A manera educativa,
expresaremos los aspectos un poco más relevantes a nuestro parecer de lo
significativo que debe ser para nosotros, concientizar una Pastoral Ecológica,
que cuide, valore y salvaguarde la vida en todos sus aspectos hasta los más
mínimos. Los arboles como parte del ecosistema son símbolos representativos en
la Escritura Bíblica que nos dan la idea de la vida, del alimento, de bienestar
donde los animales y los hombres podemos co—habitar juntos armónicamente.
La vieja idea judeocristiana, de sujetar,
una culpa, de “desobediencia”, a la
Tierra y todo lo creado, que de ningún modo participó de ese “pecado” en los capítulos
primeros del Génesis, cuando el Hombre/Mujer “comió” de un “fruto” prohibido. Si
vemos bien la Tierra no hizo nada, se le imputó esa culpa, pasó a ser víctima
de una interpretación que en la actualidad es algo ambiguo, sin sentido crítico
y racional. Y por este juicio está “bajo maldición” todo lo creado, por lo
tanto, no sirve, no tiene remedio […] Hoy, no podemos, ni debemos seguir un
patrón cultural antiquísimo de la Media Luna Fértil de la Mesopotamia de miles
de años. Se debe con urgencia revisar los contenidos y darle una orientación
más cónsona con los símbolos bíblicos.
“Con la hermosa frase ‘La primavera de oro de los araguaneyes’ identificaba Rómulo Gallegos –insigne
escritor venezolano- la llegada de la primavera en los llanos y sabanas de
Venezuela. Y es que, <<en el
periodo de floración todo el campo, todos los caminos toda la geografía patria
parece rendir pleitesía a la belleza de este Árbol –como todos los demás- que
luce en el bosque, a lo largo de nuestros caminos, en el interior de nuestras
viviendas, como una diadema de oro. Es que el araguaney se hizo también pueblo
venezolano>>.
El 29 de mayo de 1948 se celebra el
araguaney Árbol Nacional de Venezuela. Este es un árbol autóctono y su altura
oscila entre 6 a 8 metros. Su tronco es recto, cilíndrico y de unos 60 centímetros
de diámetro. La floración se presenta durante los meses de febrero a abril,
cuando está totalmente desprovisto de hojas. Las semillas están maduras al
comenzar las lluvias, lo que permite la germinación de un gran número de
semillas.
Por haberse decretado el 29 de mayo al
Araguaney <<Árbol Nacional>> se tuvo este día como el Día del
Árbol, pero existe una resolución del Ministerio de Educación de Venezuela (Hoy
Ministerio del Poder Popular para la Educación) del 19 de mayo de 1951 en el
cual se dispone celebrar la semana del Árbol, tomando como Día del Árbol el
último domingo del mes de mayo…” [1]
“... ¿Por qué plantar un Árbol? Las razones
son diversas, tales como: Sirven de filtro al CO2 disminuyendo así el calor del
aire, renuevan la atmosfera dotándola de oxígeno, protegen al suelo de las erosiones
aluviales, controlan el cauce de los ríos y evitan el deslizamiento de la
tierra disminuyendo los desastres naturales.
…esta no es nada nueva, porque ya viene
siendo adoptada por distintos países como
Cuba en donde, en el año 2008 se llegó a plantar 136,6 millones de árboles
cubriendo 60,328 hectáreas, comprometiéndose así con la causa ambiental. No hay
que dejar de tomar en cuenta que el paisaje natural propiciado por los arboles
nos ofrecen, además, salud mental y corporal ya que el vaivén de sus ramas o la
simple interacción con estos en un medio compartido nos libera de tensiones
acumuladas por el vertiginoso quehacer de nuestras vidas en el mundo moderno.
Plantar un Árbol es una tarea posible y
solo cuenta con nuestra colaboración, no esperamos en deteriorar más al planeta
y no les ocasionemos más responsabilidades a nuestros hijos. Empecemos por
plantar un Árbol y coloreemos un poco al mundo de salud y vida”. [2]
Salvemos al Planeta, sembrando arboles, no hay otra manera posible. Pensemos diferente.
JAIRO OBREGÓN.
25/05/2014
San Francisco, Venezuela
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