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jueves, 18 de febrero de 2021

LAS SANCIONES ECONÓMICAS DE LA GRAN BESTIA, POR JUAN STAM: ¿QUÉ HAY DETRÁS DEL 666?

 

    

Abriendo la conciencia de los signos apocalípticos

Es notorio releer los textos apocalípticos en su contexto para contextualizarlos. Es menester, leer el legado del eminente escritor estadounidense Juan Stam, quien desde una óptica histórica basada en la hermenéutica bíblica, supo dar la interpretación más cónsona basada en la continuidad de los signos de los tiempos (como diría Albert Nolan) de la complejidad de los tiempos hasta el tiempo presente, y cuidado, con los tiempos futuros en un entorno apocalíptico. Tomado de Pensamiento Protestante, pasamos a considerar, un artículo que nos ayudará a entender mejor la situación del tiempo presente. Veamos.

“Y hacia que a todos se les pusiese una marca…y que ninguno pudiese comprar ni vender sino los que tuviesen la marca”. Apocalipsis 13. 16s.

La inmensa mayoría mal interpreta el 666

“Es curioso, y sintomático de las incoherencias que prevalecen en la interpretación de Apocalipsis, que tanta gente se obsesione por descifrar el misterio del número de “666”, pero casi nadie se fija en la finalidad de dicha marca –el impedir que otros compren y vendan. La inmensa mayoría malinterpreta el “666” como una especie de rompecabezas o crucigrama del cual depende supuestamente toda nuestra comprensión del futuro.

Podemos estar seguros de que tanto Juan como sus lectores sabían quién era la Bestia y por qué se conocía por “666”. Nosotros también, con un grado de certeza hermenéuticamente bastante alto, podemos entender lo que Juan quiere decir por “Bestia” (cf. 17.7-11), pero carecemos casi totalmente de claves hermenéuticas seguras  para saber por qué Juan y sus lectores la identificaban con el código de “666”. Lo más probable es que poco ganaríamos con saberlo. [“Así, la cifra 666 es, en numeración romana, DCLXVI. Este acrónimo vendría a significar: Domititus (Domitianus) Caesar Legatos Xti Vilenter Interfecit, que traducido es: Domicio (o Domiciano) César mató vilmente a los enviados de Cristo”. F/Wikipedia. Es el consenso más acertado según los comentaristas: La Bestia, mató a los cristianos por hambre, la espada y las bestias, por los años 90s del siglo I].

Lo que realmente debe interesarnos del 666

En el contexto del consecuente anti-imperialismo del Apocalipsis (Stam 1978/1979; Richard 1994), lo que realmente debe interesarnos en este pasaje son tres cosas distintas: a) las medidas masivas y masificantes para lograr “marcar” tanta gente e imponerles un modelo social uniforme; b) el empleo del poderío económico para imponer criterios ideológicos por medio del boicot y c) el significado de este pasaje para los casos de bloqueo económico con fines ideológicos y políticos en nuestro mundo actual.

A primera vista el énfasis explícitamente económico en 13.17 sorprende; parece fuera de contexto. Si la Bestia ya ha decretado la muerte de los rebeldes que se niegan a adorarle, ¿para qué, ahora, este plan tan vasto de control económico?

El falso profeta se presenta como religioso

El falso profeta se presenta al principio como esencialmente religioso: es profeta y taumaturgo (13.11-14). Como tal, en seguida toma características de una especie de “Gran Inquisidor”, apelando a la espada y la muerte contra los que no se acoplan en su sistema religioso-ideológico. Pero (¡parece anticlimático!) el colmo de su maldad diabólica es su sistema globalizante de dominación y discriminación económicas con que pretende negarles a los no-conformistas la base material de su subsistencia. Este proyecto de sanciones económicas concluye todo el capítulo, como la culminante “obra maestra” del terrible enemigo del pueblo de Dios. Lejos de estar fuera de contexto, los versículos 16-18 son el verdadero clímax del pasaje, hacia el cual se dirige toda su exposición de las dos bestias.

Casi no existen evidencias históricas de programas de represión económica sistemáticas o paralelos antiguos para lo que se describe aquí (Ladd: 165). Pero el inmenso poderío económico del Imperio romano y de los templos del culto imperial sí provee un trasfondo realista para la extrapolación profética que vislumbra Juan. [2]  De hecho, algunas de las cartas de Apocalipsis 2-3 (Esmirna, Tiratira) dejan entrever que los cristianos habían ya sufrido medidas de opresión económicas por causa de su fe. Pero aún más, Juan podría estar pensando en la práctica de la sinagoga de ostracismo total y severo aislamiento de los excomulgados del judaísmo, sobre todo los judeocristianos de Asia Menor que habían sido expulsados de la sinagoga.

La palabra que juan usa para la marca del 666

La palabra que Juan usa para la “marca” en 13.17 es járagma, en contraste con la palabra usada para el sello de los fieles (sphragís 9.4; cf.7.12). Esta palabra griega se usaba como térmico para la efigie del emperador en las monedas imperiales y también para el sello oficial en documentos comerciales y públicos. [3] Según William Barclay, todo contrato valido tenía que llevar esta járagma (p99). [4] Pero esto tampoco constituye el tipo de bloqueo total que Juan profetiza.

Lo que llama la atención la denuncia de un bloqueo

Lo que llama mucho la atención es que Juan denuncia un tipo de bloqueo económico que escasamente existía en su propio tiempo, pero que si existe en el nuestro. La creatividad imaginativa de Juan, de visualizar una situación que no tenía antecedentes ni en la realidad contemporánea ni en la literatura apocalíptica, revela la aguda conciencia económica y anti-imperialista que caracteriza a todo el libro. En todo el Apocalipsis queda evidente que Juan percibe con gran claridad las realidades crudas de la vida económica del Imperio. Precisamente este detalle, un bloqueo económico de los que no adoran [o se arrastran] a la Bestia, revela inconfundiblemente la mano del Vidente de Patmos.

Roma, el culto al emperador era ideológico

Es importante recordar que, para Roma, el culto al emperador era un proyecto básicamente ideológico, para apuntalar la amenazada unidad del imperio. [5] En aras de los intereses del Imperio (hoy diríamos “intereses nacionales” de la superpotencia) [actualmente, las “empresas trasnacionales” más allá de los intereses nacionales, puesto que, existen otros actores a la palestra como superpotencias emergentes e imparables que desconocen a la bestia como tal; la Bestia occidental, se debate entre el Dragón oriental y con el Oso polar], la gran Bestia pretende imponer sobre toda la sociedad una uniformidad ideológica [dicha uniformidad ideológica se denomina “globalización”, la gran Bestia se engloba, puesto que, dejó de ser una “superpotencia unilateral” para convertirse en un Gran Sistema, la Bestia, podríamos decir, es sistémica globalizante], totalmente homogénea [o heterogénea]. Todos tienen que llevar la misma “marca”, la impronta de la ideología imperialista, como si fuesen redes marcadas con el mismo fierro, o galletas fabricadas con mismo molde.

El sistema inaceptable para los cristianos y viceversa

Pero resultó que dicho sistema era inaceptable para los cristianos, y los cristianos eran inaceptable para el sistema [hoy en día es todo lo contrario, los cristianos y el sistema son aceptables, puesto que, el sistema doblegó a los cristianos y los cristianos son parte del sistema, los cristianos pro-imperiales]. Esa “marca”, que era el indispensable “pasaporte del éxito” dentro del sistema (Hough 1957: 465), para los cristianos era nada menos que idolatría [actualmente, la idolatría pasó de ser una condición para convertirse en un estado]. Puesto que los cristianos no se “amoldaban” al patrón social, había que reprimirlos. Y entre los mejores mecanismos de control ideológico para tal efecto iba el aparato de dominación económica. Se presenta como arma predilecta de la Bestia. Aún más que la espada, quizá por el placer especial de verles sufrir a sus enemigos. A la Bestia le agrada más verlos morir de a poco, estrangulados económicamente en forma lenta, pero segura, que matarles de un solo tiro.

La Roma de las sanciones económicas es una Babilonia

En otros pasajes, Juan señalará que tomar el poder, que Dios le ha otorgado para el bien, y usarlo para el mal y la injusticia es una prostitución; la Roma que impone tales “sanciones económicas” es una nueva Babilonia. T.F. Torrance (p116) lo expresa muy elocuentemente:

“Babilonia es el poder estrangulante del mal sobre el mundo entero…Babilonia es la reina del comercio internacional de lujos…El mundo entero está en el poder de un cautiverio babilónico que funciona por medio del sistema económico”. [6]  

No menos que el Imperio romano, la adhesión incondicional que exige el sistema capitalista hoy puede ser también un problema de idolatría. [7] Y cuanto más inconsciente la idolatría, más sutil y peligrosa. [8] No cabe duda de que el insaciable materialismo y consumismo, aun entre muchos “evangélicos”, llega a ser, en realidad, idolatría. Hoy en día, ante el poder omnímodo del “dios dólar” [cuyo poder actual está en decadencia ante el nuevo panorama global, cuando el yuan chino ejerce un poderío económico sin precedentes, en conjunto con el poderoso Bitcoin], Juan nos volvería a exhortar con toda vehemencia: “hijitos míos, guardaos de los ídolos”.

Juan describe un boicot contra los que no adoraban a la Bestia

Para la mayoría de los comentaristas, lo que Juan describe aquí es un boicot económico contra los que se negaban a adorar a la gran Bestia. Algunos sugieren que Juan visualiza un sistema basto de licencias, sin las que nadie puede comprar ni vender. También podría ser una manipulación discriminatoria de un sistema universal…Cualesquiera que sean los medios y los métodos, el resultado es el mismo: el total ostracismo social y económico de los excluidos del sistema. [9].

León Morris (1977: 205) señala que el griego de 13.17 (hína mè tis dún _e_tai) significa una prohibición total de participar en la vida económica, lo que equivaldría a morirse de hambre. Según Morris, significa más que “estorbar” la participación económica; significa el propósito (hína) de prohibirla totalmente, tomando las medidas correspondientes (por ejemplo, la marca, la espada). La intención era que nadie pudiera escaparse de las condiciones del bloqueo (tis…ei mè ho járagma). [10]

El falso profeta engaña a las naciones con la propaganda

A  la bestia no le faltan recursos para lograr sus metas. En conjunto, el pasaje (13.12-18) presenta todo un paquete de tácticas y medidas para imponer la pseudo-religiosa ideología del imperialismo (13.12). A nivel de propaganda, el falso profeta engaña a las naciones (13.14s; 2.20 planâ), hechicerías (9.21 pharmákon; 18.23 pharmakeía 21.8; 22.15), y sus tentadores lujos (18.3, 7, 9,12-14). Su principal “medio de comunicación” es la imagen que habla y que sacraliza milagrosamente a la ideología idolátrica del Imperio. A nivel económico, la Bestia impone un boicot pretendidamente englobante, con la meta declarada de estrangular a todos los anti-y extra sistémicos. Y su último recurso, a nivel del sistema “judicial” y policial, es la sentencia de muerte, religiosa y milagrosamente legitimada, contra todos los rebeldes que resisten el culto imperialista.

Básicamente, el resumen de las dos características del diablo  

Básicamente, todos estos métodos de la bestia resumen dos características del diablo en el Nuevo Testamento: la mentira y la muerte:

Este fue homicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando dice mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira” (Jn 8.44 BJ).

Cristo, en cambio, pudo decir “yo soy la verdad y la vida” (Jn 14.6); vino a vencer para siempre a la mentira y la muerte. Por eso también la Bestia se llama anti-Cristo. Cristo es verdad y vida; la Bestia es mentira y muerte.

La Bestia mata con represalias económicas: hambre.

En el Apocalipsis, el dragón (que es Satanás, la antigua serpiente) constantemente miente y mata, engaña a las naciones y pone a matarse entre sí (cf. el caballo rojo, 6.4). En los indicios de la era mesiánica, el dragón se cierne sobre la mujer encinta, esperando devorar al niño cuando nazca; es el mismo diablo que actuaba en Faraón y Herodes. También, según 13.12-17, la Bestia engaña a los moderadores de la tierra (13.13s) y mata por medio de represalias económicas (13.16s) y por la espada (13.14s). Al final de la historia, cuando el dragón sale del abismo después de sus largas prisiones, leemos que nuevamente “saldrá a engañar a las naciones” y a intentar levantar otra guerra (20.8s).

La mentira y la muerte tipificarán a la gran Bestia por dondequiera y cuandoquiera que se haga presente a través de la historia. Para ver las huellas de su presencia y obra, no tenemos que mirar muy lejos…”. (Pensamiento Protestante | Blog | Las sanciones Económicas de la Gran Bestia | Escrito por Juan Stam (1995) | Editado por Rebeca Stam (2015) | Publicado 15/03/2017 | Archivo: Febrero 05, 2021 | Fuente Web | https://www.pensamientoprotestante.com/2021/02/las-sanciones-economicas-de-la-gran.html).

La gran Bestia apocalíptica es el gran Sistema

Todo el entramado que posee la gran Bestia del Apocalipsis de Juan de Patmos, es de concatenarse, con la realidad actual contemporánea del Gran Sistema, un complejo militar, industrial, comunicacional y farmacéutico que se ha apoderado de los EEUU y Europa a sus antojos, apetencias y tenencias. A la luz de los acontecimientos y circunstancias, la adaptabilidad de la continuidad imperial, no ha cambiado mucho, solo, sus tácticas, puesto que la estrategia es la misma desde el principio.

La medidas coercitivas unilaterales o sanciones económicas a países y regiones en la actualidad, deberá considerarse y entenderse por la complejidad de sus estratagemas, puesto que, dichas sanciones aplicadas fuera del país emisor no debe tener ningún efecto en el país receptor, siendo que, son totalmente ilegales, están fuera del marco de la Carta de la Naciones Unidas, y no deben ser ni aplicadas ni obedecidas. Hoy en día, las sanciones son emitidas entre potencias, como, las aplicadas de Estados Unidos a China el gigante asiático, por su imparable poderío económico y tecnológico desplazando la hegemonía del país de las barras y las estrellas. De igual manera, las sanciones aplicadas a la Federación de Rusia, por su poderío nuclear que desplazó a este mismo en creces. Las sanciones aplicadas a Irán por su programa nuclear, a Corea del Norte las sanciones por la misma capacidad nuclear. Las sanciones aplicadas a Cuba, la mayor de las Antillas para matarla de hambre. Las sanciones aplicadas a Nicaragua por el placer de verla de rodillas. Las sanciones aplicadas a mi amada Venezuela por querer destruir su historia y apoderarse de sus riquezas petroleras y mineras, en fin.

Esas medidas de sanciones económicas son consideradas como crímenes de lesa humanidad. Puesto que, en países ricos o poderosos pueden aplicar la reciprocidad, pero, en los países pobres o en vía de desarrollo son castigados para someterlos, atraparlos y descuartizarlos. Su único fin su ideología de creerse superiores y que están predestinados desde antes de la fundación del mundo para apoderarse de todo.

Todas estas medidas de sanciones traen hambre, desplazados, miedo, incertidumbre, malestar, impotencia, desesperanza y tal cual al Imperio romano el Imperio económico trasnacional, tienen sus objetivos y metas la aniquilación del hombre y la Madre Tierra.

Otro mundo es posible para el presente continuo

No podemos cerrar desde la desesperanza, ni de la derrota. Al mismo tiempo que suceden estas cosas que se repiten, al mismo tiempo, hay una nueva conciencia planetaria y humana que logrará la unidad en medio de todo. La era está pariendo una era. Otro mundo es posible. Otra humanidad es posible. Dios nos ayude en todo, por todo y en todo.

En esto pensad

JAIRO OBREGÓN

17/02/2021

Maracaibo, Venezuela