Después de leer el artículo de Leonardo Boff en su
sitio web., -por vía Facebook- me identifico plenamente con su pensamiento
renovador de la Madre Tierra a la cual nos debemos hacía ella con respeto y
cuidado. Creo que se debe urgentemente cambiar de paradigmas en estos tiempos
tan acelerados y aun contaminados donde nosotros jugamos un papel preponderante
e incorporo. Veamos, pues, que nos presenta el insigne escritor, teólogo y
ecologista brasilero al que me refiero en esta Reflexión:
“El
ser humano consciente no debe ser considerado aparte del proceso evolutivo. Él
representa un momento especialísimo de la complejidad de las energías, de las
informaciones y de la materia de la Madre Tierra. Los cosmólogos nos dicen que –han-
alcanzado cierto nivel de conexiones hasta el punto de crear una especie de
unísono de vibraciones, la Tierra hace irrumpir la conciencia y con ella la
inteligencia, la sensibilidad y el amor.
El ser
humano es una porción de la Madre Tierra que, en un momento avanzado de su
evolución, empezó a sentir, a pensar, a amar, a cuidar y venerar. Nació, entonces,
el ser más complejo que conocemos: el homo sapiens sapiens. Por eso, según el
antiguo mito del cuidado, el homus (tierra fecunda) se derivó homo—hombre y de
adamah (en hebreo tierra fértil) se originó Adam—Adán (el hijo de la tierra).
En otras
palabras, nosotros no estamos fuera ni encima de la Tierra viva. Somos parte de
ella, junto con los demás seres que ella generó también. No podemos vivir sin
la Tierra, aunque ella pueda continuar su trayectoria sin nosotros.
Por
causa de la conciencia y de la inteligencia somos seres con una característica especial:
a nosotros nos fue confiada la guardia y el cuidado de la casa Común. Todavía mejor:
a nosotros nos toca vivir y rehacer continuamente el contrato natural entre
Tierra y humanidad pues su cumplimiento garantizará la sostenibilidad de todo…”
[1]
Las Sagradas Escrituras se escribieron –valga
la redundancia- desde hace mucho tiempo con un signo de “antropocentrismo”,
es decir, que el Hombre/Mujer es el centro de todo, que todo le pertenece, que
es el que señorea sobre la Tierra. Esa concepción, de que ella no significa
nada, que es un ser inmaterial, mudo, mendiga, esclava y que está “bajo
maldición”, es decir maldita […], con un sinfín de cuestionamientos dado
por la falta de conciencia e inconsistencia ya no puede seguir ese patrón
cultural que le signó el modelo occidental y los cristianismos católico romano
y protestante liberal que nos estructuraron el exclusivismo sobre y por encima
de la Madre Tierra.
La Madre
Tierra no sólo nos proporciona lo que necesitamos como la madre que nos
concibió, sino, que, de sus entrañas emana la vida de todo lo creado y/o
evolucionado. Somos Tierra que habla, que camina, que trabaja, que cuida. Sin embargo,
la falta de entender nuestro papel de engranamiento y no de autosuficiencia empoderada,
hace pensar que el ser humano todavía no ha crecido en sus instintos egoístas,
lo contrario, le hace ser un mamífero cruel por encima de todo y por todo. “El
Homo Sapiens maduro es el colosal destructor de la historia” [2]
El ser
humano contiene una inteligencia
emocional que surge de la Madre Tierra. Por ello –de alguna manera- puede
llegar a compenetrarse con la salvación de la vida en todos sus aspectos hasta
los más mínimos. Al llegar a comprender que de la Tierra salimos y vivimos
podremos asimilar que ella nos cuida, nos limpia, nos alimenta como ese “gran
útero” que encarga, que embellece, que reparte y nos envuelve. Al tratar de
encontrar su lenguaje natural, más allá del ruido contaminador, esa
inteligencia creadora nos ligera nuestras cargas emocionales, ejemplo de ello,
el viento, el agua, la flora y todo lo que convive con nosotros. Seria curioso
observar que en lo íntimo de la naturaleza encontramos a Dios—Creador que a
manera de Padre se comunica con todo lo que nos rodea. En otras palabras –a la
forma de San Francisco de Asis- todos somos hermanos y hermanas. El ser Humano
es Tierra inteligente…Piensa diferente.
JAIRO OBREGÓN.
02/06/2014
San Francisco, Venezuela
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