¡Más vale prevenir que
lamentar! Dice un viejo dicho la sabiduría popular. ¡Parece una película o una
serie de terror de Netflix, que nunca termina su suspenso o continuación: como
la serie de la Casa de Papel, que se hizo viral en todo el mundo! ¡Se visualiza
como una “moda peligrosa” padecer pandemias! No basta con tener al Nuevo
Coronavirus Sars-CoV 2 Covid-19 en pleno proceso de pandemia global en todo el
mundo, sobretodo, en el hemisferio occidental donde se ha exacerbado la cadena
de contagio. No obstante, hay que mirar a China, donde se produjo el brote hace
un año, un año después lo tienen casi controlado su cadena de contagio a casi
cero el coronavirus. Y aun, con toda la avalancha de descrédito hacia China de
manera despiadada, se concentraron, mientras producen sus vacunas contra el
coronavirus, su estrategia fue y es, cortar la cadena de contagio con
tapabocas, distanciamiento físico, limpieza de manos, desinfectar las áreas,
cuarentenas etc., por breve tiempo, y pudieron abrir sus economías logrando su
crecimiento económico el mayor de todos los países, dejando atrás a Europa y
los Estados Unidos.
Ahora, pues, ¿Qué
esta pasado con la Malaria o Paludismo en el mundo? ¿Por qué sigue siendo una
epidemia o endemia que podría pasar por una nueva pandemia global?
Cuando se creía que esta eliminada en la esfera mundial, de pronto, reaparece,
con mayor fuerza que la Organización Mundial de la Salud prende las alarmas,
aun, cuando, no hemos podido controlar o neutralizar al coronavirus Covid-19.
Esto nos pone en alerta mundial y no podemos bajar la guardia.
Mientras que el hombre siga
destruyendo la naturaleza aumentará desproporcionalmente los virus y bacterias
que viven en sus hábitat naturales, y viéndose desprovistas saltarán al ser
humano donde encontraran una nueva habitad segura, siendo que, el hombre no
posee los anticuerpos necesarios, se propagaran estos virus o bacterias a la
población mundial. El problema no son los bichos que contagian y matan, somos
nosotros mismos. Mucho más del lado occidental que no razona y, es muy inconsciente
ante las enfermedades de todo tipo. Esto a su vez, la mano del hombre (Homo
Demens) lo toma como arma política o de guerra para lograr los fines de la
grandes corporaciones, sobre todo, de salud, que vienen siendo como el noveno
poder en el mundo.
Desde luego, esas mismas
corporaciones no educan a la población mundial lo suficiente, de igual manera,
las corporaciones mediáticas hacen su festín de lo noticioso, y pasa lo que
pasa actualmente con el coronavirus, que no se ataca las cadenas de contagios,
se dilatan los esfuerzos para las vacunas, utilizando métodos anacrónicos de doscientos
años para medio lograr vacunas efectivas y eficaces que necesitan varios años
entre diez, veinte o treinta años aproximadamente, y si se hace algo de manera
no convencional que sea segura y efectiva se le sataniza, como por ejemplo, la
vacuna rusa Sputnik V, o las vacunas chinas, o de cualquier parte del mundo que
ellos consideran no confiables. Pero, cuando las vacunas de Bayer o Pfizer, o
de Johnson & Johnson hace algo indebido o malogra a alguien, entonces pasa
por desapercibido.
¿Qué es la Malaria o
Paludismo?
“La malaria (del italiano
medieval malaria) o paludismo (del latín paludis, genitivo del nombre palus,
ciénaga, pantano, y de –ismo, en este caso acción o proceso patológico) es una
enfermedad producida por parásitos del género Plasmodium, y trasmitida por
mosquitos. Algunos estudios científicos sugieren que pudo haberse trasmitido a
través de los gorilas occidentales. Es la primera enfermedad de importancia
entre las enfermedades debilitantes. Más de 400.000 personas mueren al año por
causa de la malaria, de los cuales unos 240.000 son niños.
En mayo de 2007, la Asamblea
Mundial de Salud decidió conmemorar el 25 de abril el Día Mundial del
Paludismo.
La enfermedad por una o
varias de las diferentes de Plasmodium: Plasmodium falciparum, Plasmodium
vivax, Plasmodium malariae, Plasmodium ovale o Plasmodium knowlesi, las tres
primeras han sido reportadas en el continente americano. Los vectores de esta
enfermedad son diversas especies del mosquito del género Anopheles. Son las
hembras de los mosquitos se alimentan de la sangre para poder madurar los
huevos; los machos no pican y no pueden trasmitir enfermedades, ya que se
alimentan néctares y jugos vegetales.
Las formas de contagio
directo entre humanos son de una mujer embarazada lo trasmita por vía
placentaria al feto o por transfusiones sanguíneas de donantes que han padecido
la enfermedad.
En regiones donde la malaria
es altamente endémica, las personas se infectan tan a menudo que desarrollan la
inmunidad adquirida, es decir, son portadores más o menos asintomáticos del
parásito.
El primer intento de una
vacuna sintética contra la malaria fue realizado en 1997 por el equipo de Manuel
Elkin Patarroyo; los resultados fueron negativos en África y modestos en Suramérica
por lo cual no se justificaron pruebas adicionales. En 2010, la vacuna aparecía
catalogada como inactiva por la Organización Mundial de la Salud.
Alrededor del 40% de la
población mundial vive en zonas afectadas por malaria, principalmente en los
países más pobres. Los mosquiteros tratados con insecticida (MIT) previenen
esta enfermedad de manera efectiva. Sin embargo, se ha identificado ciertos
obstáculos en cuanto al aumento de su uso. (Wikipedia, la enciclopedia libre |
Articulo | Discusión | Malaria | Wikipedia es una marca registrada de la Fundación
Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro | 1/12/2020 | F/Web | https://es.wikipedia.org/wiki/Malaria).
La malaria, la otra pandemia
“El número de muertes
anuales por malaria en el mundo, se ha detenido en un número histórico: 409.000
personas perdieron la vida por esta enfermedad endémica según datos ofrecidos
por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe anual publicado
esta semana.
Las poblaciones más pobres
siguen siendo las más golpeadas por la enfermedad y por las corporaciones que
se especializan en fabricación y distribución de fármacos para tratar el
paludismo.
A pesar del esfuerzo de muchos
estados y planes de la OMS, las expectativas en los Objetivos de Desarrollo del
Milenio de la Naciones Unidas para acabar con el paludismo en el año 2030, no
se van a cumplir.
Cifras: La
incidencia de la enfermedad se redujo casi el 30% en los últimos 20 años; con
ello 1.500 millones de infecciones y 7,6 millones de muertes se han evitado
desde el año 2000.
Contrario a la información
cartelizada por los grandes medios, no es en Venezuela en donde se registran más
casos de malaria, desde luego existen casos en las selvas del sur del país
amazónico [la campaña mediática contra Venezuela de acusarla a toda costa. No
es Venezuela es la región de África y en Suramérica supera los casos en Brasil,
señorones mafiosos de los medios de comunicación y las redes sociales]. Es en
la región de África donde más casos se dan: en 2018 se concentraron allí el 98%
de la infecciones y el 93% de la muertes, solo seis países representan más de
la mitad de la carga mundial: Nigeria, República Democrática del Congo, Uganda,
Costa de Marfil, Mozambique y Níger.
Es en África subsahariana
donde se concentran la mayoría de los casos por esta enfermedad y,
afortunadamente, también es la región donde se concentran la gran mayoría de
infecciones y muertes evitadas en las dos últimas décadas: un 82% y un 94%
respectivamente según el mismo informe.
Excepciones: En
los últimos 20 años, 21 países se han declarado libres de Malaria y han
certificado tres años consecutivos sin infecciones: los más recientes, China,
que lo acaba de solicitar, y el Salvador, que se ha convertido en el primer
país de América Latina en conseguirlo. Otros 27 Estados han logrado tener menos
de cien casos autóctonos.
Sin embargo, la Organización
Mundial de la Salud no pierde de vista cuatro países de la subregión del Gran
Mekong, en el sureste asiático, para los que creó en 2015 una estrategia específica
para contener la propagación de los parásitos transmisores e implementar medidas
que permitan la eliminación de todas las especies causantes del paludismo.
Por
qué es importante: Revertir la incidencia mundial de la
malaria ha sido una tarea en la que constantemente han fallado muchos países
del mundo. 2030 ha sido la fecha límite que ha establecido la OMS para eliminar
la enfermedad en 35 países y evitar que resurja en aquellos donde ya no existe.
En Suramérica, países como
Brasil y Venezuela cuentan con territorios endémicos para la malaria [en la vasta
región de la Amazona se encuentra ese peligro de la malaria, sobre todo en
Brasil donde los nativos padecen los casos de malaria], pero en la actualidad
–como casi el resto de países del mundo- se encuentran inmersos en el desafío
adicional que supone el nuevo Coronavirus a nivel epidemiológico. Por ser de
interés primordial, se han reportado interrupciones en los niveles de
prevención de la malaria en muchos países, la atención sobre la pandemia por
Covid-19, retrasa el diagnóstico y tratamiento en las zonas históricamente
endémicas, algo que preocupa a los gobiernos que se caracterizan por concentrar
esfuerzos en proteger socialmente la salud de sus ciudadanos.
Todos estos datos reafirman
que el abordaje para contener la malaria debe ser sostenido, sobre todo cuando
existen cálculos de la OMS que indican que una interrupción del 10% en el
acceso a un tratamiento antipalúdico en África subsahariana, podría provocar
19.000 muertes más. (Instituto Samuel Robinson | #REPORTEDIARIO | Malaria la
otra pandemia que no se puede perder de vista | Telegram | Caracas 1/12/2020).
Se levantan las alarmas
frente a este u otro peligro endémico que está sucediendo en el mundo. Se
comenta que de pronto se detuvieron los medicamentos contra la malaria por
falta de presupuesto. Sí, eso es cierto, estamos ante un peligro de los
peligros epidemiológicos empezando esta tercera década del siglo 21. Los
gobiernos de todo el globo terráqueo están para salvaguardar la salud de todos
y todas en todos los países y regiones del mundo en que vivimos.
Creo, que la base de caso
todo para salvaguardarnos de virus, parásitos, bacterias, cepas, y de demás, está
en elevar la conciencia hacia una cultura de salud universal. La educación para
la salud en todas sus formas o metodologías pedagógicas de cómo protegernos
entre todos y todas. No se puede vacilar ante lo inminente. Aprender a pensar
en colectivo para el bien común entre todos es la tarea restante.
¡Por un planeta libre de
epidemias, endemias y pandemias! ¡Por la salud y el bienestar de la humanidad
entera! ¡Por el cuidado de la Casa Común la Madre Tierra!
En esto pensad
JAIRO OBREGÓN
01/12/2020
Maracaibo, Venezuela