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domingo, 2 de agosto de 2020

EL GRITO DE LA MADRE: PACHAMAMA O, GAIA

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Estamos en pleno proceso de los picos altos de la Pandemia Covid-19 en el mundo. Los contagios se agudizan y no sabemos qué es peor, si el coronavirus o la corona-inconciencia. Ésta es la pandemia de la falta de conciencia de muchos que no les importa su vida propia, mucho menos la de los demás. La humanidad pide a gritos una vacuna, un medicamento seguro para afrontar y salir del estado de conmoción que esto ha generalizado. Los adelantos de las vacunas de: Rusia, de China, la Estadounidense, la Inglesa y de Alemania van bien dirigidas. Mas el respaldo de OMS. Tenemos la esperanza puesta en Dios que será la cura de éste terrible mal.

La Madre Tierra está gritando contra todo el atropello y explotación inmensa. Uno de sus gritos podría ser el “Nuevo Coronavirus” que por invadir, quemar, talar y explotar los ecosistemas y sus habitad de millones de micro-organismos salieron e invaden al hombre como una respuesta, no siendo el único virus o bacteria mortal. Esta es la conclusión de muchos expertos independientes.

Otro grito latente es el calentamiento global que es originado por el cambio climático. La Tierra se calienta producto de la negligencia de la vida moderna o post-moderna. Los océanos se calientan y sus ecosistemas se ven amenazados. La cantidad de plástico en los mares y océanos es impresionante. Todo esto hace que el calor sea un grito primero de auxilio y segundo de advertencia por parte de la Tierra.

La Pacha Mama (o la Madre Tierra, en la cultura andina de la lengua quechua y aimara) considerada en la Naciones Unidas como la Madre Tierra, entendiéndose, ésta Madre, como un ser vivo, un gran útero, una matriz que no solo pare y da a luz a seres vivos, sino que también los amamante, los alimenta y los cuida a todos sus hijos e hijas del reino vegetal, reino animal incluido los seres humanos y todos los ecosistemas, hábitats, espacios, regiones en un sinfín de adaptaciones de las evoluciones a saber.

Éste no es un tema dogmático sobre asuntos netamente religioso de la concepción interpretativa judeocristiana, puesto que hablamos de la Pachamama o Gaia en su contexto cultural. Algunos, pensaran en la idolatría de “…no te harás imagen…” del Éxodo capítulo 20, a “…te harás imagen…” de Número 21 (en ambos casos la orden fue dada de la misma fuente). La idolatría no es exclusivamente imágenes, no, no. Todo lo que se antepone al Dios de la Vida, que niegue la vida en todas sus formas es idolatría: al no reconocer los valores espirituales del amor, el cuidado, respeto; negando ésta espiritualidad adaptativa, es idolatría. Aun, el materialismo, el consumismo, el acaparamiento, el despilfarro, o, el orgullo, la vanidad, el odio, los celos mal sano, el apego, la mezquindad y mucho más es idolatría. Digo esto, porque los conceptos de Pacha Mama en las culturas originarias de la Abya Yala (lo que hoy es las Américas), fue su presupuesto tribal, que no lo concatenaré con esa imagen del “dios europeo” (teísmo) que no es el Dios que conocemos, que trajo sangre, sudor y llanto a esos mismo originarios para apoderarse de esta tierra al “robar, matar y destruir” como diábolos, tal como lo diría Jesús de Nazaret, según las fuentes cristianas.

Volviendo en materia, esos “gritos”, ese “gemir”, ese “llanto”, ese “dolor” de la Madre Tierra está presente y se hace muy notorio puesto que la reacción de la Tierra seria desastrosa no para ella, sino, para sus criaturas entre ellas nosotros los seres humanos, que por nuestra idolatría moderna de los “becerros de oro” y de las “vacas sagradas”, hemos sobrepasado los límites de la Tierra. Es decir, un Planeta viejo, cansado no puede seguir explotándole sus entrañas de manera irresponsable para obtener una ganancia ilimitada en un Planeta limitado, a cuesta de todo y, a cuesta de la vida misma (materialismo=idolatría).

“Pacha Mama (Madre Naturaleza) es la diosa venerada [venerar no es idolatrar] por los pueblos indígenas de los Andes. En la mitología inca, Pachamama es la diosa de la fertilidad que preside sobre la siembra y cosecha, personificando las montañas y provocando terremotos. Es una divinidad andina a la que se le realizan ofrendas en las ceremonias agrícolas y ganaderas. Está asociada a lo femenino y el espíritu de la Tierra. Es el núcleo del sistema de creencias de actuación ecológico-social entre los pueblos indígenas de los Andes, en América del Sur. Diferentes pueblos como los quechuas, aimaras, mapuches, nasa y otro en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú han realizado y realizan rituales vinculado a ésta deidad…”. (Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro | Articulo | Pachamama | Fuente Web | https://es.wikipedia.org/wiki/Pachamama).

Ahora, bien, según los originarios concibieron a la Tierra como una Madre y, le dieron forma según sus creencias ancestrales –a quienes les respetamos por su valor cultural-. No obstante, los colonizadores no la vieron como una Madre, ni mucho menos. Ellos la concibieron como esclava que les sirviera sacándole todo y, después desecharla. No tuvieron ni el más mínimo respeto o consideración por los aborígenes y, su Pachamama. Era el dorado conquistado, la fuente de la juventud, el oro y la plata que los enloquecía. Puesto que estos minerales eran objeto de culto para los aborígenes, pero, para los europeos colonizadores era riqueza basada en la avaricia y codicia.  

La Tierra toda pasó a ser un baúl o cofre sin fondo. Todos los reinos, imperios del pasado y del presente la imaginan así; todos los países o Estados unos más que otros explotan más y más a la Tierra. Las multiempresas trasnacionales y su establishment de la superganancia hasta devastación o aniquilación de la Tierra es lo que estamos atravesando en el caos ambiental-ecológico, incluyendo la Pandemia que azota al mundo entero (Covid-19), puesto que al extraer, quemar, talar, deforestar sin medida alguna, afloraron los microorganismos como virus, bacterias las cuales saltaron de sus ecosistemas al exterior y, el ser humano no está preparado para resistir esos embates microbiológicos (…).

“La Tierra dejó de ser la Magna Mater de los antiguos, la Pachamama de los andinos y la Gaia de los contemporáneos [La hipótesis de Gaia es un modelo interpretativo que afirma que la presencia de la vida en la Tierra fomenta sus condiciones adecuadas para el mantenimiento de la biosfera. Según la hipótesis Gaia, la atmosfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un sistema donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comporta como un sistema autorregulado (que tiende al equilibrio). La hipótesis fue ideada por el químico Jame Lovelock en 1969 (aunque publicada en 1979) siendo apoyada y extendida por la bióloga Lynn Margulis. Lovelock estaba trabajando en ella cuando se lo comentó al escritor William Golding, siendo éste quien le sugirió que la denominase “Gaia”, diosa griega de la Tierra (Gaia, Gea, o Gaya)…”. [Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia. Inc., una organización sin ánimo de lucro | Articulo | Hipótesis de Gaia | Fuente Web | https://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3tesis_Gaia], algo vivo y generador de vida, para ser transformada  en una cosa inerte (res extensa de Descarte), en un mostrador de recursos colocados a disposición de la voracidad ilimitada de los seres humanos. Es clásica la formulación de Rene Descarte: el ser humano es el ‘maître et possesseur’ de la naturaleza, es decir, es el amo y señor de la naturaleza. Puede hacer de ella lo que bien le parezca. Y lo ha hecho [“amo” y “señor”=idolatría=capitalismo=consumismo= 0].

La cultura moderna se construyó sobre la comprensión del ser humano como dominus, como señor y dueño de todas las cosas. Estas no poseen valor intrínseco, en contra de lo que van afirmar más tarde la Carta de la Tierra y con gran fuerza la encíclica papal [Laudato Si]. Su valor reside sólo en poder estar al servicio del ser humano. Es el proyecto de poder [ilimitado], entendido como capacidad de dominación sobre todo y sobre todos, partiendo de quien tiene más poder. En este caso, los europeos [colonizadores=imperialismo], que realizaron la aventura del sometimiento de la naturaleza, la conquista del mundo, la colonización (de) naciones enteras, el genocidio, el ecocidio y la destrucción de culturas ancestrales [son los viejos y nuevos imperios económicos en su obsesión por los “recursos naturales” hacen de todo y lo mismo actualmente: hambre, enfermedades, guerras para dominar, robar, destruir por el solo placer sádico demente del todo por el todo. El Homo Sapien es el mayor colosal destructor de la Vida, la Tierra y todo lo que existe... parece ser que esta seguro que después de destruir la Tierra, podrá ir a otros planetas o exoplanetas y seguir destruyendo a esos mundos de manera ilimitada, la completa locura (dominus=demens), según esto es su finalidad o ficción]. Y lo hicieron usando la fuerza brutal de las armas, de la espada y también de la cruz. Hoy en día con armas capaces de extinguir la especie humana [con una carrera armamentista de proporciones bélico- nuclear que pueden desaparecer todo con tal de seguir siendo los amos y dueños de lo que otros poseen… la locura completa].

Zaffaroni [escritor] hace la apología de las virtualidades creadoras de la armonía del ser humano con la naturaleza que la visión andina del “buen vivir y convivir” (sumac kawsay) comporta; también de Gaia, la Tierra como un superorganismo vivo que se autorregula para siempre producir y reproducir vida. La Pachamama y Gaia son dos caminos que se encuentran en ‘una feliz coincidencia del centro y de la periferia del poder planetario’. Ambos son portadores de esperanza de una Tierra Casa Comun, en la cual todos los seres están incluidos. Ellos nos libraran de las amenazas apocalípticas del fin de nuestra civilización y de la vida”… (Leonardo Boff | articulista del JB online, escritor ecoteólogo. | Traducción de Mª José Gavito Milano | El encuentro feliz de la Pachamama con Gaia | Fuente Web | https://leonardoboff.org/2017/07/20/el-encuentro-feliz-de-la-pachamamahttps://leonardoboff.org/2017/07/20/el-encuentro-feliz-de-la-pachamama-con-gaia/-con-gaia/).

Aprendamos a escuchar los gritos de la Gran Madre Tierra que está herida de muerte por un grupo de sus hijos e hijas que con el paso de tiempo, esa parte de la tierra que logró sentir, andar y pensar que todavía no está completo en su proceso de madurez, “vio que lo que se podía darse… se podía quitarse…” (Kung Fu Panda, La Película), puesto que es el responsable directo de todos los males que hace llorar a esta bella Madre que llamamos Tierra, que en verdad debería llamarse Agua-Tierra porque se compone mayormente de agua.

Podemos adentrarnos un poco al futuro, donde, el hombre sea conquistado por las maquinas o robot, puesto que la robótica está avanzando. Esperamos que si esto pasase los robots no comentan el mismo error del hombre; sea más amigo con la naturaleza y el medio ambiente; sea cuidador respetuoso de los ecosistemas de vida; que no se crea dueño y señor o dominus de todo y por todos; que aprenda cuidar ya que al hombre se le olvidó. Y no sea que la Tierra y los robots se enfrenten y también se acabe todo. Pienso.

Esta Madre en su desesperación se está cansado de tanto atropello de sus criaturas humanas (por cierto, la última en aparecer hace millones de años). Sin embargo, este gran superorganismo que se autorregula (Gaia) está dando a luz nuevas criaturas vivas, que no evolucionaron como tal, sino, que nace de la nada, de manera misteriosa o, milagrosa como un poco más de veinte animalitos, aun, en medio del caos. Esto denota esperanza, el don de vida se manifiesta, se entrelazan las cadenas de la biodiversidad, de la ecodiversidad, de la multivida, de la pluralvida. El don de Dios visible y viviente. Pedimos perdón por todo. Te amamos Madre Tierra.

En esto pensad

JAIRO OBREGÓN

01/08/2020

Maracaibo, Venezuela