Si, es así, como suena, “El Hambre no espera”, no aguanta, no sabe razonar, no coordina nada; el hambre es eso hambre, y no tiene mucho que argumentar. Es una necesidad humana y punto, así de los animales que también sienten hambre y sed como todos nosotros. Somos seres que nos da hambre y sin comida las cosas se complican hasta convertirse en un caos. Somos parte de la naturaleza que se nutre para poder sobrevivir.
No quiero entrar de parafrasear de quién es la culpa o responsabilidad, eso de quién fue primero, “si el huevo o la gallina”, o de quién es la culpa del “loco o del quién le dio el garrote” son mitos populares. La culpa la tenemos todos nosotros y punto. Uno por creer en fantasías, en cuento de camino o de la ignorancia que se paga caro, y en este caso muy caro. Por otro lado, las estructuras sociales, sí incide mucho y hasta la médula de las clases altas, medias y bajas siendo las dos primeras las que llevan la ventaja y la última veremos como sobreviven. La política tiene su otra contra parte, los de “derecha” “neo liberan” alzando los precios para sentirse los únicos poderosos para controlar a las masas con hambre y miseria y los de la “izquierda” no dan muchas veces respuestas concretas al mar de hambre y miseria, podrán tener una intención pero se ven atrapados en sus contradicciones. El hambre no espera la gran revolución, una reflexión que leí de Leonardo Boff de un amigo caritativo.
Con todo y con todos el hambre no espera. No podemos esperar a que todo se nos de buena o mala gana. El hambre no espera por recetas o programas. El hambre no sabe esperar. El hambre cuando da duele, da fatiga, se baja la tensión, se nubla los ojos; es la falta de nutrientes en el cuerpo y reacciona a desfallecer y hasta enfermar y morir. Con hambre la fuerza del trabajo disminuye, no rinde; los estudios se detiene, no puede simplemente avanzar de grado. Con el hambre se obliga a aceptar lo que sea, y es así que la canalla cambia su panorama y se posesiona.
Las grandes corporaciones matan de hambre a los africanos para sacarles sus riquezas a los ojos de todos. Son esas mismas tras nacionales las que causan el hambre y las guerras de todo tipo por extraer algo que sus apetencias procuran. El negocio del hambre es una respuesta inmediata para torcer el brazo y a cuesta de lo que sea doblegar la voluntad de un pueblo y someter y aplastar. Este es el mundo en que vivimos.
Todo este drama es muy evidente y manifiesto. Pero el hambre no espera, no aguanta. Creo firmemente que las formulas podrán ser muchas, sí de verdad. Pero, SOMOS NOSOTROS MISMOS QUE DEBEMOS CAMBIAR LA MENTALIDAD O NOS COSTARÁ CARO. LA MADRE TIERRA ES LA QUE NOS DA LOS ALIMENTOS Y NADIE MÁS. LA VERDADERA INDEPENDENCIA ESTA EN PRODUCIR Y CONSUMIR TUS PROPIOS ALIMENTOS Y NADA MÁS.
Son nuestros patrones culturales por otro lado que están atornillados en nuestra mente las que no nos dejan pensar diferentes. Si no comemos esto o aquello, esto u lo otro estamos pasando hambre. Si no es de la “marca” tal o cual “estamos pasando hambre”, a eso debemos cambiar. Que si sabe a esto o no me gusta preferimos no comerlo, por ejemplo, las verduras o granos o cereales no “me gustan”, entonces “pasamos hambre”; el hambre no mide las marcas comerciales o sabores de legumbres o un cereal. El hambre no espera. O cambiamos la manera de pensar o pasaremos la vida quejándonos por lo uno y por lo otro. Acordemos nos el hambre no espera.
Modestamente, hemos empezado a sembrar (lo hago junto con mi esposa Janeth y mi persona, verduras, hortalizas en materos, canteros; además de cultivar plantas medicinales y comestible). La experiencia es muy grata dándole gracias a Dios y a la tierra por darnos la oportunidad de hacer lo que tenemos que hacer y ser libres.
La F.A.O., la Organización para la Alimentación a nivel mundial en diversas maneras ha manifestado que “un metro cuadrado da de comer a una persona” y tiene toda la razón. En la India se afirma que “la salvación está en un cantero”. Señores la clave está en la tierra. Si hay agua y tierra y semilla no debe haber hambre. Si dejásemos de hablar y sembráramos nada estaría pasando. Se puede cultivar en tu propia casa u hogar, en un patio, pared, techo, colgantes etc., si dejásemos la flojera y la comodidad y empecemos a dar los primeros pasos seriamos verdaderamente libres conociendo la verdad, parafraseando a Jesús de Nazaret.
Meditando y reflexionando sobre el relato de los evangelios, el “Sembrador salió a sembrar”, habla en la primera lectura de cultivar, todos podemos sembrar sabiendo escoger el mejor terreno; y “dadle vosotros de comer”, pero parafraseando un poco podemos decir “demos nos de comer” sembrando, cultivando y cuidando. Pensemos diferentes. EL HAMBRE NO ESPERA.
En esto pensad.
JAIRO OBREGÓN
08/10/2017
San Francisco, Zulia, Venezuela.
Lucas 8: 5-8
Lucas 9:13
