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sábado, 4 de abril de 2020

COVID-19: QUE EL MIEDO NO NOS DOMINE

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El nuevo Coronavirus denominado Covid-19 tiene varias lecturas que ha conmocionado al mundo entero: afínales del año (2019) pasado y, ahora a principios de este año (2020). Al parecer, cada cien años la humanidad presenta una pandemia, como ha ocurrido en los últimos cuatrocientos años: La Primera fue la Peste Negra, en 1720; La Segunda fue El Cólera, en 1820; La Tercera fue a Gripe Española, en 1920; La Cuarta ha sido el Covid-19, en 2020. ¿Qué será? ¿Casualidad? ¿Algo programado? ¿La Naturaleza? ¿DIOS? ¿La Vida? ¿Qué piensa usted? Lo que si sabemos que en cada comienzo de estos siglos el miedo ha sido la maxima. Desde luego, es el miedo a lo desconocido, el miedo al contagio y el miedo a la muerte. Esto es muy humano y natural.

Podemos deducir que existen dos pandemias paralelas y ambas son letales: La “Pandemia del Coronavirus (Covid-19)” y la “Pandemia del Miedo”. Ambas, se deben tratar como si fueran una sola. Se necesita de un ejército de médicos, psicólogos y líderes humanitarios que actúen de inmediato. Al pueblo hay que decirle la verdad, darles las soluciones y levantar la conciencia sanitaria de salud ante esta pandemia mundial, y no dejarlo a merced de los medios (comunicación, redes), que dan miedo colectivo y global.

El miedo como tal puede ser un aliado o un enemigo para casi todos los casos, o situaciones conflictivas, o adversas. Dependiendo de la inteligencia emocional, o de la brutalidad emocional, podemos construir-destruir. Ejemplo, al tratar de cruzar la calle, si sabes manejar el miedo tendrás precaución, pero, si no sabes manejar el miedo, o no cruzas la calle, o no ves el autobús que pueda venir.

Lamentablemente, el miedo al miedo es peor que el mismo miedo. A veces, se ven cosas que no han pasado, se crea esa imagen en el cerebro y se fija, esa capacidad de la racionalidad a la irracionalidad causa alteración y constipación. Cuando eso sucede el miedo cambia la percepción de la voluntad de lo vivido anteriormente, lo vivido actualmente o por vivir en el futuro próximo cercano.

El miedo con algo sobrevenido, como la pandemia u otro acontecimiento, afecta la psiquis de las personas. Al cambiar la subjetividad de la persona puede alterar los pensamientos, sentimientos y voluntad a merced de los acontecimientos. Este tipo de condiciones hacen que una persona cambie su naturaleza. Las personas pueden con miedo, volverse una bestia despiadada, puede vender su alma al diablo, puede pedir que venga el diablo y, cuando ven que diablo llega tienen miedo de verlo. No es igual llamar al diablo que verlo llegar, hablando paradójicamente.

Al miedoso, o temeroso de todo es muy fácil de manipular, puede ser engañado con su propia realidad, creándose en su imaginario “súper héroes” que no existen, pueden creer que esos súper héroes los vienen a salvar de algo o de alguien, cuando esos salvadores no son nada confiables. De igual manera, al ser parte del miedo, pueden, irse en contra de los suyos, de su entorno incluso, puesto, que, le han inoculado el miedo. Y esta pandemia (Covid-19) es un caldo de cultivo para lo que estamos hablando. Si este virus fue modificado por la mano del hombre, esos cerebros saben perfectamente dominar con el virus mortal y con el miedo sinuoso, supongo.

Las mil caras del miedo colectivamente esconde o brota lo que cada uno tiene. El miedo paraliza, atornilla, acobarda, evade, inquieta, fustiga, enajena, culpa, condena, enferma cuando ese miedo es infundado o sembrado en la psiquis humana. Pero, por otro lado, el miedo puede alterar, rabiar, contradecir, odiar, herir, matar como maquinas o armas destructivas en el manejo propio y de las masas. Es la psiquis es la que está enferma.

El Impacto Emocional de la Pandemia, propone una curva imaginaria como la siguiente: La Llamada: “Hay un nuevo virus en China”. La Negación: Esto no va ocurrir aquí. La Rabia: “Por qué no se han tomado medidas antes”. El Miedo: “¿Qué va a pasar? ¿Y si me enfermo y no hay medios? La Aceptación: “Estoy triste” “Me siento vulnerable”. Los Nuevos Hábitos y Confianza: “Me cuido”, “Veo la oportunidad de aprender”, “Ayudo a otros”, “confío en lo que me está enseñando”. La Pandemia pasa: “He aprendido y soy más fuerte”. (Publicado en Facebook | Fuente: elpais.com | Articulo de Pilar Jericó).

Ahora, el Covid-19 y el Miedo han paralizado la economía global, los mercados mundiales, las diferentes bolsas de valores, el sector petrolero, en un juego geopolítico bien orquestado. De esta manera, deja vulnerable al mundo ante cualquier cosa. Observamos, que en medio la pandemia se ha estado movilizando tropas estadounidenses y europeas, no vista desde la Segunda Guerra mundial, muy cerca de la frontera de la Federación Rusa, pero, el contagio del covid-19, ha llegado a afectar mucha de la tropa, y el miedo, ha paralizado tales avances, al parecer. Hasta un Porta avión estadounidense se vio afectado de Covid-19 su tripulación. Pudiéndose observar el malestar contra sus mandos superiores de no ser atendidos. Ahora no se sabe que esos barcos de guerra estén afectados de Covid-19 por irracionalidad y la soberbia supremacista. Sin no son capaces salvar a sus connacionales ¿Cómo es que vienen a salvar a otros?

La Pandemia del Nuevo Coronavirus (Covid-19) que brotó en China asustó al mundo. Actualmente, China tiene contenido el virus, preparándose para otro brote y de nuevo contenerlo. Nos conmocionó ver como en Italia fue el epicentro de Europa, Italia lloraba por la gran cantidad de muertes, y pedía ayuda a los europeos, y no se vio ningún avión llegar de UE (Unión Europea) o de EEUU (Estados Unidos), solo hemos visto la ayuda de China, y Rusia, y Cuba, y Venezuela para atender a los italianos y a muchos otros países de manera oportuna y segura en base a la solidaridad. Como vemos a España que deja morir a los más viejos para salvar a los más jóvenes, nos asombró. Actualmente, el epicentro mundial está en New York, con miles de casos y muertes, pidiendo su Alcalde que los ayuden. Y nos preguntamos, ¿Si no pueden o quieren ayudar a los suyos, ni a sus aliados, como es que viene ayudar a otros que declaran ser sus enemigos? A este acontecer, vemos que los aviones llegan de China y Rusia a los Estados Unidos de Norte América en el marco del multilateralismo y no del unilateralismo, tanto pedido por éste y ofrecido por aquellos, esto supone una bofetada en la cara dura del supremasismo, que los ha considerado su enemigo político, económico y militar. Luego, venden al mundo como caras duras que son los “salvadores” o “benefactores” en pro de la “libertad” y no se tiene la decencia y el decoro de socorrerse y socorrer a otros en plena pandemia. No se puede ser tan ingenuo. Es una trampa casa bobos, muy peligroso, tanto, para los bobos, como para todos. Abran los ojos compatriotas. Abran los ojos mundo entero. La apuesta es el miedo. (Análisis y resumen de noticias de diferentes fuentes a saber. De muchos de esas “fuentes” no me hago responsable de sus afirmaciones para que una red social no me cuestione y una agencia de noticias muy conocida me censure, aclaro como librepensador).

“Situaciones como las que estamos viviendo pueden causarnos mucho miedo ya que está amenazada la salud y la vida misma, tanto por la nuestra como la de nuestros seres queridos. En este sentido, el miedo tiene una causa real y objetiva por lo cual nos resulta útil en la medida que nos provee un estado de alerta que nos lleva mantener maxima atención y a movilizarnos para actuar en consecuencia. Es la parte positiva del miedo que, dentro de los límites adecuados, nos mantendrá en ese estado de alerta absolutamente necesario en este contexto.

Sin embargo, debemos estar muy atentos para controlar el miedo ya que este puede progresar y “salirse de su cauce” normal, lo cual nos conduce a sentir angustia, ansiedad, zozobra e incertidumbre. Cuando esto sucede, los pensamientos y los sentimientos se desplazan de las causas objetivas y reales del miedo hacia situaciones negativas imaginadas, que “podrían ocurrir” pero que de hecho no han ocurrido y, si tomamos todas las previsiones, lo más probable es que no ocurran. Algo de esto siempre nos puede suceder pero, cuando “damos rienda suelta” a nuestros miedos, los pensamientos y los sentimientos negativos también “se desbocan” y nos generan un estado de ansiedad permanente.

Ese estado emocional resulta aversivo y desagradable y muy difícil de mantener durante mucho tiempo. Pero, además, este tipo de emocionalidad rompe con la posibilidad de mantenernos atentos y concentrados en la situación, ya que en lugar de la razón, es la emoción la que dirige nuestra conducta. Por eso debemos hacer un gran esfuerzo para mantener el auto control y utilizar la razón para entender cabalmente lo que estamos viviendo y canalizar nuestros temores de la forma más adecuada.

Para ello debemos aceptar de forma racional y consciente la realidad que estamos viviendo. Esto es algo serio que está afectando al mundo entero y debemos asumirlo. No podemos evitarlo ni eludirlo, aunque nos genere miedo y nos interrumpa y afecte toda nuestra vida cotidiana. Pero debemos enfrentarlo y manejarlo y para ello debemos la maxima atención a las autoridades gubernamentales –caso venezolano-, únicas encargadas de conducir las políticas sanitarias necesarias para detener la cadena de contagio y tratar a quienes hayan contraído el virus. Es necesario asumir una actitud de alta responsabilidad tanto en el cumplimiento de las indicaciones higiénicas, como en relación con la cuarentena que debemos cumplir.

En ese sentido, es importante que tengamos una actitud racional y crítica ante la información que circula por los medios y, muy especialmente, por las redes digitales. Desechemos toda la información que no nos es útil para el momento en que vivimos, especialmente aquella que tiene una evidente intención manipuladora y “sensacionalista”. Todo ello no hará sino atizar la parte negativa del miedo y estimulará  así la ansiedad y la incertidumbre. Tampoco es recomendable que estemos permanentemente conectados a la redes y al teléfono, exponiéndonos en forma casi frenética a un verdadero “alud informativo” que no es posible procesar ni asimilar. Esto también estimula la ansiedad y la incertidumbre.

Hagamos un gran esfuerzo para mantener una convivencia familiar que nos permita sobrellevar esta situación de cuarentena de la manera más adecuada. Mantengamos horarios y rutinas en la medida de lo posible; apelemos a formas creativas de entretenimiento, como juegos de mesa, uso creativo de internet y de las redes, veamos películas que nos entretengan sanamente y, muy especialmente, tengamos mucha paciencia y confianza absoluta en que si hacemos lo que tenemos que hacer, esta pandemia pasará y la podremos superar entre todas y todos. (Artillería | Suplemento del Correo de Orinoco | Lunes 23 de marzo de 2020 | Nº 458 | Año 8 | Caracas | Psicólogo Social | Colectivos de Psicólogos por el Socialismo | pag. 2 | Formato PDF | Fuente Web).

El miedo no nos debe paralizar, desmotivar y dominar a su antojo. Seamos resilientes en medio de esta pandemia y/o de cualquier amenaza, crisis o situación inesperada. Los cristianos (verdaderos como hablaba el apóstol Juan), estamos llamados a ser portadores de esperanza, ser portadores de la paz, ser portadores del amor. Cuando los caminos son duros, solo los duros caminan. Seamos gente que canta, que ayude y que sume y no reste, gente que multiplique y no divida. Busquemos el lado bueno de las cosas y, de lo malo, se puede aprender, puesto que todo lo que pasa es un aprendizaje. La vida está llena de oportunidades y si hay miedo, transformemos el miedo en valor, en fuerza que transforma y que cambia para lo bueno, lo justo y lo agradable. Todo se puede si se cree, porque al que cree todo le es posible, y no temamos, tengamos confianza que Dios está con nosotros, por nosotros y a través de nosotros.

En esto pensad

JAIRO OBREGÓN

04/04/2020

Maracaibo, Venezuela