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viernes, 16 de octubre de 2015

¡DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN!




El 16 de Octubre de cada año, se celebra el Día Mundial de la Alimentación, proclamado en 1979 por la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Su finalidad es concientizar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. El día coincide con la fecha de la fundación de la FAO en 1945.

El Día Mudial de la Alimentación (DMA) fue establecido por países miembros de la FAO en la Reunión General de la Organización Número 20, en Noviembre de 1979. La declaración húngara establecida por el Ministro de Agricultura y Alimentación Paul Romany, desarrolló un activo rol en la Sesión Número 20 de la Conferencia de la FAO, sugiriendo la idea de celebrar mundialmente el DMA. Desde entonces se ha desarrollado cada año en más de 150 países, dando a conocer los problemas detrás de la pobreza y el hambre.

Desde el 18 de Noviembre de 1981, el Día Mundial de la Alimentación ha adoptado causas de temas cada año, con el fin de descartar áreas necesarias de reformas sociales. En este año 2015, se lleva como causa de tema "Protección social y agricultura para romper el ciclo de la pobreza rural".

Todo lo anterior es positivo y estructural en la erradicación del hambre y la pobreza. Sin embargo, en la alimentación se elevan sus costos y su distribución es altamente insegura en muchos países del mundo.  La alimentación como tal, no es alimentación, es un sub-producto totalmente elaborado por la industria que no deja margen a una verdadera alimentación balanceada y equitativa.

Se debe enfatizar que los alimentos que nos comemos están plagados de insepticidas y plagicidas muy toxicos que causan daño a la salud integral de la población mundial. Los alimentos enlatados con químicos que duran años para su descomposición; debe ser un tema para los organismos internacionales de salud pública.

Los alimentos transgénicos que su descomposición es contra natura está causando preocupación en la población afectada. E inclusive, se siembran maíz y otros rubros para obtener combustible como sustitución del petróleo. En vez de alimentar a los seres humanos y a los seres animales, se alimentan las máquinas para trasladarse por las vías. 

Todavía son los poderosos del mundo los que tienen su producción asegurada y las clases medias y sobretodo las empobrecidas no les es fácil adquirirlas. Se trafíca la comida en momentos dificiles, se super-elevan los precios de la noche a la mañana. Todo el mundo se echa las culpas por los diversos motivos mencionados, pero todavía el alimento es una pertenencia de un sector privilegiado. 

Lo que no se dice es que la producción de las cosechas de los próximos diez años ya está reservada y pagada por los centros del poder mundial. Eso hace que la pobreza se multiplique por doquier y el nivel de vida de los que andamos a pie sea una situación que lleve a algunos a desquiciarse.

Basta ya de alimentarnos sólo y únicamente con comidas sumamente lavadas por las grandes industrias haciéndonos creer que su tabla de composición es fidedigna para la salud de la población. Un ejemplo de ello es la harina precocida, o prelavada, por no decir lavada totalmente. 

Alimentos no son paquetes, ni potes, ni sobres. Eso podría servir como un agregado sí ese fuese el caso. Alimentos no son derivados de alimentos, parecidos a los alimentos o algo semejante. No creamos a ciegas en la mentira mediática de hacer ver que estamos consumiendo alimentos sanos. Las cuñas mienten descaradamente. No al consumismo de sabores y bebidas engañosas que nos envenenan. No creamos en las etiquetas, ni en las marcas ni nada parecido.

Alimentos es también cultura y cultura es alimentos. Esto es bien sabido por los poderosos de la alimentación, que nos han enseñado que el consumir una marca por más de cinco o seís décadas ya es parte del patrimonio y del gentilicio. Al no conseguir los "alimentos" de las "marcas" preferidas se crea un ambiente de sosobra y malestar cuando esos productos son totalmente nocivos para la salud y disminuye la calidad de vida. La gente se mata por por productos de muerte. 

Ahora, ¿Qué podemos hacer en medio de todo lo que hemos planteado? Lo primero es que sepamos qué es alimento y qué no es alimentos. Lo segundo es que cambiemos los patrones culturales sustituyéndolo por unos más conciente frente a lo que nos han impuesto. Lo tercero es que volvamos a la siembra urbana, rural y del campo. El Conuco y la Cantera es la clave para erradicar el hambre y la pobreza. Se puede sembrar por ejemplo hortalizas en patios caseros. Se debe enseñar en las escuelas e iglesias una asignatura de alimentos sanos provístos de manera natural con semillas y abono no industrializado. Respetemos el ciclo de la naturaleza para que la tierra de su fruto a su tiempo y podamos vivir mejor una buena calidad de vida. Con el fruto restante se puede comercializar  a un precio razonable para que haya fluídez y asegure su continuidad.

Por último, aprendamos a compartir el pan con los más necesitados. Aprendamos que el evangelio de Jesús consiste en dar de comer al hambriento, darle agua al sediento, cobija al que esta desamparado. Que lo hagamos como iglesia y como sociedad de manera organizada. Buscando las estrategias de que la palabra del evangelio sea de bendición y de amor.

En esto pensad.


JAIRO OBREGÓN
         
16/10/2015

Maracaibo, Venezuela.



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lunes, 12 de octubre de 2015

'12 DE OCTUBRE'

        

Todo estaba bien el día anterior, el 11 de octubre, los nativos estaban tranquilos en medio de su forma de vivir y su cultura. No se imaginaban los que les vendría a la mañana siguiente. Cuando despertaron todo cambió, nada fue igual, la vida se volvió un yugo, una carga, un azote, un desprendimiento de sus sistemas de vivencia y coexistencia.

El 12 de octubre de 1492 es una historia de sangre gracias a las espadas, al fusil, al cañoneo de aquellas naves que venían de lejos trayendo la destrucción y el saqueo. Llegaron los "conquistadores" o los "diablos" de Cristobal Colón, Hernando Cortez y Francisco Pizarro a "hurtar", "matar" y "destruir" como diría el Nazareno de Galilea (Jesús) en los evangelios al referirse al demonio. La sangre  de millones de nativos corría por los rios sin detenerse, la lujuria era un festín de matanza, la salutación de los desconocidos que acababan de llegar.

En nombre de Dios "Zeus", de los reyes de España, de Inglaterra, de Francia, de Holanda y de la santa Iglesia Católica medieval se leían las proclamas en sus lenguas, sin ningún Amerindio que escuchase por lo menos, eso le dio toda la "autoridad" para arrancar de cuajo lo que ellos -los conquistadores- consideraba como suyo por la "providencia divina" -la iglesia como hoy estaba muda, coautora y copartícipe de todo lo que sucedía-; a los cuales 500 años despúes se creen dueños y mucho de nosotros los descendientes todavía nos creemos que vinieron para despojarnos y nosotros para ser desposeídos.

Por eso, no creo que se pueda decir "Día de la Raza", porque sigue siendo peroyativo; no creo tampoco que sea "El Encuentro de Dos Mundos", porque no vinieron en son de paz sino de ultraje y pillaje; en Venezuela se ha declarado el "Día de Resistencia Indígena", pero los indígenas no pudieron más y la gran mayoría murió a manos extranjeras, fueron domésticados.

La polaridad entre culturas permanece en la psiquís de la población. La posición hermética atornillada de que el "indio bueno" estaba muerto quedó como una constante en el país del norte. La llegada de los colonizadores (en honor a Colón) trajeron el desprecio por el otro, al que no se parece a nosotros; el racismo como forma de dominación está presente, no ha pasado de moda; la comunicación despectiva y el menosprecio por los indígenas continúa latiendo. Siguen siendo los indígenas un medio de tráfico de alimentos, bebidas y un sinfín de cosas más. Todo eso lo aprendieron de sus "amos" para mantenerlos en villo y descrédito ante la sociedad.

Los amerindios fueron perseguidos hasta llegar al cono Sur de América con toda la crueldad posible; como consecuencia, se volvieron -algunos de ellos- hostiles y perpetradores de males a lo que no estaban acostumbrados. Ahora las guerras nos eran por las tierras y el agua entre tribus, ahora las guerras eran con una fuerza extranjera que les aventajaba en poderío y destreza.

Escribo esto porque he estado como misionero en las comunidades indígenas de los wuayúu y de los yukpa por muchos años al occidente venezolano, con la fundación. No me han comido, ni a mí, ni ha mí esposa Janeth, ni ha mí mamá Vilma, ni ha ninguno de los que hemos ido, cualquiera puede ir libremente y dialogar también; hemos compartido el evangelio como un puente de diálogo intercultural con los indígenas y hemos hecho obra humanitaria; muy poco hablo de esto por respeto a la disgnidad humana.

Los que los historiadores esconden es que el fin último era el oro a montón, las piedras preciosas, la plata en abundancia [...] los recurosos naturales que brotaban de la Abbya Yala, la América del Norte, del Centro y del Sur. No ha cambiado nada en la actualidad, hoy es petróleo y más petróleo, gas natural, toda la minería y los recursos estratégicos. Eso es el telón de fondo, por eso se oculta.

Hoy en día somos una mezcla del blanco, del indio y del negro [...], y según los colonizadores vivimos felices con su ternura y admiración. Y para que sigamos con esa "felicidad" debemos seguir dominados y domesticados. Todavía se cree en una supuesta superioridad racial de los países nórdicos, blancos y de ojos azules. Todavía la casa del indio y del negro donde todo lo malo pasa y no la del amo. Todavía seguimos dominados por el color de piel, por nuestra lengua, por nuestra poseción. Y lo peor de todo es que le damos "crédito" silente y estático.

La educación y la conciencia nos podrá salvar para darnos la oportunidad de ser un continente de respeto y de verdad en medio de la diversidad cultural y de pensamiento.

No hay palabra para decirle al mundo entero que nuestros abuelos sufrieron el mayor magnicidio contado en la historia de la humanidad. Dispenseme, no sé qué se celebra. Tengamos un minuto de silencio, toda la América se tiñó de sangre de hombres, mujeres y niños por millones. ¡Oh Dios de los olvidados de la historia, que la América no se tiña nuevamente de sangre! ¡Te lo pedimos en el nombre de Jesús! ¡Amén!

En esto pensad.


JAIRO OBREGÓN

12/10/2015

Maracaibo, Venezuela