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jueves, 1 de abril de 2021

¿ES POSIBLE TENER UNA SEMANA SANTA DIFERENTE A LA DE LA REDENCIÓN MEDIEVAL DE ANSELMO DE CANTERBURY?

 

  

Otra Semana Santa a-típica

Contexto: El año pasado (2020) tuvimos una Semana Mayor bajo el asedio del Nuevo Coronavirus (Covid-19), donde, se detuvo la economía, el turismo y un sinfín de actividades propias de esta época contemporánea bajo un gran confinamiento. Este año (2021), continuamos con las segundas, las terceras y las cuartas oleadas de contagios y muertes en el mundo, sobre todo, el occidental. Estando en una guerra por las vacunas, por la mezquindad de los países ricos contra los países pobres y, ahora, bajo unas “nuevas variantes” de la misma cepa del Sars-Cov2, como la P.1 y P.2 que brotó en Brasil y que amenaza a toda Latinoamérica y el mundo.

Reflexiones en perspectivas

Entendimiento: Desde luego, no es nada fácil tal desafío de 21 siglos de cristiandad o cristianismo, entender, todos los supuestos que derivan de las fuentes y fórmulas que se fue tejiendo en el tiempo. Todo lo pasado ha sido concebido desde la perspectiva pasada, apegada a la vida y los acontecimientos abstractos que, en su momento, tenían una relevancia de la época y que, ahora, ha evolucionado con el tiempo a cuesta. Creo, que ha sido el paso del tiempo que ha mutado o develado los aspectos que dieron los cimientos de la religiosidad que, nos caracterizó en buena parte de los contextos.

Propósito: Volvemos con la temática de hace poco tiempo ya lo tocamos en nuestro Blog (Jairo Obregón): Es por ello mi intención dar paso a develar lo velado (basándonos en las fuentes evangélicas y cristianas; y más aún, en la nueva mirada investigativa genérica de nuestra época contemporánea): la Redención constituida de Anselmo de Canterbury en el siglo XI hasta este siglo XXI – es la semana santa que conocemos y que se desvanece sola- dónde se devela y, se desestructura por sí sola con el paso del tiempo. El tiempo y la historia han jugado un doble papel: la estructuración por un lado, y, la desestructuración por el otro lado. ¿Qué nos toca a nosotros por contribuir? De no hacer nada o dejarlo a la suerte, se puede terminar de petrificar y con ello la muerte. 

¿Quién fue Anselmo de Canterbury?

Wikipedia: “San Anselmo de Canterbury O.S.B Aosta, 1109), conocido también como Anselmo de Aosta, por el lugar donde nació, o Anselmo de Bec, si se a la población donde estaba enclavado el monasterio del cual llego a ser prior, fue un monje benedictino que ejerció como arzobispo de Canterbury durante el periodo de 1093-1109. Destacó como teólogo y filósofo escolástico. Doctor en teología. Como teólogo, fue un gran defensor de la Inmaculada Concepción de María y como filosofo se le recuerda, además de ser celebre argumento ontológico, por ser padre de la escolástica…” (Wikipedia / Articulo / Anselmo de Canterbury / Wikipedia es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro / Fuente Web / https://es.wikipedia.org/wiki/Anselmo_de_Canterbur).

En ambas posturas que hemos definido me declaro incompetente. El “misterio” revelado ha sido develado. Nadie, puede atribuirse tener el monopolio de la verdad como tal. Todo lo expuesto –que compartimos- es en perspectivas, sabiendo que, necesitamos del constructo para dimensionar la fe, la esperanza y el amor en Jesús y su causa que se traduce el Reino de Dios y su justicia. Esta es nuestra verdadera entrega y verdadera lucha.

Referencias teológicas intrasistémicas

Comentarios: “En efecto, muchos de nuestros comentarios al uso pareciera que se mueve en ‘otro mundo’, un mundo propio de referencias teológicas intrasistémicas, que funcionan con una lógica diferente a la real, y que parecen estar de antemano inmunizado contra toda crítica, porque, en este ambiente bíblico-litúrgico al que están destinados, en las homilías, todo debe ser escuchado y recibido sin discusión, sin espíritu crítico, con mucha fe. Los que tenemos una fe más o menos crítica, una fe que no quiere dejar de ser de personas de hoy y de la calle, nos preguntamos: ¿Es posible celebrar de otra manera? ¿Así como buscamos ‘otra forma’ de creer, hay ‘otra forma” de celebrar y acoger la semana santa?

Veamos. Comencemos preguntándonos: ¿Qué sienten, que sentimos, ante la semana santa, muchas personas creyentes de hoy?”

¿Qué se siente en la Semana Santa hoy?

Sentir generalizado: “Muchos creyentes adultos (trabajadores, profesionales de las más variadas ramas, y también intelectuales, o simplemente personas cultas) se sienten mal cuando, en semana santa, por la especial significación de tales días, o por acompañar a la familia –y con el recuerdo de una infancia y juventud tal vez religiosa-, entran en una iglesia, captan el ambiente, y escuchan la predicación. Se sienten de pronto sumergidos en aquel mundo de conceptos, símbolos y referencias bíblicas… que elaboran un mensaje sobre la base de una creencia central que fuera del templo uno nunca –toca- en ningún dominio de la vida: la Redención. Estamos en Semana Santa, y lo que celebramos –así perciben en el templo- es el gran misterio de todos los tiempos, lo más importante, que ha ocurrido desde que el mundo es mundo: la Redención… El ‘Hombre’ fue creado por Dios (sólo en segundo término la mujer, según la Biblia), pero ésta, la mujer, convenció al varón para que comieran juntos una fruta prohibida [que se dijo que era “manzana” donde no se produce manzanas sino higos] por Dios. Aquello fue la debacle del plan de Dios, que se vino abajo, se interrumpió, y hubo de ser sustituido por un nuevo plan, el plan de la Redención, para redimir al ser humano que cayó en ‘desgracia de Dios’ desde la comisión de aquel ‘pecado original’, debido a la infinita ofensa que dicho ‘pecado’ le infligió a Dios”.

“Nuevo” plan de Redención       

Observamos: “Ese nuevo plan, de Redención, exigió la ‘venida de Dios al mundo’, mediante su encarnación en Jesús, para así ‘asumir nuestra representación jurídica ante Dios y pagar por nosotros a Dios una reparación adecuada’ por semejante ofensa infinita. Y es por eso por lo que Jesús sufrió indecibles tormentos en su Pasión y Muerte, para ‘reparar’ aquella ofensa y redimir [redimir=comprar con precio de sangre] así la Humanidad, y consiguiéndole el perdón de Dios y rescatándola del poder del demonio bajo el que permanecía cautiva”.

[Redimir, es una compra a precio de sangre para reparar una falta grave con base jurídica, más o menos es una compra legal que se hacía a los esclavos, añado].

Comentario: “Esta es la interpretación, la teología sobre la que se construyen y giran la mayor parte de las interpretaciones en curso durante la semana santa. Y éste es el ambiente ante el que muchos creyentes de hoy se sienten mal, muy mal. Sienten que se asfixian. Se ven trasladados a un mundo imaginario que nada tiene que ver con el mundo real de cada día, ni con la ciencia, el de la información, o el del sentido más profundo de su vida. Por este malestar, otros muchos cristianos no sólo se han marchado de la semana santa tradicional, sino que se alejado de la Iglesia”.

¿Hay otra forma de entender la Semana Mayor?

Otra manera de entender: “¿Hay otra forma de entender la Semana Santa, que nos obligue a transitar por el mundo manido de esa teología en la que tantos ya no creemos?”.

La duda histórica: “¿Hemos dicho ‘no creemos’? Ante todo, hay que decir –para alivio de muchos- que efectivamente, se puede no creer en tal teología. No se trata de ningún ‘dogma de fe’ (si lo fuera, tampoco ello lo haría creíble). Se trata de una genial construcción interpretativa del misterio de Cristo, debida a la intuición medieval de san Anselmo de Canterbury, que desde su visión del derecho romano, construyó, ‘imaginó’, una forma de explicarse así mismo el secreto sentido de la muerte de Jesús. Estaba condicionado por muchas creencias propias de la Edad Media, e hizo lo que pudo, y lo hizo admirablemente: elaboró –una- fantástica interpretación que cautivó las mentes de sus coetáneos tanto, que perduró hasta el siglo XXI. Habrá que felicitar a san Anselmo, sin duda”.

Una interpretación más allá de la Redención

Porque es importante: “El Concilio Vaticano II es el primer momento eclesial que supone un cierto abandono de la hipótesis de la Redención, o, para decirlo de otra manera, de una interpretación de la significación de Jesús más de la Redención. Por supuesto que en los documentos conciliares aparece la mentalidad del concepto, numerosamente incluso, pero la estructura del pensamiento y de la espiritualidad conciliar van más allá de él. El significado de la Iglesia posconciliar –no digamos para la Iglesia con espiritualidad de la liberación- deja de pasar por la Redención, por el pecado original, por los terribles sufrimientos expiatorios de Jesús y por los genial ´sustitución penal satisfactoria’ ideada por Anselmo de Canterbury… Desaparecen estas referencias, y cuando sorpresivamente se oyen, suenan extrañas, incomprensibles, o incluso suscitan rechazo. Es el caso de la película de Mel Gibson, que fue rechazada por tantos espectadores creyentes, no por otra cosa que por la imagen del ‘Dios cruel y vengador’ que daba por supuesta, imagen que, evidentemente, hoy no sólo ya no es creíble, sino que invita vehementemente al rechazo, repugna”.

¿Cómo celebrar la Semana Santa hoy?

Nos preguntamos: “¿Cómo celebrar la semana santa cuando es un cristiano que ya no comulga con esas creencias? Uno se siente profundamente cristiano [laico], admirador de Jesús, discípulo suyo, seguidor de su Causa, luchando por la misma utopía [anti-sistema-imperial]…pero se siente mal en ese otro ambiente asfixiante de las representaciones de la pasión al nuevo y viejo estilo de Mel Gibson, de los viacrucis, los pasos de las procesiones de semana santa, las meditaciones de las siete palabras, las horas santas que retoman repetitivamente las mismas categorías teológicas del san Anselmo del siglo XI… estando como estamos en el siglo XXI” [enfrentando una pandemia global y, con toda una gran crisis sistémica-económica-hambruna y, de cambio climático, hacia una conflagración bélica nuclear sin precedentes]…

Antes de Semana Santa eran fiestas originarias

Raíces ancestrales: “Bajo la semana santa que oficialmente se celebra, no dejan de estar, allá, lejos, bien adentro de sus raíces ancestrales, las fiestas de los indígenas originarios ya hacían sus celebraciones sobre la base cierta de equinoccio astronómico. Se trata de una fiesta que ha evolucionado muy diferentemente en cada cultura, y muy creativamente al ser heredada y recreada también por los israelitas nómadas como fiesta del cordero pascual, y después transformada por los israelitas sedentarios como fiesta de los panes ácimos, en recuerdo y como reactualización de la Pascua, piedra angular de la identidad israelita… Fiesta que los cristianos luego cristianizaron como fiesta de la Resurrección de Cristo, y que sólo más tarde, con el devenir de los siglos, en la oscura Edad Media, quedó opacada bajo la interpretación jurídica de la redención…”

¿Por qué pues, estar prendidos en la Semana Santa medieval?

Interrogantes: “¿Por qué quedarse, pues, prendidos de una interpretación medieval, cautivos a una teología y una interpretación que no es nuestra, que ya no nos dice nada, y que podríamos abandonar porque ya cumplió su papel? ¿Por qué no sentirse parte de esta procesión tan humana y tan festiva de interpretaciones y hermenéuticas, de mitos y ‘grandes relatos’ incesantemente renovados y recreados, y aportar nosotros también a esta trabajada historia nuestra parte, lo que nos corresponde hoy, creatividad, responsabilidad y libertad? No podemos dejar de pensar que ‘Otra semana santa es posible’… ¡y urgente! Y también legítima, por los menos”.

No desarrollaremos una nueva interpretación de la Semana Mayor

Nos abstenemos: “No vamos a desarrollar aquí nosotros una nueva interpretación de estas fiestas. Bástenos ahora cumplir una pretensión doble: aliviar a los que se sentían culpables por desear que ‘otra semana santa es posible’, por una parte, y, por la otra, de invitar a todos a la creatividad, libre, consciente, responsable y gozosa. No en todas partes o en cualquier contexto será posible, pero si lo harán en muchas comunidades concretas. Si no es en la mía, podría serlo en alguna otra comunidad más libre y más creativa que tal vez no esté muy lejos de la mía… ¿Por qué no preguntar, por qué no buscarla?”

La mirada retrospectiva: “No obstante, la recuperación de la teología de la liberación (TL) hizo de esta temática corta hoy. La TL releyó la visión tradicional cristiana desde la perspectiva histórica y reinocentrista y desde la opción por los pobres, sí, pero dejó simplemente a un lado lo que no creyó recuperable, y no sometió a crítica los supuestos profundos de la visión clásica; simplemente los ignoró. En este sentido, la propuesta de la TL no fue realmente nueva, sino una ‘propuesta nueva pero desde los mismos presupuestos’… Hoy esos presupuestos están en crisis, y ahora sólo nos puede servir una propuesta realmente nueva, es decir, desde presupuestos nuevos, por ejemplo: sin ‘dos pisos’ (este mundo junto al otro mundo) sin el histórico ‘pecado original [que no es histórico, ni ningún pecado original que no existió como tal, fue una narrativa presupuestada por el paso del tiempo antiguo hasta el actual], sin un Dios-theos ahí fuera que se pueda ofender gravemente por un supuesto pecado humano, sin un Dios antropomórfico que pueda exigir ‘reparación para con su dignidad ofendida’, sin unos mitos entendidos como narraciones históricas literales…”.

Recordemos todos: “Acabaremos recordando que, como es obvio, la problemática de la Redención no es del Domingo Ramos, ni siquiera de la semana santa… sino de todo el cristianismo [católico romano, ortodoxo ruso, occidental protestante, pentecostal estadounidense y, toda la cristiandad generalizada, aun, movimientos diversos, la comunidad laica y grupos independientes a saber]; afrontarla, tratando de agarrar el toro valientemente por los cuernos, no es tarea para un domingo ni para una semana, sino para todo el año…pero un domingo de Ramos [como el ya pasado] es una buena ocasión para plantearlo más detenidamente. Lo dejamos a manos de ustedes, lectores individuales y comunidades lectoras…”. (Servicios Koinonia / Servicio Bíblico Latinoamericano / Semana del 28 de marzo al 3 de abril de 2021 / Fuente Web / https://servicioskoinonia.org/biblico/210328.htm)...  

Consideraciones a saber concluyentes

Aclaración personalizada: Con temor y temblor, doy mi parecer –humildemente- de acuerdo a lo que hemos expuesto, tomando en cuenta las fuentes y fórmulas que dieron la comprensión que nos legaron los antiguos y los medievales, sin que esto signifique una interpretación nueva o una revelación traída de la nada, nada de esto. En lo personal, solo pienso que, Jesús muere como profeta, por el Reino de Dios y su Justicia, y no tanto, por una “deuda” u “ofensa” tan grave que sacudió a Dios theos (iracundo y cruel) que en su dignidad fue ofendida por el “pecado” de unos seres que comieron tal cosa. Jesús no es causa de redención que rescata para pagar un tributo romano o de lo que sea, Jesús es causa del reino de su Padre y por ello muere y resucita, esto se nos va la vida, esta es la causa y lucha en que vivimos. La Redención romana ansélmica medieval así como perduró muchísimo en el tiempo, se está cayéndose a pedazos por sí sola, el mismo paso del tiempo que la catapultó, es el mismo paso del tiempo que la esta estrellando en el suelo y polvo del olvido de la historia. Nadie intervino en esto. Diez siglos que se viene hablando de este supuesto, que se volvió un presupuesto que ha cautivado a millones de personas de sentirse “pecadoras” por “algo” que ocurrió, y que está condenada la humanidad por una tal desobediencia “adánica” y “evanica” (por algo que nunca pasó y nunca se pecó porque no ocurrió) es simplemente una interpretación de aquel tiempo que nada tiene que ver con el contexto bíblico teológico actual, en una Era moderna o post-moderna hacia una Era cibernética y otra Era cuántica que se vislumbra en el tiempo, de acuerdo a cómo el hombre no termine en adelantar una nueva Era glacial, denomina el “antropoceno”. Desde luego, como creyente en Jesús y su causa el Reino de Dios y su Justicia a favor de los pobres, enfermos, desposeídos y olvidados de la historia, creo, que Dios mismo se manifestará de una manera inimaginable trayendo hacia nosotros su reino, y cierro con las palabras juaninas de “ven pronto Señor Jesús.    

-Ante lo antes expuesto, es menester entender la necesidad de rencontrarnos, reevaluar, revisar en continuo el conjunto de interpretaciones que, en un tiempo definido, crearon los cimentos fundantes de la doctrina y dogma de fe cristiana.

-Lo que pasó en la alta edad media, no puede, seguir siendo la base de lo creído a raja tabla, por la imposición religiosa (sistémica) que nos ató y atornilló a la dominación bajo la excusa de la fe en Cristo –puesto que siento que nada se hace fortuitamente, porque la mejor manera de dominar es por las creencias que se tienen. La fe se puede convertir en dominación.

-Siento que, Jesús ha sido tomado para los fines que cada quien quiso obtener. Necesitaban, mantener a los creyentes sometidos con las mejores “argumentos” o “argucias”, aun, fuera del contexto y circunstancias en esa época, como las demás, estaba en el tapete lo que diez siglos después perdura, aunque, en este tiempo, de la era cibernética, informática y cuántica que nunca antes se había visto en la historia de la humanidad. Seguir con lo mismo no tiene sentido. No es necesario.

-Creo, que estamos ante una nueva revelación que nadie la dictará, puesto que, vendrá sola trayendo la utopía que tanto esperamos del Reino de Dios y su Justicia. Nuevos tiempos estamos viviendo, aun, en medio del caos que sólo vemos alrededor. A pesar de todo, no todo está perdido; el Dios de la compasión; el Dios de la historia; el Dios de la vida nos ayudará hoy, mañana y siempre. Amén.

En esto pensad

JAIRO OBREGÓN

01/04/2021

Maracaibo, Venezuela