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lunes, 31 de marzo de 2014

AGUA, ¿DERECHO O NEGOCIO?




     ¡Oh, cuanto más le vamos a pedir a la Madre Naturaleza lo que tanto gastamos sin conciencia muchas veces, aun sabiendo el grave peligro que se avecina sino se toman las medidas necesarias!

     ¿Hasta cuándo la mano del hombre depredador irrumpirá el ciclo vital de los seres vivos por la codicia incalculada que se convierte en un “negocio” en detrimento de la continuación de la vida en el planeta?

     El agua y la Energía están estrechamente relacionados entre sí y son interdependientes. La generación y transmisión de energía requiere de la utilización de los recursos hídricos, en particular para las fuentes de energías hidroeléctricas, nucleares y térmicas. Por el contrario, aproximadamente el 8% de la generación de energía global se utiliza para la extracción, el tratamiento y el trasporte de agua para varios consumidores.

     En el año 2014, la Organización de las Naciones Unidas –en estrecha colaboración con sus Estados miembros y otras partes interesadas- hacen énfasis en el nexo agua—energía, abordando en particular las desigualdades, especialmente para una gran parte de la población que vive en barrios marginales y zonas rurales empobrecidas sin acceso al agua potable, el saneamiento adecuado, alimentos suficientes y los servicios energéticos. También tiene como objetivo facilitar el desarrollo de políticas y marcos transversales de políticas que tengan como objetivo la seguridad energética y el uso sostenible del agua en lo que se conoce como economía verde o energía sustentable. Se prestará especial atención a la identificación de las mejores prácticas para el uso de agua y la eficiencia energética, para hacer que la llamada ‘industria verde’ sea una realidad.[1]

     Todo lo anterior suena muy bonito y hacemos eco de que así suceda, de verdad que sí. Sin embargo, la experiencia dice todo lo contrario. Donde exista la “mano invisible del mercado”, la “ganancia”, está por encima de todo. La mano que mueve la cuna no dejará posible que los pobres obtengan beneficios mínimos, y si nos atrevemos nos conspiran para que no seamos un referente. Quitémonos las máscaras sólo los ricos tienen el acceso mayor al agua y la energía, por una sencilla razón, porque su estatus así lo requiere. Existe una lucha de clases por la tenencia del agua. Los poderosos la tienen, los pobres la desean. No me vengan con tonterías.

     Por otro lado, el agua se malgasta y se bota sin ninguna preocupación por la propia gente de clase media y los sectores populares. Aun aquí, el agua es un privilegio. Lo digo aún con propiedad. Sé cómo se pasa trabajos y largos insomnios muchas veces por el preciado líquido. Las clases populares aprendieron al derroche de los grandes para parecerse a ellos. Esto lo decimos porque aún en Venezuela que ha llegado a cumplir muchas de las metas del milenio con respecto al agua potable para la mayoría de la población, sin embargo, todavía se pasa mucho trabajo que llegue a todos por igual. Los sectores de clase media perciben primero el agua para su consumo por más tiempo y consideración para las clases populares. Esto es una crítica al proceso bolivariano que emprende. Ojala sea escuchada. De verdad.

     Necesitamos elevar la conciencia del consumo del agua y del ahorro de la energía. La conciencia es el factor predominante para atacar el flagelo del agua que apremia. Se dice que las próximas guerras no serán por petróleo sino por el agua. Algo de esto se vio en la guerra de Irak y Libia por las reservas de agua que estos países poseen. Seriamos unos tontos en pensar que en la América del Sur con las reservas de agua que posee el acuífero “Guaraní” en la frontera compartida con Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay miembros fundadores del Mercosur las grandes potencias la pasen por alto. Por cierto ya hay bases militares extranjeras y extraterritorial que custodian lo consideran suyo. Que tal. 

     Pensemos diferente. Hagamos conciencia. Sólo las pequeñas cosas ayudan a salvar al planeta. Acordémonos que el hombre sin la tierra no vive. Seamos emprendedores de un mundo nuevo y mejor. Eso será el mejor regalo para nuestros hijos e hijas. Dios está en los detalles.

     JAIRO OBREGÓN
31/03/2014 
San Francisco, Venezuela.



[1] http://www.un.org/es/events/waterday/

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