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viernes, 4 de septiembre de 2020

JUBILEO DE LA TIERRA: CUIDADO, DESCANSO O LIBERACION Y, CUIDARNOS DE LA PANDEMIA

  Revolución De Gracia: PALABRA PARA 2017: EL AÑO DE JUBILEO   

El Jubileo del Pentateuco o, la Torá, registrado en el Libro de Levítico 25 (v.17) es una fiesta, celebración, aniversario, concurrencia, concesión, gracia, perdón y festejo o jubilo bíblico –o de otras instancias- que alcanzaba a la tierra y, al hombre como un todo en el todo. A la tierra labrada que descansara en sus ciclos naturales y, el hombre pobre o esclavo tenia alimento adicional y libertad de la esclavitud. Es de considerar, que nunca se dio como tal el jubileo, por la imposición de los terratenientes amos esclavistas de la alta aristocracia del Israel de los jueces, de los reyes, de los imperios ni mucho menos en la diáspora judía. Solo se dio el jubileo en los tiempos de macabeos, una familia judía que se opuso al imperio helénico a fuerza de una guerra de guerrillas, que dio pasó al Janucá.

Es de pensar, que el jubileo tratara el descanso de la tierra. Se puede deducir tácitamente, que el jubileo de la tierra es una opción de otrora que a la postrimería se necesitaría de manera urgente, como lo contemplamos en la era moderna o, posmoderna con el cambio climático. Antiguamente, era un año jubilar cada siete años, que por la constatación de los poderosos ricos se extendió por cada cuarenta y nueve años, cuando la esperanza de vida de los esclavos era de cuarenta años aproximadamente.

No podemos pasar por alto esta constatación para que en el presente tengamos una mirada más expedita y, sincera de un era jubilar que se hace perentorio en la vida moderna, el sacro santo consumo, acumulación y despilfarro de los bienes que recibimos de la Tierra; sin ningún escrúpulo el Homo Sapiens se convirtió en el Homo Demens, en su obstinada y obcecada autodestrucción del todo por acapararlo todo, para después desecharlo todo, hasta llegar a una era nueva geológica denominada antropoceno, que podría llevar al necroceno total como hablamos en la entrega anterior en nuestro blog –que cierta red social (F) me niega mi libertad de publicar libremente dicho artículo. Ver por la Web, a saber-. (Jairo Obregón | Articulo | El Principio de la Autodestrucción Atómica: No hacia el Necroceno Total | Blog | 24/08/2020 | Fuente Web |  https://obregonjairo212.blogspot.com/).

Actualmente, en palabras de Jorge Bergoglio el Obispo de Roma (Papa Francisco, de la Iglesia Católica Romana) enuncia en la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, con la que comienza el Tiempo de la Creación: “Me alegra que el tema elegido por la familia ecuménica para la celebración del Tiempo de la Creación 2020 sea el “Jubileo de la Tierra”, precisamente en el año en el que se cumple el cincuentenario del Dia de la Tierra.

En su sabiduría, Dios reservo el sábado para que la tierra y sus habitantes pudieran reposar y reponerse. Hoy, sin embargo, nuestro estilo de vida empuja al planeta más allá de sus límites. La continua demanda de crecimiento y el incesante ciclo de producción y consumo están agotando al medio ambiente. Los bosques se desvanecen, el suelo se erosiona, los campos desaparecen, los desiertos avanzan, los mares se vuelven ácidos y las tormentas se intensifican: ¡la creación gime!

Durante el jubileo, el pueblo de Dios fue invitado a descansar de su trabajo habitual, para permitir que la tierra se regenerara y el mundo se reorganizara, gracias al declive del consumo habitual. Hoy necesitamos encontrar estilos de vida equitativos y sostenibles, que restituyan a la Tierra el descanso que se merece, medios de subsistencia suficientes para todos, sin destruir los ecosistemas que nos mantienen.

La pandemia actual nos ha llevado de alguna manera a redescubrir estilos de vida más sencillos y sostenibles. La crisis, en cierto sentido, nos ha brindado la oportunidad de desarrollar nuevas formas de vida. Se pudo comprobar cómo la Tierra es capaz de recuperarse si la dejamos descansar: el aire se ha vuelto más limpio, las aguas más trasparentes, las especies animales han regresado a muchos lugares de donde habían desaparecido. La pandemia nos ha llevado a una encrucijada. Necesitamos aprovechar este momento decisivo para acabar con actividades y propósitos superfluos y destructivos, y para cultivar valores, vínculos y proyectos generativos. Debemos examinar nuestros hábitos en el uso de la energía, en el consumo, el transporte y la alimentación.

Restaurar la biodiversidad es igualmente crucial en el contexto de una desaparición de especies y una degradación de los ecosistemas sin precedentes. Es necesario apoyar el llamado de las Naciones Unidas para salvaguardar el 30% de la Tierra como habitad protegido para el 2030, a fin de frenar la alarmante tasa de pérdida de biodiversidad (COP 15) en Kunming, China, sea un punto de inflexión hacia el restablecimiento de la Tierra como una casa donde la vida sea abundante, de acuerdo con la voluntad del Creador…” (FRANCISCO | Santa Sede | Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación | Mensaje | 1 de Septiembre de 2020 | ©Copyright – Librería Editrice Vaticana | PDF | Fuente Web | papa-francesco_20200901_messaggio-giornata-cura-creato.pdf).

Éste Jubileo de la Tierra que denota siempre el cuidado, el descanso, el reparo, la justicia en dos modos: planetaria y humana puesto que ambas están siendo amenazadas por la gran trampa denominado mercado que todo lo convierte en mercancía y todo se vuelve en la ganancia por la explotación, la acumulación, el despilfarro, el robo, el asalto, la intervención, el despojo y la guerra.

El eco-teólogo, cosmólogo y escritor Leonardo Boff considera: Con referencia al Covid-19 se ha centrado todo en el virus y en lo que tiene que ver con él, hasta la vacuna buscada desenfrenadamente [como las grandes corporaciones farmacéuticas que tiene centrado el negocio del coronavirus, a más contagio, mas es su ganancia ilimitada a costa de la vida de seres humanos]. Todo tiene su valor [bueno o verdadero y no a costa del valor de la vida] y debe ser hecho, pero no con una visión reduccionista, como la que prevalece. Se considera el virus en sí, asilado, fuera de cualquier contexto. Esto no existe ni en la ciencia ni en el nuevo paradigma, cuya afirmación esencial es que todo está relacionado con todo y nada existe fuera de la relación, ni el coronavirus. Son poquísimos los analistas y epidemiólogos que se refieren a la naturaleza. Y sin embargo, usando las palabras del físico cuántico y uno de los más respetados ecologistas del mundo, Fritjof Capra:

“La pandemia es la respuesta bilógica del planeta: el coronavirus debe ser visto como una respuesta biológica de Gaia, nuestro planeta vivo, a la emergencia social y ecológica que la humanidad ha creado para sí misma. La pandemia surgió de un desequilibrio ecológico y tiene consecuencias dramáticas debido a las desigualdades sociales y económicas; la justicia social se vuelve una cuestión de vida o muerte durante una pandemia como la de la Covid-19; ella sólo puede ser superada por medio de acciones colectivas y cooperativas” (FSP 12/8/2020).

[Actualmente –para cuando escribo este artículo-, el contagio mayor esta de epicentro en primer lugar, a los Estadounidenses; le sigue en segundo lugar, Brasil; en tercer lugar, India; en cuarto lugar, Rusia; en quinto lugar, Perú; en sexto lugar, Colombia. Es un virus invisible que azota al mundo entero. Venezuela tiene la taza una de las más baja de todo el mundo. Reconocido por organismos internacionales. Se hace necesario el entre cuidarnos: lavarse las manos, usar debidamente la tapa boca, distanciamiento físico, lavar la ropa, limpiar la casa, no tocarse ojos-nariz-boca en la calle y mucho más]

Vamos a decirlo directamente con nuestras palabras [según, Boff]: la Covid-19 es consecuencia del tipo de sociedad que hemos creado [creamos la sociedad y después la sociedad nos crea a nosotros] en los últimos siglos y que ha adquirido hegemonía mundial bajo el nombre de capitalismo con su versión política, el neoliberalismo y la cultura del capital [Implementada en Occidente (EEUU + UE) para todo el mundo]. La obsesión de este sistema (en China lo llaman, erróneamente, ‘socialismo al modo chino’, pero en realidad se trata de un capitalismo feroz y dictatorial de Estado es colocar el lucro por encima de todo, de la vida, de la naturaleza, de cualquier otra consideración. Su ideal es un crecimiento ilimitado de bienes materiales en la suposición de que existen bienes y servicios también ilimitados en la Tierra. El Papa [Francisco], en su Encíclica “sobre el cuidado de la Casa Comun” (nº 106): un planeta finito no puede soportar un proyecto de crecimiento infinito.

Para alcanzar este objetivo falso y mentiroso, este sistema avanza sobre la naturaleza, la deforesta, contamina suelos y aires, devasta ecosistemas enteros para expandir el agronegocio, extraer riquezas naturales, disponer de más proteínas animales, más granos como la soja y el maíz y aumentar así el lucro personal y corporativo. Esta agresión sistemática ha recibido una represalia de la Tierra-Gaia: el surgimiento del calentamiento global, los eventos extremos y principalmente una gama certificada de virus mortales. La guerra contra la naturaleza destruyó su hábitat. Para sobrevivir, estos virus pasaron a otros animales o directamente a los humanos.

Ellos están poniendo de rodillas al sistema de acumulación y especialmente a la máquina que aquel creó con armas químicas, biológicas y nucleares, que no sirven para atacar el virus. Este mínimo, casi invisible, del tamaño de 125 nanómetros. En resumen: El virus viene de la naturaleza (es discutible si viene pasando por el murciélago, el mamífero pangolín o la rata de bambú, poco importa, todos son seres de la naturaleza). Este es el verdadero contexto de la Covid-19: el sistema de producción capitalista mundial [corporaciones estadounidense y europea] y chino, del que pocos hablan, y mucho menos las redes sociales y de la televisión que siguen las 24 horas del día el desarrollo de la tragedia humanitaria que está destruyendo miles de vidas.

[El Coronavirus, como otros virus y bacterias nacen y se reproducen en la naturaleza, lo que se cuestiona, es que, podría ser manipulado por la mano del hombre para convertirlo en un arma o un negocio o, ambos a la vez. La pandemia es un problema sistémico.]

Si conseguimos una vacuna que anule sus efectos malignos y elimine el coronavirus, ¿estaremos seguros haber eliminado el virus mayor, a saber, el sistema, productor de la devastación de la naturaleza y, en consecuencia, de la liberación de más virus? Ésta es una cuestión central, para que no volvamos simplemente “a lo que había antes”, horrible para la gran mayoría de la población y para el equilibrio de la Tierra.

Estamos a punto de sobrepasar las nueves fronteras planetarias, sin las cuales la vida no se perpetuará en el planeta. Cuatro de ellas han sido superadas: el abuso del suelo, el cambio climático, la destrucción de la biodiversidad y la alteración del nitrógeno. Si sobrepasamos las otras (solidificación de los océanos, cambio en el uso del agua, degradación de la capa de ozono, calentamiento global y contaminación química), el sistema de vida se colapsará y con él nuestra civilización.

Añado un dato que hay que tomar muy en cuenta: el día 22 de agosto de 2020 ocurrió la Sobrecarga de la Tierra (Earth Oversboot Day). Esto significa que la despensa de la Tierra donde están guardados todos los insumos renovables para la reproducción de la vida, ha quedado vacía por este año. Tendremos menos suelos fértiles, menos cosechas, menos climas adecuados, menos agua, menos nutrientes, menos aire puro, mas suelos con fertilizantes etc. Debido a la cultura capitalista de “consumo sin límite”, hemos consumido ya un planeta completo y un poco más de la mitad de otro que no existe (1,6). La Tierra está como un cheque sin fondos y todas las señales se han cerrado en rojo. Como no queremos reducir el consumo (para muchos, suntuosos) sino hacerlo crecer aún más (consumismo), arrancamos a la fuerza lo que la Tierra ya no tiene [sobre explotación]. La consecuencia es que más personas se enriquecerán con la escasez, una gran parte de la población pasará hambre, no tendrá acceso a lo mínimo de la vida. La Tierra no permanece indiferente, siente el golpe y se defiende, enviándonos tifones, tormentas, tsunamis y sus armas: la gama de virus mortales…. (Leonardo Boff | Articulo | Covid-19: de nada sirve sólo limar los dientes al lobo | Servicios Koinonia | Fuente Web | http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=1001).

En estos tiempos de Jubileo de la Tierra en medio de una pandemia global es necesario que la humanidad se una con Gaia de los antiguos o, la Pachamama de los andinos o, de la Madre Tierra que designó la ONU en conmemoración del Día de la Tierra. La Tierra, los animales y el hombre somos lo mismo. Somos parte del todo y del todo una parte inseparable. Todo está relacionado. Todo es una relación. Nada está separado. Todos contamos. Todos somos uno. ¿Por qué separarnos? ¿Por qué dividirnos? ¿Por qué maltratarnos? ¿Por qué destruirnos?

Abramos la conciencia el corazón de la unificación del todo con todos adentro. Unámonos no solo en el consenso, sino, en el disenso. Otro mundo es posible y necesario. Hagamos los imposible, posible; lo incompleto, completo; lo inoportuno, oportuno; lo irreversible, reversible. Todo en función del bien común, de la Casa Comun. Todos somos Tierra. La Tierra somos todos. Viva el Jubileo de la Tierra.

En esto pensad

JAIRO OBREGÓN

04/09/2020

Maracaibo, Venezuela