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martes, 5 de febrero de 2013

El pueblo que depende de Dios.





     La Biblia relata la historia de un pueblo semita peregrino que tuvo una experiencia excepcional en el desierto. Todos sabemos que este pueblo estuvo bajo la égida implacable de los imperios, cuando estuvieron en varios cautiverios. Este pueblo vivió un proceso de dependencia ante el Dios con nosotros (Emmanuel)[1] para darnos una alternativa de vida frente a la dominación de los reinos, cuando entendemos que todo reinado denota un sigma y signo de alteración entre los seres terrestres.

    Tengo una irresolución histórica con “reino” que no voy a tratar en esta Reflexión. Digo esto, por la cercanía de los reinos europeos de la edad media que tergiversaron las Escrituras a favor de los reinos y de un rey material-humano, castigador, controlador y cruel. Nos cercenaron el entendimiento para lograr subyugarnos con palabras favoriticas. Cuando en la tora o pentateuco dicha palabra no tenía cabida alguna.

     Este proceso o método alternativo se dio en el desierto. Su guía o líder (Moisés) no tenía apariencia de un rey o monarca. Sacó a su pueblo de la esclavitud al desierto para enseñar la dependencia (ante Dios) y no a los dictamen faraónicos. Es en el desierto cuando se depende a esa fuente inagotable de bienestar.

     En este proceso no hay esclavos que trabajen para los ricos explotadores (aunque se dictaron leyes que acomodaban al esclavismo en la propia tora, una tergiversación judía).

     Depender de Dios es tratar al prójimo como hermano y hermana. Dado que en este proceso o método la exclusión no existe; todos somos iguales. Ni el color de la piel, ni su estatus hace la diferencia.

     En este proceso o método el liderazgo se hace de manera federativa: las decisiones se fomentan entre todos como iguales. 

     En el desierto no se compra ni se vende. No se edifica, ni planta arados. Es en el desierto cuando todo el oro y la plata no tienen sentido comercial. Solo tenían que depender, confiar en el dador y sustentador de todas las cosas. Puede que a los ojos de los demás pueda parecerse a un mito, aun cuando el mito no es malo en sí mismo, solo nos sirve de referencia. El problema es abusar del mito.

      Sin embargo, todavía hay grupos étnicos que viven en el desierto, aún cuando no con las mismas características bíblicas.

      La acumulación y despilfarre no cabe en una sociedad de iguales. En este proceso de vida todos comparten y todos tienen. Este pueblo nómada se fortaleció en la dependencia de su proceso. Eso va más allá de la fe o la esperanza. Un bebe no tiene fe como tal, simplemente depende de su madre. Esta confiado por la respuesta de sus padres. Tiene alguien que le cuide y quiere, sin titubeos, ni prejuicios.

     Ellos pidieron carne, se quejaron queriendo volver a su opresor, y el sustentador se las dio codornices[2]. El egoísmo hecho colectivo hizo un desbalance terrible, perdiendo todo lo que acumularon, para enseñar a vivir como iguales. Para los acumuladores este proceso no tiene cabida. Cuando se tiene desmedidamente tan sólo unos pocos, eso denota hambre y exclusión para otros muchos. La idea era (y es) que nada sobrara, ni nada faltara. Así se cierra la brecha entre los ricos y pobres.

     Este proceso es depender (en Dios) que la Tierra entera puede producir todo el alimento en todo el mundo, dado que un grano se multiplica en demasía hasta lograr llenar los costados y darle pan por igual para todos. Es invención que unos tengan y otros no. Quien tenga la tierra, no pasa hambre, quien no tenga tierra está en condena. El latifundio es contrario al proceso del sustentador. (Dios).

     Los y las que creeremos en la fe que se hace historia (Verbo de Vida), estamos confiando en ese proceso natural, en que el que todo lo puede, nos da, y capacita. La constancia, la disciplina y la dedicación hacen la diferencia de vida. Eso no pasa como algo sobrenatural, simplemente pasa como algo netamente natural. No tiene otra explicación. Lo que cambia son las condiciones.

     A lo mejor es un idealismo algo abstracto para los pragmatistas pensar en fe, esperanza y amor. Pronto vendrán días mejores en todo el mundo, tomando en cuenta a los seres humanos viviendo como iguales dependiendo de Dios.

En esto pensad.

JAIRO OBREGÓN

FUNDACIÓN MISIONERA OBREGÓN




Twitter: @obregonjairo
Facebook: Fundaobregon Obregon

                           2013-02-05 horas: 9:07 pm. San Francisco, Venezuela.



[1] Mateo 1:23
[2] Éxodo 16:13

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