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domingo, 12 de abril de 2020

FELICES PASCUAS DE RESURRECCION

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Vivimos, actualmente, una Semana Santa o Semana Mayor, totalmente atípica, que no se cría o pensaba, una Semana de Cuarentena en buena parte de la comunidad internacional, estando en la casa de cada uno de nosotros. Es notorio, el motivo, una pandemia denominada “Nuevo Coronavirus COVID-19”, de una propagación o contagio muy rápido, inesperado y traicionero que ha paralizado a casi todo el mundo entero. La humanidad está amenazada y envuelta de miedo, ante unos generadores microscópicos peligrosos que causan la muerte; como hemos visto lo que sucedió en China (controlado), en Europa (Italia da dolor, España, Alemania) y ahora el epicentro se encuentra en New York, en los Estados Unidos de América, con una estela de cadáveres que recuerdan las caídas de las Torres Gemelas (2001). Todavía no salimos del asombro como ha sido tratado esta pandemia de manera irresponsable la élite mandataria. Son los que se venden como “salvadores”, ni han salvado “a nadie”, ni a sus “aliados”, ni a su “pueblo”, ni mucho menos a los que ellos creen que son sus “enemigos”. ‘El que tenga oídos, que escuche’, dijo mi Señor Jesucristo. (Mateo 13, 9).   

En America Latina, Brasil sube los contagios de manera exponencial, en Ecuador da dolor como queman a las personas en las calles, en Colombia sube los contagios. Así en todos los países. En Venezuela, a pesar de todo, con “medidas coercitivas unilaterales”, Dios ha tenido misericordia y hasta aquí (no cantamos victoria) nos ha ayudado el Señor. Siendo el primer país en tomar medidas de cuarentena social a tiempo y de ser bendecida con ayudas de China y Rusia directamente, así como las Naciones Unidas (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a quienes damos las gracias. Y a todos los países que de alguna manera han recibido ayuda y están recibiendo ayudas solidarias, sin los bochornos de un pasquín de robos a mano armada, entre países del Primer Mundo. Se caen las caretas.    

Pascua, que sana y libera.

Esta Semana Santa en Casa (#QuédateEnCasa), es convincente que recordemos de manera sucinta, lo que significaría la Pascua Hebrea, o Judía, cuando los Hijos de Israel estaban en la tierra de Egipto, que fueron librados del ángel de la muerte de los primogénitos, una plaga o peste que azotaba a los egipcios, y por otro lado, los hebreos fueron librados con la sangre de cordero, puesta en los dinteles y marcos de las puertas (Éxodo). De esta manera, la antesala a la Pascua (Pasada, Pesaj) nos relata de que en medio de una peste o plaga (o pandemia, diríamos) podemos con los ojos de la fe, tener la esperanza de vida, que seremos librados del coronavirus (Covid.19), y de todo mal que se avecine de en el futuro. Este pueblo hebreo, que se emparento con egipcios, por más de doscientos o cuatrocientos años (dependiendo de las fuentes), los tenían como esclavos ante una potencia como la que gobernaba Faraón de entonces, muy impetuoso, cruel y obstinado, ante un pueblo noble como el de los hebreos, a quienes doblaba la pena y la angustia con cargas pesadas. HaShem, o bien, Dios, los sacó con brazo fuerte bajo diez plagas, y abriendo el Mar Rojo (mar de los juncos, se le conocía) bajo el liderazgo de Moisés, quien había sido hijo adoptivo de la hermana del Faraón de la época (según, otras fuentes “príncipe de Egipto” por la hermana del Rey de Egipto).

Con esta carga de fe, que sana, y libera: pedimos a Dios que nos ayude, y venga sobre nosotros, para ser salvos-sanos de esta pandemia del Covid-19 en todo el mundo. Para ello, hacemos un llamado a cadenas de oración, maratónicas de oración, ayuno y oración, clamores, en fin; a todos los cristianos, no cristianos, a todas las religiones que convivimos.

La Vigilia Pascual.

"La vigilia pascual se inicia con la experiencia del fuego nuevo, y la luz que con este fuego va iluminando poco a poco el recinto sagrado. Nuestra historia ha sido de tinieblas y de muerte, una historia que parece no poder ver un camino de salida. Pero de la tumba vacía surge la luz, de la muerte surge el fuego-luz que anuncia que podemos creer en la vida, que podemos encontrar el camino en medio de la oscuridad, que la muerte no es la última palabra para el hombre. Por el fuego nuevo, por la luz del Cirio (Vela) Pascual, por la luna llena que ilumina el firmamento en esta noche pascual, empezamos a experimentar en nuestras vidas las consecuencias de la Resurrección de Jesús.

Las lecturas (bíblicas) nos conducen desde la experiencia de la creación hasta la tumba vacía, porque Resurrección es agradecer los hermosos dones gratuitos de Dios que rodea nuestra existencia. Es vivir como el pueblo de Israel, la experiencia de la salida de la esclavitud a la libertad, una experiencia que pasa por el contacto del Mar Rojo y para nosotros por la de las aguas bautismales (acto simbólico); un camino guiado por la columna de fuego y por la nube que conduce a Israel de la experiencia de muerte a la de la vida.

La bendición del fuego nuevo.

En medio de las tinieblas del pecado y de la muerte, la bendición del fuego nuevo tiene como finalidad proporcionar la llama para encender el cirio pascual, que representa a Cristo Resucitado. A medida que el cirio avanza se va iluminando el templo, y la llama del cirio se va encendiendo las velas de los presentes en el templo; se disipan las tinieblas cuando se propaga la salvación a partir del Resucitado. El Cirio Pascual permanecerá todo el año en el templo, como símbolo memorial de la celebración pascual.

La proclamación de la Resurrección.

El canto de Pregón pascual (Exulet), es el punto culminante de la liturgia de la luz. En él se proclama la propagación de la luz en el mundo que disipa las tinieblas del pecado, guía a los hebreos en la salida de Egipto, vuelve a los hombres a la gracia, devuelve la inocencia a los caídos y a los tristes la alegría, destierra los odios, prepara la concordia y doblega el orgullo.
  
El paso del Mar Rojo.
Los israelitas eran esclavos en Egipto, era un pueblo sometido a otro pueblo. Pero Dios vio la miseria y las penalidades del pueblo, escuchó sus clamores y le abre un camino de salvación (en medio de un mar que se abrió en dos, todo mar que sea un obstáculo, situación o crisis, Dios abre los caminos de la salvación) al pueblo esclavo, salva a Israel del poder del Faraón (y a todo pueblo o nación que esté o que pretendan neo esclavizar por otro pueblo, o unos neo faraones imperiales).

Cristo (Jesús), una vez resucitado ya no muere más. (Romanos 6, 3-11).

En la carta a los Romanos el apóstol Pablo nos enseña que por el bautismo también el cristiano pasa de la muerte a la vida (fe simbólica). Ese misterio pascual de Jesús, misterio de muerte y resurrección es nuestro propio misterio, porque el cristiano mediante el bautismo, está muerto al pecado (transgresión, error u olvido, según los idiomas bíblicos) y vivo para Dios. En Cristo Jesús el cristiano vive el misterio de Cristo muerto y resucitado cada dia en los momentos de tristeza y gozo, de enfermedad y salud, cuando pecamos y sentimos que Dios Padre nos acoge con misericordia.

Solo sentimientos de gratitud a Dios se experimentan al considerar su obra en Jesucristo. La piedra angular del templo de Jerusalen reconstruido, fue piedra de escándalo. Ahora un universo nuevo construido sobre la piedra angular, Cristo, se ha establecido el dia que Jesús resucitó.

No está aquí, ha resucitado. (Lucas 24, 1-12).

La narración de la tumba vacía del Evangelio de Lucas pone en la boca de los ángeles vestidos de blanco, el significado de la Resurrección de Jesús para las mujeres que fueron al sepulcro al amanecer del primer día de la semana, y para todos nosotros: no podemos buscar a Jesús entre los muertos, porque está vivo, en medio de nosotros. Solo nos corresponde descubrir el rostro de Jesús en los miles de personas que pasan por la calle, en los niños tristes y desnutridos, en las mujeres que un trozo de pan para ellas y sus hijos; en el hombre maloliente que está a nuestro lado en el templo, en los hombres y mujeres que por diferentes caminos buscan a Jesús.

La tumba vacía no es una prueba de la resurrección de Jesús, sino la pregunta que solo tendrá respuesta cuando se logre vivir la experiencia de Jesús resucitado.

Los apóstoles no creyeron en lo que las mujeres les narraron. Entre los judíos las mujeres no eran personas creíbles: mucha mujer, mucha mentira, se afirmaba entre los judíos (patriarcalismo). Mientras habían vivido la experiencia de Jesús vivo, Pedro comprueba que la tumba esta vacía, se asombra, pero no ha logrado vivir la experiencia pascual.

El recuerdo que ahora hacemos de Jesús, el Señor, no consiste en la pura evocación de una historia perdida en el pasado. Recordar ahora significa para nosotros hacer la experiencia de la vida nueva: Jesús, aunque ha muerto, vive para siempre. Jesús, así resucitado, está vivo desde Dios, el Padre, en medio de todo el cosmos (o por qué no, diría, en los campos cuánticos del cosmos). Cada vez que compartimos este pan y esta copa, como hermanos, queremos comulgar (obedecer, observar) con la vida que Él vive y que Él quiere también para todos para siempre.

En el hemisferio norte, al que pertenece el escenario de la vida histórica de Jesús, la primavera llega ahora en su plenitud: estamos en lo que se llama el equinoccio de primavera. La celebración de la resurrección de Jesús tiene por eso sabor a primavera; a agua fresca; a retoños que revientan por todas partes en las plantas; y olor a flores de todos los colores. La naturaleza nos quiere regalar también ella la impresión de un mundo en el que comienza a germinar la vida nueva. La celebración de la resurrección tiene lugar también en el dia de la luna llena: la fiesta de la luz.

Con los cristianos de todos los tiempos queremos ver amanecer en esta fecha un mundo nuevo, que podrá hacerse realidad si nosotros asumimos el proyecto de Jesús de Nazaret, que es el evangelio. Dios es el fundamento de la permanencia de la vida aun desde la muerte, de una forma que no conocemos, y que no es expresable.” (Servicios Koinonia | Semana del 5 al 11 de Abril de 2020 | Sábado 11 de Abril | Vigilia Pascual en la Noche Santa | http://www.servicioskoinonia.org/biblico/200405.htm).

El gran misterio de la resurrección de Jesucristo entre los muertos está siendo considerado de muy diversas maneras de la variada interpretación. ¿Cuál será la que sea más expedita de las visiones, argumentos y posiciones de la resurrección? Todas son válidas de acuerdo a la visión o cosmovisión de fe, entre las distintas confesiones. Entendemos que para la época la cosmovisión era del pensar en superlativos, y casi siempre había un narrador omnipotente que manera épica narraba los acontecimientos. Si vemos en el desarrollo de las Sagradas Escrituras, o bien, la Biblia, se narra y se desarrolla como un cuento. Era la manera de la tradición oral del mundo antiguo, que continuó en la Edad Media, y en la Edad Moderna, y Post Moderna.

Hoy con los adelantos de la Física Cuántica de los campos subatómicos se abre paso (así lo entiendo) a revisar los paradigmas y lo que la historia no avala, ni el método científico, la cuanta está a la vanguardia. Todas son convergentes y todas divergentes. Ambas son distintas pero se complementan. Pero todos tenemos el consenso de que Jesús resucitó, la imagen que se tenga variará, pero, por fe entendemos que Jesús resucitó. Sé que es profundo y que llevará a un estudio de análisis, investigacion y reflexión en lo sucesivo. Pienso, que pudiesemos escribir otros articulos o un (os) libro sobre estos temas con la ayuda de Dios. 

Que sea esta Pascua de Resurrección de Jesús, en la mejor dimensión objetiva y subjetiva del relacionamiento de fe, de esperanza y amor: los valores que nos conciencie en una profunda reflexión, de cómo vivimos ante un mundo que se está cayendo a pedazos, por los pecados socioeconómicos de la avaricia, la acumulación, el despilfarro, el robo de los que se creen todopoderosos. Estas acciones negativas dañan directamente la Naturaleza y el Hombre.

No podemos seguir viviendo a espaldas, o ciegos, o ingenuos ante todo esto. Los mitos de que el “Primer Mundo” (los ricos) era intocable, se cayó, y nada será igual. Y sabemos que también los del “Tercer Mundo” (los pobres) (el “Segundo Mundo” o la Mass Media nadie lo menciona), no se escapa ante unos bichos que contagia y mata. Y debemos estar preparados, ante los nuevos desafíos que sobrevengan a la humanidad.

La Pascua de Resurrección es un fuego divino, que alienta dando fuerzas para la lucha diaria, es un fuego que nos conforta en medio de todo, es un fuego de fe viva, de esperanza liberadora y pacificadora. Esta Pascua es de sanidad y saneamiento ante la pandemia (Covid-19) que con la llamarada del poder de Dios y la conciencia humana de buen corazón abramos los brazos de la solidaridad, el desprendimiento en buen vivir viviendo, entre todos considerándonos hermanos y hermanas de un todo, y por todos, entre todos. Ese misterio pascual (Pesaj) está vivo y vive en los corazones de buena voluntad. En esto consiste el reino de Dios que proclamó y enseño Jesús con su vida, obra, muerte y resurrección. ¡Alabado sea el Señor! ¡Jesús resucitó! ¡Ésta es nuestra gran victoria! ¡Felices Pascuas de Resurreccion!

En esto pensad
JAIRO OBREGÓN
12/04/2020
Maracaibo, Venezuela