera inconsciente reforzara aún más el problema de confusión y deformación de su conciencia [y estará pegado a su móvil o teléfono o la televisión, esperando, que suceda lo que predijo o algo novedoso u oculto que salga].

En el foco. En el fondo de este proceso de alienación, generalmente aplicado por los estamentos de poder [como por ejemplo la Big Fharma con las vacunas: hace un año, “póntela”, o “no te la pongas, un año después”, o mejor dicho como quieras…], lo que subyace es el objetivo de imponer un determinado orden político, económico, religioso o social con la finalidad de mantener la supremacía de clase o de intereses y ejercer control social y efectivo.

Quien mece la cuna. El ente o estamento disociador [los medios, redes o las empresas farmacéuticas] bajo la premisa de valores asociados principalmente a la acumulación de dinero y poder político siempre actuará en favor de sus intereses y conveniencias, las consideraciones de justicia social y redistribución equilibrada de la riqueza de un país [o región] pasan a ser propósitos de tercer nivel [mucho menos a las personas afectadas de la realidad convirtiéndolas en negacionista por sí misma].

Mecanismo de control. En el campo de la política y la guerra [la pandemia pasó de ser una situación sanitaria a una delimitación geopolítica a niveles no visto antes por una enfermedad] este mecanismo de control social utiliza frecuentemente las armas de la tergiversación [o sutileza], la desinformación [falsas noticias] y la repetitividad [repite, repite 100 veces una mentira y se convertirá una “realidad”] para desvirtuar [esa] realidad y anular mediáticamente al oponente. [A estas alturas todos creen que tienen la verdad verdadera y nadie quiere perder la supuesta verdad, puesto que son verdades contra verdades supuestas por los medios y redes en las neuronas de la mente humana].

Control de los intereses. Todas las corporaciones que controlan los medios de comunicación, informática e Internet más importantes del mundo están atadas y al servicio de los intereses políticos, militares, financieros y comerciales del imperio [o las corporaciones del Gran sistema que opera en el mundo], forman parte activa e importante de la superestructura que detentan la hegemonía y el control del mundo, estos son los factores disociadores que han sometido a la mayoría de los ciudadanos a una sostenida practica de manipulación y control mental. (Aporrea / Mecanismo de control social / Disociación Psicótica / Por: Edgar Quintero / 06-08-2011 / Fuente Web /  https://www.aporrea.org/oposicion/a127961.html).

Abriendo conciencia: Pienso que aparte de la situación pandémica que azota al mundo, se debe prestar atención a la situación de disociación psicótica de la pandemia o por la pandemia. Tanto la una como la otra se debe atender con mucho cuidado, y no dejarlo a los medios y redes de la mentira que enloquece consuetudinariamente. Cuidado con los que de manera silenciosa traman la pos verdad, o la gran manipulación mediática. Hasta el mejor cazador se le va la presa, y en el descuido está el peligro. No al complejo de Blanca Nieves (lobo feroz) o de Alicia en el País de las maravillas.

Cierres: No podemos cerrar desde la desesperanza. Aprendamos a cuidarnos en lo que podamos elevando la conciencia ante la manipulación y la mentira. Sabemos cómo hacerlo. Le pedimos a Dios y a la vida que nos ayude con este cometido. Otro mundo es posible.

En esto pensad

JAIRO OBREGÓN

27/08/2021

Maracaibo, Venezuela