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domingo, 20 de septiembre de 2020

¿HABRÁ UN ACUERDO O PACTO DE ABRAHAM EN ÉSTE SIGLO XXI? ¿SERÁ QUE SUS HIJOS LO CUMPLIRÁN?

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Éste es un tema escabroso y delicado en el pasado, en el presente y cuidado en el futuro próximo cercano. No se puede pasar por alto cuestionamientos religiosos, que han determinado el comportamiento de dos razas unidas y desunidas al mismo tiempo. Aunque, se podría decir que son dos caras de la misma moneda, y su filo es muy cortante, para cualquiera de las partes. Es un contrasentido, tomar el nombre de Abraham, para fines políticos de la complejidad actual que contrapone los verdaderos valores de una hermandad que no se ha definido por el paso del tiempo. Con todo esto se está jugando con fuego peligroso. Podría ser una bomba de tiempo con repercusiones lamentables de una guerra sin fin. El remedio es peor que la enfermedad. Lo que está en juego, no es un juego.

Rememoremos el verdadero Pacto de Dios con Abraham. Para empezar, Abraham (o Abram) no fue ni judío-israelí, ni árabe musulmán, ni mucho menos cristiano (esto se debe dejar muy claro). Abraham, era un gentil de Ur de los Caldeos en la antigua Babilonia cerca de golfo pérsico. El pacto fue de Dios (HaShem) con Abraham y no de éste con Dios. Tampoco, fue un pacto con una tribu en particular o grupo o reinado alguno que existiera, sólo para su descendencia, según la tradición hebrea Abraham tuvo 8 hijos en su vida: Ismael, con su madre Agar; e Isaac, con su madre Sara; Zimram, Jocsán, Medán, Isbac, y Súa con su madre Cetura (1º Crónicas 1:32-33). Ahora la narrativa bíblica del Bereshit (Génesis) fue avisado por el Señor para que saliera de su tierra y de su parentela a la tierra que le mostraría, y llegó a la tierra de Canaán (Génesis 12). Allí, se estableció como un emigrante o extranjero hebreo y, fue un hombre influyente rico para la época. De Abraham se expresa que es el padre de la fe semita, hebrea, israelita y judía por un lado; y por el otro, semita, hebrea, arábiga y musulmán. Los cristianos nos identificamos con Abraham, como agente bíblico por la tradición judea-cristiana, en el referente de ser padre de la fe. Porque en Abraham se bendice todas las familias de la tierra (Génesis 28.14), las familias de su sementera (o semen) o descendencia y de todos los semitas sean árabes o judíos; además, de una bendición genérica a todas los humanos de la Tierra (acto simbólico). Es por ello, que Abraham, se constituye en un símbolo religioso y cultural en el escenario bíblico como tal. Es un concerniente de unidad en la diversidad y no una uniformidad aventurada.

La controversia de ese pacto entre esa divinidad semita o de la descendencia de Sem, hijo mayor de Noé, según la tradición semita (HaShem, hebraico y de Alá arábigo y aun pérsico) es motivo de mucha discusión entre la Torá judía, el Coran musulmán y, la Biblia cristiana. Esto, no se ha podido macerar al paso del tiempo. Sin embargo, se le sigue considerando el Padre de las tres religiones monoteístas antes mencionadas.

Dicho Pacto, se trataba de la narrativa de su época. Consistió en la ordenanza de salir hacia un sitio, de cambiar de nombre, de tener hijos y una gran descendencia. Todos sabemos el resto de la historia bíblica. Sara (Sarai) era estéril, siendo ella su medio hermana, del mismo padre con distintas madres, ella al cabo de su edad avanzada concibió y parió a Isaac (risa su nombre) a su esposo Abraham. No obstante, Abraham tuvo otro primogénito doce años atrás con Agar, la hija del rey (Faraón) de Egipto (que la tradición yahvista la consideró esclava) a Ismael hijo de primogénito de Abraham (que la tradición judía lo considera en la carne). Ismael, es el padre de los árabes, e Isaac, es el padre de los israelitas, según las fuentes. Esta situación debe entenderse en perspectiva y no de manera taxonómica empoderada por la tradición meramente cargada de sectarismo dogmático. 

No trataré todos los aspectos de la vida de este personaje emblemático. Trato de dar una visión más genérica (si me lo permiten de manera no ortodoxa sino un poco más heterodoxa) para tratar de respetar la retórica de la fe, en sus distintas expresiones religiosa y culturalmente hablando.

Varios siglos después en nuestra era actual, encontramos el famoso “Acuerdo de Abraham” entre algunos países árabes con estado de Israel. Es un redito político para salvaguardar las reelección de Donald Trump, presidente de los Estadounidenses (Estados Unidos es toda la America del Norte) en su intento desesperado de lograr el voto judío de los lobistas y, ganar el premio Nobel de la Paz como nominado. Y por el otro lado, asegurar el mandato del primer Ministro de Israel Netanyahu, dado su baja popularidad en Eretz Israel. Este es un acuerdo polémico y controversial en los actuales momentos.

Los hijos mayores en sus dos vertientes históricas solo se han dado en pocas ocasiones. Antiguamente, se dio cuando Abraham muere y sus dos hijos Ismael e Isaac –y sus otros hermanos- se unieron para enterrar a su padre, según el relato del Génesis. Las demás ocasiones han sido muy cuestionadas y, contrapuestas. Este es un Acuerdo del Pandemónium cargado de odio racial desde siglos, que por ser una manipulación política expansionista actual de dichos acuerdos, podría ocasionar males inimaginables en el tablero de la geopolítica mundial.

Éste, “Acuerdo de Abraham” es una bofetada al mundo árabe en general, según expresan los medios. Pocos saben que Palestina era la antigua Canaán de la época. Esaú, hijo de Isaac, se emparentó con una ismaelita en este territorio de Can de Canaán, según la Tora (Génesis 28:6). Por ello, los Palestinos son árabes y todos son muslámenes del profeta Mahoma, según el Coran. No puede haber un acuerdo como tal sin pasar por alto a los palestinos, expresan algunos dignatarios de la Liga Árabe. Puesto que Palestina está ocupada por régimen israelí sionista, en confrontación con la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) y de Hamas una fracción política y armada, que el sionismo y occidente consideran grupo terrorista.

A los palestinos que sufren en carne viva la opresión de la ocupación, no fue consultada ni tomada en cuenta en este Acuerdo o Pacto histórico, por no decir histérico. La imposición a la fuerza es incuestionable al no ser parte de este acuerdo político, en medio de una gran tensión de décadas pasadas. Palestina se respeta, no es juguete de nada ni de nadie, siendo la que más pierde por su gran sufrimiento. Ante esta ambivalencia absurda sin un verdadero sentido entre todas las partes, ¿Quién les devuelve los asentamientos ocupados y sus viñeros durante siglos a los palestinenses? ¿Dónde quedaron los acuerdos de Oslo de dos estados soberanos en el Medio Oriente? ¿Estamos ante una nueva o prolongada “primavera árabe” ahora primavera israelita? ¿Qué hay detrás de todo esto traído de los cabellos como camisa de fuerza?

Esto repercute a toda la Liga Árabe y el establishment de Israel. Si, esto afecta a todo el medio oriente u oriente medio en toda esa basta zona del Asia. Esto afecta directamente a Arabia saudita con todos los reinados del golfo arábigo y, del golfo pérsico. Esto repercute a la temible Irán (que es musulmán persa no son árabes), esto salpica Turquía y aun la mirada palpitante de Egipto (al norte de Africa), esto no ayuda a Siria, en su situación de guerra generalizada contra grupos extremistas, contra los EEUU y, con Israel por las alturas del Golán, con los kurdos y, aun Turquía (Siria cuenta con la ayuda de Rusia e Irán). Nadie habla claro de esto.

Todavía recordamos el pacto firmado entre Isaac Rabin Primer Ministro Israelí y Yasser Arafat presidente de Palestina por iniciativa del expresidente Bill Clinton de EEUU. ¿Cuánto duró ese pacto? Lamentablemente, muy poco. A Rabin lo asesina un extremista judío por considerar el pacto con los árabes una traición y, a Arafat fue muerto en su bunker con plutonio 12 (componente radiactivo) y no se sabe el culpable hasta hoy, según se expresa.

El pacto u acuerdo con Egipto e Israel enfrentados por el territorio del Sinaí y del apoyo de los egipcios a los palestinos. ¿A dónde fue a parar este acuerdo? Israel se creció a todo dar y, Egipto se sumió en la pobreza. Y a los palestinos le ha sido quitado sus territorios, confinados a una cárcel a cielo abierto.

Para la mirada serena de la Naciones Unidas califican: “El pacto normaliza las negociaciones entre los dos países y detiene los planes de Israel de anexar partes de los territorios ocupados en Cisjordania. La ONU considera que se trata de un impuso para que todas las partes vuelvan a participar de manera constructiva en negociaciones significativas para resolver conflicto palestino-israelí”. (Noticias ONU | El Acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos es una oportunidad de paz para la región | 25 de agosto 2020 | Paz y Seguridad | Fuente Web | https://news.un.org/es/story/2020/08/1479492).

Por otro lado, la BBC Mundo analiza lo siguiente:

“Un paso significativo, pero con muchas dudas”: “El establecimiento de relaciones diplomáticas completas, la apertura de embajadas y la normalización de los lazos comerciales entre Israel y los Emiratos Árabes son un paso diplomático significativo, pero inevitablemente despiertan dudas. ¿Se hará realidad en toda su extensión? ¿Podrían otros países del Golfo Pérsico seguir el mismo camino?

Es importante ver qué no significa. Está lejos de ser un plan de paz amplio que resuelva la cuestión palestina como ha promocionado el Presidente Trump, aunque si hay beneficios a corto plazo para todas las partes.

Para Trump, que anunció el acuerdo, en un momento en el que sus perspectivas de reelección parecen complicadas [siendo Trump el peor presidente de los EEUU en toda su historia, según Noam Chomsky].

Para el Primer Ministro de Israel, Netanyahu, que está en problemas y se quita de encima un peso que él mismo se había puesto: la promesa de anexión de partes claves de Cisjordania. Esto es algo que se había convertido en algo casi imposible de cumplir por la ambivalencia de los Estados Unidos y el rechazo internacional.

Netanyahu puede ver esta “iniciativa de paz” también como algo que multiplique sus chances si se precipitan unas nuevas elecciones en Israel.

Es difícil predecir cuales son los beneficios inmediato para los Emiratos, pero sus relaciones con Washington se verán reforzadas y eso puede ser ventajoso desde el punto de vista económico, científico y de seguridad.

En cuanto a los palestinos, no parece que esto vaya a crear otra cosa que no sea frustración y esa sensación de que de nuevo han sido dejados de lado [como lamentablemente ha pasado y está pasando al parecer]. (Análisis de Jonathan Marcus, corresponsal de Defensa de la BBC). (BBC Mundo | Israel Firma con los Emiratos Árabes un histórico acuerdo de paz por el que se compromete a suspender las anexiones de territorios palestinos | 13/08/2020 | Copyright © 2020 BBC | Fuente Web | https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53771501).

El portal de Hispan tv agrega una opinión en cuanto a estos acuerdos al respecto:

¿Por qué los Emiratos Árabes Unidos se arrodillaron ante Israel? … El llamado “Acuerdos de Abraham”, que es como se ha denominado el pacto, asegura el compromiso de Israel para detener la anexión de más tierras palestinas en la ocupación Cisjordania. No obstante, al dirigirse a los periodistas la tarde del jueves en la ciudad de Tel Aviv, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que había acordado “retrasar” la usurpación como parte del acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos, pero que los planes seguían “sobre la mesa”. Los Emiratos Árabes Unidos es la tercera nación árabe en llegar a un acuerdo de este tipo con Israel, después de Jordania y Egipto.

Reacciones a nivel regional. El liderazgo palestino rechaza y denuncia el anuncio de la triada, los Emiratos Árabes Unidos, Israel y Estados Unidos, tal como lo indica, Nabil Abu Rudeine, asesor principal del presidente palestino, Mahmud Abás

Abu Rudeine dijo que el referido acuerdo es una traición a Al-Quds (Jerusalen), la Mezquita de Al- Aqsa y la causa palestina.

A su vez, Hanan Ashrawi, un miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) afirmó que la medida equivale a ser “vendido” por “amigos”.

Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) aseveró que el pacto no sirve a la causa palestina. “Este acuerdo no sirve en absoluto a la causa palestina. Este acuerdo alienta la ocupación a continuar negando los derechos del pueblo palestino”, reiteró Hazem Qasem, un portavoz de HAMAS, en un comunicado.

Irán, el principal patrocinador de la causa palestina, repudió el paso, calificándolo de un gran error. El presidente iraní, Hasan Rohani, a su vez, precisó que el acuerdo entre los Emiratos Árabes Unidos [EAU] e Israel es una “traición a la causa palestina”. Mientras que el canciller persa, Mohamad Yavad Zarif, lo tachó de un acto de “estupidez estratégica”. (HISPANTV | Nexo Latino | Opinión | ¿Por qué los Emiratos Árabes Unidos se arrodillaron ante Israel? | Publicada 15/08/2020 | Actualizada  11/09/2020 |  © Hispan TV 2020 | Todos los derechos reservados | Fuente Web | https://www.hispantv.com/noticias/opinion/474417/israel-emiratos-palestina-normalizacion).    

Creemos en la paz y seguridad como principio de vida y libertad. Pero, la paz de los ciegos, sordos y mudos no es paz es inexistencia. Se necesita negociación y no negación. La paz de los sepulcros por la guerra, eso no es paz firme o estable. “No hay camino para la paz, la paz es el camino”, dijo Mahatma Gandhi (pensador indio). Nelson Mandela dijo: “Sabemos muy bien que nuestra libertad está incompleta sin la libertad de los palestinos” (expresidente de Suráfrica). No obstante, no se puede pactar o acordar con el odio a cuesta como una emboscada o bofetada. No se puede dialogar con alguien quien niega el dialogo (esto lo vivimos muy de cerca los venezolanos con los actores políticos cayendo en contradicciones en contrasentido y muy costosas porque no se logra nada seguro). Para dialogar, negociar, pactar o acordar se necesita crear las condiciones de respeto, tolerancia y voluntad en ese marco mutuo. Si una de las partes no está dispuesta a negociar es inútil llegar a un acuerdo en sí (...). Las partes se ponen de acuerdo y, ceden lo que tengan que ceder y, se firma lo acordado para dar fiel cumplimento de lo pactado por partes iguales. Son más lo que une, que lo desune, si miramos bien ante el conflicto. Son los puntos comunes que dan paso a la cooperación y lograr el bien común. El bien es común entre las partes y para favorecer una parte. En un acuerdo como tal no hay supremacías ni el que tenga que claudicar por un ventajismo. Es todos adentro sin excluir a nadie. En un acuerdo debe haber consenso en el disenso si se está claro los fines a lograr en función de una hoja de ruta. Eso creemos. Perdonadme este agravio.

En esto pensad

JAIRO OBREGÓN

20/09/2020

Maracaibo, Venezuela