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miércoles, 1 de julio de 2015

¡OLAS DE CALOR, ALERTA MUNDIAL!

 

Las olas de calor se agudizan, causado en la medición de la temperatura, por consecuencia del cambio climático; es sumamente preocupante puesto que los cientificos y expertos en la materia lanzan sistemas de alertas para abordarlo. Según datos de la ONU, la intensidad y la frecuencia de las olas de calor serán mayores.

La educación ambiental y/o climática en todos los ordenes, podría no tanto detener el cambio climático, sino aguantar su impacto en la madre tierra, y en nosotros los seres humanos que sobrevivimos al efecto invernadero moderno, producto del consumo desmedido sin tomar en cuenta la tierra y el clima.

Las olas de calor pueden tomar por sorpresa a los gobiernos, como se ha visto recientemente en Pakistan e India, donde se han ocasionado más de mil víctimas mortales. Sin embargo, esto podría ser cosa del pasado gracias a un nuevo sistema de alerta, aseguraron hoy expertos de salud de las Naciones Unidas.

Lanzado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), este nuevo manual provee una guía a los gobiernos para abordar los riesgos de la salud que plantean estas situaciones y crear planes de prevención y sistemas de alerta.

"Las olas de calor son un fenómeno natural peligroso que cada vez requiere más atención", señalaron los organismos en un comunicado conjunto.

Si bien no tienen el carácter de especular ni la violencia repentina de otras amenazas, como los ciclones tropicales o las inundaciones repentinas, sus repercusiones pueden ser graves, alertaron.

Según cifras de la ONU, las olas de calor se han vuelto cada vez más frecuentes en los últimos 50 años. A causa del cambio climático, su frecuencia, intensidad y alcance podrían aumentar a corto plazo.

El calor excesivo puede causar deshidratación, insolación y mareo a problemas cardiovasculares y trombosis. Pero además del impacto en la salud, las olas de calor también ejercen presión sobre las infraestructuras de energías, agua y transporte.

Los riesgos se pueden reducir mediante este sistema de alerta temprana, aseguran la OMM y la OMS. Esa información puede ser utilizada por las autoridades, los servicios de salud y el público para actuar de manera oportuna.

Las espantosas olas de calor producto del cambio climático por el  "homo-consumus", pueden avanzar de manera alarmante y peligrosa para la salud de todos. Debemos estar preparados y preparadas para elevar la educación, la conciencia y la causa común del ambiente, tierra y los humanos.

Todos, Padres, Educadores, Escritores, Ambientalistas y el público en general debemos alzar los sistemas de alertas propios del consenso del bien común. No es hora de quedarse en una inercia y pasividad del conformismo moderno.

¡Alcemos la voz! ¡Proclamemos un eco-evangelio! ¡Seamos profetas que anuncien buenas nuevas de la vida del planeta! ¡No cambiémos el clima, cambiemos el sistema! ¡Si el clima fuese un banco, ya lo hubieran rescatado! ¡Se trata de la vida de nuestros hijos e hijas, de nuestros nietos y nietas, de usted y de mi! ¡Todos! ¡Todas! ¡Nadie se escapa! ¡A pensar diferente sobre el clima! ¡En esto pensad!


JAIRO OBREGÓN

01/07/2015

San Francisco, Venezuela.



T/ Centro de Noticias ONU.
F/www.un.org/
 


domingo, 28 de junio de 2015

¡DÍA MUNDIAL DEL ÁRBOL!

   



La vida comienza con los árboles en la faz de la Madre Tierra. Aun, en el Génesis, se hablaba de la analogía del Árbol de la Ciencia del "Bien" y del "Mal" que probó la "obediencia" de los seres adánico y evánica -si me permiten acuñar la expresión-. Y del Árbol de la "Vida", que si se comía de su fruto se podía vivir para siempre. Recordando la narrativa biblica del código yavista.

El Día Mundial del Árbol fue instaurado por el Congreso Forestal Mundial celebrado en Roma en 1969 y es ocasión propicia para recordar su importancia. Los árboles están junto al ser humano desde el principio de nuestra historia, por lo que sus beneficios son conocidos y aprovechados desde hace miles de años, aunque no por eso, olvidados también.

Los árboles resultan absolutamente esenciales para la vida de nuestro planeta: purifican el ambiente al oxigenar el aire, proporcionan sombra, mejoran sectores erocionados, humedecen el ambiente, reducen el ruido, son capaces de temperar el lugar donde se encuentran, ya que provocan sensación de frescura y humedad, incluso deteniendo las heladas con su follaje; producen alimentos y múltiples recursos, además de ser el lugar de muchos pájaros.

El sentir que predominó en las culturas anscestrales fue la de un mundo encantado. El entorno era un lugar de pertenencia, de correspondencia. El hombre estaba ligado a la naturaleza y esta relación le daba significado a su vida. Las montañas, los ríos y las nubes eran contemplados como algo maravilloso y con vida. Dentro de este concepto, el árbol tenía un sentido sagrado para ellos: representaba una vida inagotable, los bosques eran inmortales al perpetuarse a través de los siglos, al ser fuente inagotable de recursos para la humanidad.

El canelo para los mapuches, la ceiba para los mayas o la encina para los celtas, demuestran la relación de respeto que tenía el hombre con su medio ambiente. Para ellos, el árbol sagrado es el eje de su mundo, un puente de trascendencia entre el mundo terrenal y espiritual.

Hoy, el hombre ha perdido su capacidad de encantarse, al resolver todo por medio de la razón, ha pretendido ser medida de todas las cosas cuando sólo es parte de un ecosistema mayor, ha olvidado mirar su alrededor y sorprenderse por el renacer de las flores en primavera, por el canto de las aves, por el baile sutil de las hojas en otoño.

Pilar fundamental de este reencantamiento del mundo es educar a las nuevas generaciones con principios integrales que valoren la importancia de los bosques más allá de las variables económicas. Educar para un cambio cultural, donde el hombre forme parte de un ecosistema que involucra a toda la naturaleza, y donde el bienestar de todos sus componentes nos llevará a mejorar la calidad de vida, y frenar la destrucción del planeta y de nosotros mismos.

El Día Mundial del Árbol puede ser la escusa para reflexionar cómo la vida moderna nos ha llevado a olvidarnos de que sólo somos parte de un ecosistema mayor, a recuperar esa unión sagrada con todos los seres de la naturaleza y a tener una conducta más respetuosa con nuestro entorno.

¡Todos podemos ayudar, -Padres y Educadores, como agentes multiplicadores, pueden educar sobre las funciones e importancia de los bosques, la importancia de su protección y conservación, e incorporar en los currículo la educación ambiental; -Organizaciones ambientalistas, a través de la educación no formal, pueden generar tomas de conciencia en torno a los problemas locales y globales de los bosques, y del deterioro del medio ambiente; -Gobiernos, generando políticas de desarrollo sustentable para la explotación de los bosques nativos, fomentar la producción a largo plazo y de bajo impacto ambiental, y de promover el desarrollo de actividades alternativas como ecoturismo, artesanía, recolección de plantas medicinales, evitando proyectos con impacto irreversibles en los bosques.

Un solo árbol es un complejo ecosistema que mantiene a numerosas especies de invertebrados (insectos, arácnidos, miriápodos), así como vertebrados (aves, reptiles y mamiferos), que encuentran en él -árbol- su alimento, por medio de las hojas, yemas, brotes o frutos, y refugio.

Sobre su corteza crecen hongos, líquenes y plantas parásitas (que se nutren con su savia) y epifitas (crecen sobre ellos, pero no les hacen daño), como las lianas, que los utilizan como punto de apoyo para acceder a las alturas donde abunda la luz. Entre las raíces abundan las larvas de los insectos, gusanos que viven en el subsuelo, los ácaros y los roedores. En las sabanas de África son fundamentales en la dieta de los herbívoros ramoneadores (que son aquellos que se alimentan de las hojas y de los brotes de las ramas). En las selvas contribuyen a formar un ambiente húmedo donde se multiplican plantas y animales. En las zonas templadas, el árbol es una de las mayores fuentes de riqueza, en el ámbito de la explotación forestal.

¿Cuánto vale un árbol? Para el hombre, el árbol tiene un valor económico, ya que de él obtiene distintos materiales comercializables. La madera se utiliza como tablas para la construcción; su pulpa permite la confección de una gran diversidad de papeles; además proporciona el corcho, las resinas y el látex -líquido segregado por algunos árboles, como el caucho-, las gomas, los barnices, el tanino y la cola.

A todo lo anterior, hay que sumar la importancia de los árboles frutales, cuyo cultivo se inició la primera vez que se plantaron semillas deliberadamente. Desde entonces, se han mejorado las calidades creando nuevas variedades. Por ejemplo, de la manzana, que en su forma silvestre es pequeña y amarga, el hombre ha creado más de mil variedades, mucho más grandes y dulces.

Inspirando a pensadores, filósofos, literatos...

"No hay árbol recio ni consistente sino aquel que el viento azota con frecuencia" (Lucio Anneo Séneca).

"Todo el que disfruta cree lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan" (Friedrich Wilhelm Nietzsche).

"Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino" (Gabriela Mistral).

"Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, tambien hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres" (Mahatma Ghandhi).

"Así como el árbol se fertiliza con sus hojas secas que cae y crece por sus propios medios, el hombre se engrandece con todas sus esperanzas destruídas y con todos sus cariños deshechos" (F. William Robertson).

"Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol" (Martin Luther King).

"A veces nuestro destino semeja a un árbol frutal de invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán? Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será" (Johann Wolfgang Goethe).

"La esperanza es un árbol en una flor que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones" (Severo Catalina).

"Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosostros, pero ya no producirá flores y frutos" (Rabindranath Tagore).

"No hay árbol que el viento no haya sacudido" (Provervio Indú).

"Un árbol es...Vida que contiene Vida, Vida que protege Vida" (Únete al Planeta).

"Sembrando árboles salvamos al planeta, sembrando alimentos al hombre" (J. Obregón). 

¡Plantemos árboles... Enseñemos a nuestros hijos a sembrarlos, a valorarlos, a cuidarlos...!

¡Protejamos la vida del planeta!

 En esto pensad.
JAIRO OBREGÓN

28/06/2015

Maracaibo, Venezuela.


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