Esta semana
reflexionaremos acerca de lo importante de asumir un compromiso que corresponda
al tamaño de nuestras posibilidades. En esta vida convulsionada por los tantos
trastornos en que vemos pasar las cosas, es cuando uno debe emprender un camino
dedicado al compromiso. Sin embargo, notamos que hoy en día parecería que el
asumir compromisos no es la nota actual, frente a un individualismo cargado de
conformismo siempre apuntando a lo de uno, no pensando en los demás.
A este respecto, observamos que la
iglesia o comunidad está pasando (por lo menos una mayoría calificada) algo
preocupante: La falta de un compromiso verdadero. A todas estas no dejan de
faltar las excusas frecuentes cuando se necesita de echar para adelante una
tarea encomendada. Solo basta con
mencionar la necesidad de corresponder ante algo significativo para ver rostros
largos con espíritu apagado
.
Por otro lado, observamos que a lo que posiblemente no tendría tanta
relevancia, se le da todo el apoyo, sólo porque correspondió quizás a un
interés personal o particular. Esto es
lo que paso a relatar en forma de Cuento
del “Leopardo en su Árbol” para la
comprensión pedagógica de lo que tratamos de descifrar. Veamos:
“Hubo una vez en la selva un leopardo muy nocturno. Apenas podía dormir
por las noches, y tumbado sobre la rama de su precioso árbol, se dedicaba a
mirar lo que ocurría en la selva durante la noche. Fue así como descubrió que
en aquella selva había un ladrón, observándole pasar cada noche a la ida con
las manos vacías, y a la vuelta con los objetos robados durante sus fechorías.
Unas veces eran los plátanos del señor mono, otras la peluca del león o las
manchas de la cebra, y un día hasta el colmillo postizo que el gran elefante
solía llevar el secreto.
Pero aquel leopardo era un tipo muy tranquilo que vivía al margen de
todo el mundo, no quiso decir nada a nadie, pues la cosa no iba con él, y al
decir verdad, le hacía gracia descubrir esos secretillos.
Así, los animales llegaron a estar revolucionados por la presencia del
sigiloso ladrón: el elefante se sentía ridículo sin su colmillo, la cebra
parecía un burro blanco y no digamos el león, que ya no imponía ningún respeto
estando calvo como una leona. Así estaban la mayoría de los animales, furiosos,
confundidos y ridículos, pero el leopardo siguió tranquilo en su árbol,
disfrutando incluso cada noche con los viajes del ladrón.
Sin embargo, una noche el ladrón se tomó vacaciones, y después de
esperarlo durante largo rato, el leopardo se cansó y decidió dormir un rato.
Cuando despertó, se descubrió en un lugar muy distinto del que era su hogar,
flotando sobre el agua, aún subió al árbol. Estaba en un pequeño lago dentro de
una cueva, y a su alrededor pudo ver todos aquellos objetos que noche tras
noche había visto robar… ¡el ladrón había cortado el árbol y había robado su
propia casa con él dentro! Aquello era el colmo, así que el leopardo,
aprovechando que el ladrón no estaba por allí, escapó corriendo, y al momento
fue a ver al resto de animales para contarles dónde guardaba sus cosas aquel
ladrón…
Todos alabaron aquel leopardo por haber descubierto a aquel ladrón y su
escondite, y permitirles recuperar sus cosas. Resultó que al final, quien más
salió perdiendo fue el leopardo, que no pudo replantar su magnífico árbol y
tubo qué conformarse con uno mucho peor en un sitio muy aburrido… y se
lamentaba al recordar su indiferencia con los problemas de los demás, viendo
que a larga, por no haber hecho nada, se había terminado convirtiendo en sus
propios problemas.”[1]
“El compromiso se puede entender de muchas
maneras, todas ellas relacionadas. De este modo, se puede concebir como
obligación contraída, como palabra dada, como dificultad y como pacto o
acuerdo. Todas estas acepciones, por su parte, se hermanan con valores humanos
clave como la responsabilidad, el esfuerzo, la constancia, la disciplina, la
disponibilidad, la confianza y la fidelidad, por citar algunos de los más
próximos al valor que nos ocupa.
A título personal, cada individuo puede
comprometerse a mejorar algún aspecto de su vida con el que no esté conforme o
satisfecho. Es una oportunidad de mejora… La mejora personal hay que buscarlas
en situaciones actuales, en el día a día donde se nos ofrecen constantemente
oportunidades para mejorar. Ésta implica la libre adhesión a un compromiso
concreto de mejora…”[2]
En estos días se necesita de un compromiso
satisfactorio que sea de mutua ayuda según la causa común en que se asuma dicho
compromiso. Es claro qué, todo compromiso no debe ser una carga impuesta, ni
una escusa para someter indiscriminadamente como camisa de fuerza…siempre debe
ser por una conciencia reflexionada para la toma de decisiones. De este modo
todos saldríamos ganando en su sentido más expedito. Shalom
"Al día siguiente Jesús se propuso salir para Galilea..."Juan 1:43. La Biblia de las Américas.
En esto pensad.
JAIRO OBREGÓN
FUNDACIÓN MISIONERA OBREGÓN
Twitter:
@obregonjairo
Facebook:
Fundaobregon Obregon
2012-09-16 horas: 10pm. San Francisco, Venezuela.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario