Todos los grandes analistas
y agencias e investigadores independientes están alertando de un posible colapso
mundial sino se le pone freno a la locura de la vorágine de derroche y consumo masivo, que es
igual decir, egocentrismo y antropocentrismo. Esto es una verdad ineludible. La
“vanidad de vanidades…todo es vanidad”[1]
ajusticiada por el Eclesiastés, es el “endiosamiento” de este siglo, asevera
una segunda lectura de la Biblia.
“La
civilización moderna se encamina hacia su colapso y la llegada de ese momento
es cuestión de décadas debido a la creciente inestabilidad económica y a la presión
sobre los recursos del planeta, según el estudio científico financiado por la
NASA.
Usando modelos teóricos para predecir el
destino del mundo industrializado en transcurso de las próximas décadas, el matemático
aplicado Safa Mostesharri con la ayuda de un equipo de especialistas en
ciencias naturales y sociales y con la financiación de Goddard Space Flight
Center de la NASA, ha descubierto que incluso las estimaciones más conservadoras
indican que el mundo se está acercando a un colapso a un ritmo muy rápido. La investigación
se publicará en la revista ‘Ecological Economics’ informó ‘The Guardian’.
Motesharri exploró una serie de factores
que podrían llevar al colapso de la civilización, desde el aumento de la
población hasta el cambio climático, y ha descubierto que si estos factores
convergen pueden causar el colapso de la sociedad debido al agotamiento de los
recursos y la estratificación económicas entre elites y masas, y esto podría suceder
dentro de muy poco tiempo.
Los investigadores afirman que, incluso
cuando la tasa de agotamiento de los recursos es óptima y el número inicial de
élites es reducido, estas igualmente acaban consumiendo demasiado, lo que da
lugar a una hambruna entre las masas que con el tiempo provoca un colapso de la
sociedad.
Motesharri escribe que el proceso de auge
y caída de las civilizaciones es un ciclo recurrente presente en toda la
historia. Aludiendo a los colapsos de civilizaciones tan sofisticadas como las
del Imperio romano, el han y el Gupta, por ejemplo, el estudio destaca que
élites de las sociedades a menudo optan por ‘seguir haciendo lo habitual’ ante
las advertencias de un inminente desastre hasta que es demasiado tarde.
Al mismo tiempo, el informe destaca que el
colapso puede evitarse y la población puede alcanzar el equilibrio si la tasa
per cápita de agotamiento de los recursos naturales se reduce a un nivel
sostenible y estos se distribuyen de una manera equitativa.” [2]
El modelo económico capitalista que tanto
defiende sus grandes consumidores será la hecatombe y colapso mundial, es el
mayor causante del desgaste en el que nos encontramos. Es propicio decir que
cuando surgen modelos alternativos enseguida son satanizados, estigmatizados,
acorralados, desviados y destruidos sin igual. Sobre todo cuando ese modelo
alternativo propicia algún beneficio a los pobres y rescate de la naturaleza. Eso
es la historia de la humanidad.
En Venezuela y la América Latina y el
Caribe estamos apenas tratando de ir contra la corriente de ese colapso
referido. Este proceso venezolano ha tenido que aguantar toda desestimación de
todo tipo y samia. Los grandes consorcios y transnacionales miran con odio de
clases que haya inclusión social. En nuestro país y proceso progresista ha
llegado a invertir hasta un 60% de los recursos petrolero e impuestos a favor de
los sectores olvidados y explotados como son los pobres. Eso no quiere decir
que no haya problemas y contradicciones. Si, las hay y muchas. Pero dudo mucho
que en esos países donde no se cansan de despotricar a nuestro proceso
latinoamericano alternativo y necesario para ayudar a cerrar la brecha entre
los ricos y los pobres exista algún aire de benevolencia. Esa lucha fue la
lucha de Jesús cuando aseguró que “…a los
pobres es anunciado el evangelio”[3]. Pedimos a Dios por la
Paz. La Paz sea contigo. Amén.
JAIRO
OBREGÓN
18/03/14
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