En
esta Reflexión de la cultura oriental paso a describir un poco lo que sucede en
la vida de muchas personas de la cultura occidental: ver las cosas por las
apariencias, el enfrascarse en la obstinación, el prejuzgar ante los
acontecimientos. Muchas veces la lógica de una mente acostumbrada a pensar más
de lo debido sin mirar verdaderamente el fondo de las cosas y buscar el sentido
real y consistente de lo que pasa en nuestro interior. Veamos.
Un
día cuando caminaba en una región montañosa Gahutama Buda, bajo el sol del
medio día le dijo su discípulo Ananda: Cuando atravesamos las montañas pasamos
un arroyo, puedes retroceder el camino y traerme un poco de agua.
Ananda
deshaciendo el camino llegó al agua pero cuando estuvo allí se dio cuenta de
que unas carretas acababan de atravesar embarrándolo todo. Las hojas muertas
que antes yacían en el fondo, ahora flotaban sobre el agua y no era bebible, no
podía llevársela a Buda, así que regresó, además sabía que más adelante corría
otro rio de agua cristalina.
Ananda
protestó: -Entiéndelo, entre que llegamos aquí pasaron unas carretas por el
riachuelo y el agua ya no es bebible.
Buda
le dijo: -Lo sé, ve y siéntate en la orilla, lleve el tiempo que lleve. Siéntate
y no te metas en la corriente porque si te metes en ella la ensuciaras de
nuevo, solo observa y no hagas nada, el barro se asentará, entonces llena mi
cuenco y regresa.
Ananda
se sentó a esperar y esperando vio que el barro y las hojas se iban asentando despacito
dejando el agua clara y pura tal es su naturaleza, llenó el cuenco y comprendió
lo que Buda intentaba decirle.
No
te metas en el rio, no sigas la corriente de tu mente, espera en la orilla y
observa la naturaleza de tu mente; es esa claridad cristalina, ensuciada por
pensamientos y emociones pasajeras. “Aun cuando las situaciones se vean turbias
como el agua del rio en esta historia y sintamos desesperación, lo único que
tenemos que hacer es detener el dialogo interior. Cuando en tu mente se encuentre
en silencio, puedes escuchar tu sonido interior…tu verdadera esencia¨.
Muchas
veces no entendemos las cosas que nos suceden en nuestro interior y a nuestro
alrededor. El camino de la vida nos enseña a cada paso el paso que debemos
seguir. Lo que pasa afuera es porque pasa adentro. Los miedos externos son
nuestros miedos internos. Estamos acostumbrados a tener el control o la razón
de todo cuando muchas veces no es así. Cada cosa que pasa nos enseña, cada cosa
se debe aprender, cada cosa es una experiencia única. Se mira pero no se ve. Se
habla pero no se siente. Se razona pero no percibimos. Decimos que entendemos y
se nos olvida lo esencial.
Las
apariencias no son buenas consejeras. La vida es una gran escuela donde la
lección se repite sino la aprendemos de verdad. La sabiduría está en las
pequeñas cosas. Aprender de las pequeñas cosas nos da la sabiduría. La paz
interior es la mejor medicina que se resalta en la paz exterior. Saber esperar
en el tiempo nos da la salida a una situación equivocada o inesperada.
Nada
cambia excepto mi actitud, por eso todo ha cambiado.
Tu
eres la mayor riqueza para ti mismo, y esa riqueza nadie puede quitártela.
Porque tú no eres lo que tienes, sino lo que eres.
Jesús
dijo: ":..y aprehended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso
para vuestras almas..." (Mt. 11:29).
En
esto pensad.
JAIRO
OBREGÓN
12/02/2018
San
Francisco, Zulia, Venezuela.
Fuente:
La Espiritualidad.