En la entrega
anterior, tocamos el tema que se ha convertido en común denominador: “El Chikunguña” (en lengua
africana) en nuestros poblados de América Latina y el Caribe, así, como en
otras partes del mundo.
Las cosas
no pasan por desapercibido, en otras ocasiones las enfermedades derivada de
animales como la “zoonosis” se ha desarrollado y expandido, y por supuesto, una
mágica cura y solución que tiene sentido si se habla de dinero. Estamos hablando
de la Industria Farmacológica a nivel mundial. Tal como pasa con los programas
electrónicos de internet, se crea el virus con su antivirus. Eso pasa a cada
rato, estamos familiarizados en lo digital. No es de extrañar para nada, que
eso este pasando con el chikunguña, la enfermedad del hombre retorcido, lo que
es igual decir, una artritis viral sea una invención de un cerebro escondido,
que no da la cara.
Recordando
un poco con la fiebre “AVIAR” y del “H1N1”, de pronto se presentaron,
contagiando a medio mundo. De la nada desaparecieron, y la cura la tenían a la
vista, para ser comprada con celeridad. Luego, todos supimos que una importante
marca de medicinas estaba en aprietos económicos y se recuperó en el mercado
mundial. Así de no más.
Las
opiniones de los especialistas y médicos varían a cada rato, unos dicen que los
mosquitos infestados (aedes aegypti y aedes albopictus) sirven de vectores al
contagio, otros dicen que ha mutado el virus, desde luego, algunos lo afirman y
otros lo niegan en la guerra de la información y desinformación. Lo que si
vemos que ya se anuncia una vacuna para ser probada y comercializada con
patente autorizado. Esa es la verdad oculta a nuestra modesta manera de ver.
Aparte del
Chikunguña, está sonando duro el Ébola con su carga muy preocupante y prestar
mucha atención por parte de las autoridades de los países de la región por ser
un virus mortal. Los países progresistas del ALBA están preparándose ante la
llegada del virus. Sin embargo, sabemos que sigue siendo una zoonosis y que al
no tener un sistema inmunológico sano por alimentarse bien, las medicinas y el
aseo adecuado, es altamente peligroso. Sería bueno preguntarle al bolsillo sí,
alcanza los “chavos”, “pesos” o “bolívares” para comprar la cura antes que se
acabe.
La Organización Mundial de la Salud, no
proporciona nada o muy poco para prevenir y combatir estas epidemias para que
no se convierta en una pandemia incontrolable. La OMS se calla la boca ante los
grandes laboratorios. Esa es la verdad pura.
La imaginación
vuela, y es que la hacen volar, los grandes centros del poder mundial nos manipulan
a su antojo y no nos queremos dar cuenta del negocio escondido detrás de estos virus que afectan a la salud para
sacar jugosas ganancias con la desgracia ajena. Reflexionemos, con la salud no se juega.
Cada vez
que aparece un virus “raro”, podemos asegurar sin temor a equivocarnos que a “alguien”
bien escondido le está yendo mal, no le está alcanzando el dinero, o está en
bancarrota, lo hablamos en nuestro idioma coloquial. No nos están diciendo la
verdad, se crea la enfermedad y se crea la cura. No me causaría asombro encontrar
un “mercado” de virus y bacterias en pasillo, y la solución medicinal en el
otro. ¡Dios de los pobres! ¿Quién podrá comprar la salud?
JAIRO
OBREGÓN
09/11/2014
Maracaibo, Venezuela