Existe un fuerte debate del dilema de la navidad o
natividad o nacimiento de Jesús en estas fechas del 24 y 25 de Diciembre de
cada año. Esta fiesta tan controversial hace que existan varios bandos –por así
decirlo- que entran en conflictos e incoherencias, donde sale ganando son los
señorones del comercio injusto, los que marcan descaradamente las luchas de
clases, es decir, quien tenga mucho dinero por encima de los desposeídos.
Pero,
¿Cómo se originó ésta fiesta? ¿Cómo la podemos interpretar? ¿Quiénes la
originaron? ¿Qué vamos hacer con el mito antiguo? ¿Qué pasará con la diversidad
cultural que mantiene esta fecha? Son muchas las preguntas y son pocas las respuestas
en torno a este tema que unos celebran, otros lloran y los otros denuncian.
Dos
Milenios se dice fácil, hablar de Dos Mil años por lo menos es de pensar. Sin
embargo, para algunos estudiosos esto se originó en fechas mucho más antiguas,
cuando después de la narrativa bíblica del diluvio y la nueva descendencia de Noé
y sus tres hijos Sen, Can y Jafet. Es el libro del Génesis quien relata que
después del diluvio –universal- un célebre personaje dominó la esfera llamado
Ninrod que llegó a ser el primer Emperador de varios reinos, incluyendo el
babilónico.
Esta leyenda
muy vetusta refiere que hubo una mujer esposa del Emperador llamada Semiramis,
la cual fue conocida por varios nombres en las diferentes culturas, tuvo un
hijo a quien llamó Tammuz, que fue concebido de manera sobrenatural y que éste
niño era el salvador del mundo. La curiosidad estriba en que nace según el
calendario gregoriano en la fecha del 25 de diciembre en compensación de su
padre que estando ya muerto, Semiramis lo concibe en el espíritu, por lo tanto,
su nacimiento tenía un significado para la época llena de cuentos y leyendas en
la tradición oral hasta el día de hoy. Más o menos estos fueron los comienzos
de lo que hoy festejamos como la navidad.
Según los
judíos –que aceptan a Jesús como Mesías- el nacimiento se dio en una
celebración llamada la fiesta de las ¡Cabañas! Donde recuerdan cuando ellos
estuvieron en el desierto por cuarenta años con Moisés. La fecha es también
controversial porque se originó dicho nacimiento entre los meses de
Septiembre—Octubre aproximadamente. Para los judíos la navidad como tal no
existe, es una fiesta de occidente atribuida después del Imperio Romano. En los
evangelios de Mateo y Lucas da unas pistas de esta aseveración histórica. Jesús
nace después del nacimiento de Juan el Bautista seis meses después.
E
incluso, los musulmanes –por lo general- tienen la idea del nacimiento y
sugieren varias fechas como el 19 de abril, 20 de mayo, 6 de junio, 17 de
noviembre y también el 25 de diciembre. Lo que sí aducen es que fue la Iglesia
de Roma y algunas otras Iglesias de Occidente, en el año 354 gregoriano (siglo
IV de la era cristiana), decidieron poner el 25 de diciembre como día del
nacimiento de Jesús. Acotan que para ellos la fecha no es tán importante sino
la persona de Jesús como Profeta, pero que no es el hijo de Dios.
La
Navidad o Nacimiento de Jesús es la mayor fiesta que se reconozca del
cristianismo y la cristiandad. Es de notar que todas las confesiones cristianas
–los principales- católicos romanos, cristianos ortodoxos, cristianos
protestantes y cristianos pentecostales creen en la navidad el 25 de Diciembre
en pesebre donde estaba José y María en la celebración tradicional. Esta fecha
emblemática acoge a toda la diversidad cultural entretejida con las expresiones
que cada región le ha querido dar. Ejemplo de ello que se adornan objetos con
motivos de nieve cuando hay pleno calor.
A
nosotros los Latinoamericanos y Caribeños esta fiesta navideña es traída por la
imposición colonial que también se entremezcló con las tradiciones indígenas y
negras en el mestizaje multi—étnico y pluri—cultural. Las características en
cada región de Nuestra América son sorprendentes. Sin embargo, recuerdo cuando
niño que pude leer un calendario: 25 de Diciembre día del dios sol. Algo que
recuerdo como el día de hoy. Mucho tiempo desde púes me encontré con otras
realidades.
Lo que sí
debemos aclarar que la navidad como tal la que conocemos hoy día se le debe a
la Coca Cola y las marcas comerciales que le dieron el carácter familiar y el
deseo desenfrenado del consumo desmedido cargado de una sociedad enferma de
comprarlo todo a cuesta de lo que sea, sin importar lo que cueste. Esta
tendencia casi generalizada castiga a quienes no pueden competir por los que
compran más. Esta manía descontrolada de poseerlo todo esta ensillada en la
psiquis de las personas, es un tema de salud pública, porque se ha convertido
en una pandemia que mata los valores humanos en nombre de la tradición y de
Jesús. Aquí en Venezuela las cosas pueden alcanzar hasta un 10 Mil por ciento
en estas fiestas sobretodo. La civilización occidental es el sello del consumo.
El dios dólar lo compra todo. No importa venderle el alma al diablo con tal de
comprar. A esto le llaman navidad.
El colmo
es que en la avalancha de propaganda se dice que Jesús es el motivo navideño,
sin embargo, es Papá Noel o Santa el principal protagonista de la navidad. Esto
es una inconcurrencia para los niños que le dicen una cosa, cuando en verdad es
otra muy diferente.
En
resumen, aun cuando todo lo expuesto tenga su relevancia histórica no
pretendemos ser unos literalistas. En
verdad a ciencia cierta no se sabe cuándo nace Jesús el campesino palestino.
Los partidarios a que se celebre, en tal o cual fecha, están entretejidos en el
trascurrir del tiempo. Lo que sí es obvio, a nuestro parecer que Jesús no nació
en diciembre como nos inculcó el catolicismo romano, europeo y estadounidense,
es decir, el hemisferio occidental. A este parecer, tenemos reservadas nuestras
apreciaciones al respecto. Si, Jesús, hubiese nacido en esta temporada de
invierno se hubiese congelado sus padres al pasar el desierto. Esto no es una
falacia, es un veredicto bíblico.
En
consonancia las diferentes espiritualidades culturales a las que debemos observar
respetando la originalidad de sus propuestas “nativitivas” –si me permiten tal
expresión- son válidas desde el punto de vista de concordia y confraternidad.
Este Tercer Milenio de los Cristianismos deben ir en prosecución hacia un nuevo
paradigma de la fe y la practica cristiana en el devenir de los tiempos.
La
humanidad está entrando en una nueva cosmología cuántica donde los mitos y
leyendas deberán dar pasos agigantados a lo que se perfila un re—encuentro con
la naturaleza en ese Dios que es posible. Que lo llena y completa todo y por
todos.
Así, que,
hermanos todos y todas celebremos con alegría de corazón por la vida, por los
que están a nuestro alrededor, sin
distingos de ninguna naturaleza, sin egoísmos no haciendo acepciones de
personas. Cantemos, bailemos, comamos,
bebamos –sin perder los estribos- todos en una misma convicción de amor, que
sobrepasa todo entendimiento.
Lo más
importante, es la gente misma. Su gentilicio propio. El carisma que trasmiten.
Las fiestas son el vehículo para encontrarnos en paz y en amor. La alegría está
en el corazón que rompe las cadenas e impulsa al bien común. Donde todos y
todas cabemos en nuestra Madre Tierra-
FELICIDADES
JAIRO OBREGÓN.
25/12/2013.
San Francisco, Venezuela.