El Medio Ambiente, es un
tema ecológico de suma importancia para la concientización de lo que denominaríamos
una Pastoral Ecológica de cuidado por todo lo que hemos maltratado o dañado
como por ejemplo a nuestra Madre Tierra. El antiquísimo mito de que el Hombre y
la Mujer cuidaran la Tierra está por verse, dado, que, la Tierra se sabe cuidar
sola y no necesita al “hombre” para cuidarse –valga la redundancia- porque ella
no pueda. La Tierra puede seguir su carrera sin el hombre. Ahora, esa Pastoral
es para tratar de devolverle lo que le hemos quitado: su tranquilidad.
Alzamos la Voz en cuello, como aquellos
profetas –bíblicos- que denunciaban el pecado –maldad- que iba en contra de los
designios de Dios. Hoy, debemos alzar la voz contra los pecados del Medio Ambiente y de sus implicaciones.
La UNESCO, como órgano de las Naciones
Unidas expresa la relevancia del recordatorio de cada 5 de Junio cuando se
celebra el “Día Mundial del Medio
Ambiente”. Veamos.
“El
Día Mundial del Medio Ambiente reviste particular importancia en 2014 cuando
celebramos el año Internacional de los Pequeños Estados Insulares en
Desarrollo. Estas ‘pequeñas islas’ son en realidad ‘vastos Estados oceánicos’
cuya superficie terrestre solo representa una parte de su territorio y cuya
experiencia es vital para todos los habitantes del planeta azul.
En el último informe del Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) se subraya que los pequeños
Estados Insulares en Desarrollo son extremadamente vulnerables al cambio
climático. Debido a la multiplicación de los ciclones y las inundaciones
costeras, los habitantes de estas islas viven en situaciones de gran
precariedad. La acidificación del océano combinada con la creciente intrusión
del agua salada en los acuíferos de agua dulce debido a la elevación del nivel
del mar entraña riesgos considerables para la seguridad alimentaria de todos
quienes dependen directamente del mar para alimentarse, al igual que más de
2.600 personas en el mundo…” [1]
Es alarmante observar el grado de
deterioro y la falta de conciencia planetaria. El Homo Sapiens se ha convertido
en el Homo Destructor del ecosistema. La industria, el mercado y los bancos son
mucho más importantes que la vida en el Planeta Tierra. La verdad asolapada de
esto es que las Islas se vean amenazadas por sobrevivir es porque los océanos se
recalientan a niveles insoportables; por la vanidad y el lucro descontrolado y
por haber personas alienadas y alienantes que no le importa nada con tal de
engordar su ego escondido de ambición.
Alzamos la Voz, con gritos denunciantes,
alzamos la Voz contra los egocéntricos y arrogantes, alzamos la voz de los que no tienen voz, de
los pobres y desposeídos que son los que más sufren en estas islas olvidadas
por ignominia.
Abramos los ojos llenos de grosura y el despilfarro.
Nuestros hijos, y sus hijos, de hijos tendrán en sus hombros esta urgencia de
vida. ¡Carajo! Las islas se hunden ante nuestros ojos y no queremos darnos
cuenta que por culpa nuestra y nada más nuestra. Los animales y los ecosistemas
no calientan océanos, no botan bolsas plásticas formando nuevas islas de
polietileno, no fabrican plantas nucleares que reciclan sus aguas con el océano
–caso de Fukushima, Japón- por no decir más.
La ambición mata al planeta. Cuando la
Tierra se canse, ella misma volverá a una sexta glaciación que cubrirá y
llenará todo. En todo caso la Tierra tendrá que defenderse de la última especie
que salió de ella llamado “humano”.
JAIRO OBREGÓN.
25/05/2014
San Francisco, Venezuela
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