Nos guste o no estamos en el
abismo climático, en picada, en un mundo cruzados de brazos a ver qué pasa, y
lo que está pasando a nuestras narices es el inevitable Cambio Climático, nos
es que podríamos estar acercándonos al punto de no retorno, es que ya estamos
al punto de no retorno. Seremos recordados como la generación que no hizo nada
por detener a la “Era Glacial”
denominada “Antropoceno”, sino se toman las medidas de “urgencia climática”, o
de “emergencia climática”, para la conservación y preservación de la vida en la
Madre Tierra, como la concebimos. Sin embargo, al mismo tiempo, de manera
sorpresiva se está gestando el “Ecoceno” que podría cambiar al clima, al hombre
y el planeta, como un milagro natural producto de la conciencia climática –en
palabras de Leonardo Boff-, diríamos.
Mientras tanto, el mundo está
revuelto con amenazas, recesiones económicas, guerras económicas, crisis
económicas, desquicios de la clase Media, levantamientos populares contra
neoliberalismo, desplazamientos de migrantes, guerras convencionales por los
recursos naturales, guerras de cuarta generación, xenofobias raciales y supremacías,
intolerancia religiosa abusando de los símbolos como la Biblia, y una posible
inminencia nuclear, que algunos algoritmos locos desaten la propia guerra
atómica, está también, el latente cambio climático planetario, que es el más latente
como la guerra nuclear. Ni el rico metido en sus búnkeres con todo incluido, ni
mucho menos la mass media y sobre todo los pobres del mundo que es su mayoría,
podrán escaparse de la extinción en el planeta. La Tierra no merece pasar hacer
una roca muerta, en el espacio por la locura del hombre.
Las Naciones Unidas y el COP
25, se reúnen en Madrid (España) para tratar este tema que a todos nos
concierne, y que todos tenemos de cambiar todo, lo que tenemos que cambiar,
para que el cambio climático, se logre, para que todos podamos respirar aire
puro, beber agua potable, comer los alimentos que necesitamos en armonía, y en
sana paz.
Sigo a Jesús, el autor y
consumador de la fe para toda la humanidad y a favor de los pobres en
consonancia con la Casa Comun la Madre Tierra. Como cristiano laico, teólogo
laico, educador y librepensador escribo para el quehacer reflexivo desde la
perspectiva prof-ética. Veamos en contexto.
1.
CUMBRE SOBRE LA ACCION CLIMATICA ONU 2019.
“Las
emisiones a nivel mundial están alcanzando unos niveles sin precedentes
que parece que aún no han llegado a su
cuota maxima. Los últimos cuatro años han sido los más calurosos de la historia
y las temperaturas invernales del Ártico han aumentado 3 ºC desde 1990. Los
niveles del mar están subiendo, los arrecifes de coral se mueren y estamos
empezando a ver el impacto fatal del cambio climático en la salud a través de
la contaminación del aire, las olas de calor y los riesgos en la seguridad
alimentaria.
Los impactos del cambio
climático se sienten en todas partes y están teniendo consecuencias muy reales
en la vida de las personas. Las economías nacionales se están viendo afectadas
por el cambio climático, lo cual a día de hoy nos está costando caros y resultará
aún más costoso en el futuro. Pero se empieza a reconocer que ahora existen
soluciones asequibles y escalables que nos permitirán dar el salto a economías más
limpias y resilientes.
Los últimos análisis indican
que, si actuamos ya, podemos reducir las emisiones de carbono de aquí a 12 años
y frenar el aumento de la temperatura media anual por debajo de los 2 ºC, o incluso a 1,5 ºC
por encima de los niveles preindustriales, según los datos científicos más
recientes.
Por suerte contamos con el
Acuerdo de Paris, un marco normativo visionario, viable y puntero que detalla
exactamente las medidas a tomar para detener la alteración del clima e invertir
su impacto. Sin embargo, este acuerdo no tiene sentido en sí mismo si no se acompaña
de una acción ambiciosa.
El Secretario General de la
ONU, António Guterres ha hecho un llamamiento a todos los lideres para que
acudan a Nueva York el 23 de septiembre con planes concretos y realistas para mejorar sus contribuciones concretas
a nivel nacional para 2020, siguiendo la directriz de reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero un 45% en los próximos 10 años y a cero para 2050.
‘Quiero
que me informen sobre cómo vamos a frenar el aumento de las emisiones para 2020
y cómo vamos a reducir drásticamente para alcanzar cero emisiones en 2050’.
Para que sean efectivos y
fiables, estos planes no pueden enfrentarse a la reducción de forma aislada:
deben mostrar una vía hacia la transformación
completa de las economías siguiendo los objetivos de desarrollo sostenible.
No deberían generar ganadores y perdedores, ni aumentar la desigualdad
económica. Tienen que ser justos, crear nuevas oportunidades y proteger a
aquellos que se ven afectados por los impactos negativos en el contexto de una
transición justa. También deberían incluir a las mujeres como principales
encargadas de la forma de decisiones desde la diversidad de género es capaz de
abordar las diferentes necesidades que surgirán en este próximo periodo de
transformación fundamental.
La Cumbre reunirá a
gobiernos, sector privado, sociedad civil, autoridades locales y otras
organizaciones internacionales para desarrollar soluciones ambiciosas en seis
áreas: la transición global hacia energías renovables; infraestructuras y
ciudades sostenibles de nuestros océanos y bosques; la resiliencia y adaptación
a los impactos climáticos; y la convergencia de financiación pública y privada
con una economía de emisiones netas cero.
El sector empresarial está
de nuestra parte. La aceleración de las medidas contra el cambio climático
puede fortalecer nuestras economías y crear empleos, al mismo tiempo que genera
un aire más limpio e impulsa la conservación de los hábitats naturales y la
biodiversidad y la protección de nuestro medio ambiente.
Las nuevas tecnologías y las
soluciones ofrecidas por la ingeniería ya producen energía a un coste menor que
la economía basada en combustibles fósiles. La solar y la eólica son
actualmente las fuentes de energías más baratas en casi todas las principales
economías. Pero debemos empezar ya a poner en marcha cambios radicales.
Esto significa acabar con
las subvenciones a los combustibles fósiles y a la agricultura alta en
emisiones para promover el cambio hacia la energía renovable, los vehículos
electrónicos y prácticas de agricultura inteligente. Significa fijar un precio
del carbono que refleje su auténtico coste de emisiones, desde los riesgos
climáticos hasta los peligros para la salud que provoca la contaminación del
aire. Y significa acelerar el cierre de las centrales de carbón, para la
construcción de nuevas y remplazar los puestos de trabajo con alternativas más
saludables para que la transición sea justa, inclusivo y rentable.
2.
CARTERAS DE ACCION.
Para asegurar que las
emisiones de transformación tengan el mayor impacto posible en la economía
real, el Secretario General ha priorizado las siguientes carteras de acción,
las cuales tienen un alto potencial para frenar las emisiones de gases de
efecto invernadero y una acción global para la adaptación y la resiliencia.
-Finanzas:
movilización de fuentes de financiación públicas y privadas para impulsar la
descarbonización de todos los sectores prioritarios y promover la resiliencia.
-Transición energética:
aceleración del cambio de combustibles fósiles hacia la energía renovable,
además de la obtención de considerables ganancias en eficacia energética.
-Transición industrial:
transformación de industrias como la petrolera, siderúrgica, química,
cementera, del gas o de la tecnología de información.
-Medidas basadas en la
naturaleza: reducción de emisiones, incremento de la
capacidad de absorción y mejora de la resiliencia en silvicultura, agricultura,
océanos y sistemas alimentarios, incluidos en la conservación de la
biodiversidad, el impulso de cadenas de suministros y tecnología.
-Accion local y en ciudades:
avance de la mitigación y la resiliencia a nivel urbano y local, con un foco de
especial atención en nuevos compromisos sobre edificios de bajas emisiones,
transporte público e infraestructura urbana, y resiliencia para las personas
pobres y vulnerables.
-Resiliencia y adaptación:
fomento de los esfuerzos globales para abordar y gestionar los impactos y
riesgos del cambio climático, particularmente en las comunidades y naciones más
vulnerables.
Además, existen tres áreas
clave adicionales:
-Estrategia de mitigación:
impulsar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) y las estrategias
a largo plazo para conseguir las metas del Acuerdo de Paris.
-Compromiso de la juventud y
movilización pública: movilizar a las personas de todo el
mundo para que actúen contra el cambio climático y asegurar que las personas
jóvenes estén integradas y representadas en todos los aspectos de la Cumbre,
incluidas las seis áreas de transformación.
-Impulsores sociales y
políticos: avanzar en los compromisos dentro de las
áreas que afectan al bienestar de la población, como la reducción de la contaminación
del aire, la creación de puestos de trabajos dignos, el fortalecimiento de las
estrategias de adaptación climática y la protección de los trabajadores y los
grupos vulnerables”. (Cumbre sobre
la Accion Climática ONU 2019 | UNITED NATION | F/WEB) [https://www.un.org/es/climatechange/un-climate-summit-2019.shtml].
Ahora bien, ¿Qué pasa que el
cambio, no llega, hacia el cambio climático? ¿Por qué si se tiene las
estrategias y procedimientos el calentamiento aumenta rumbo a los 2º C? ¿Por
qué hemos permitido que los ecosistemas y el clima sigan en caída vertiginosa? Siento
que no nos han dicho del todo la verdad, dado, que las alarmas siguen
encendidas sin precedentes.
El mundo en este momento es
bastante complejo, argumentan a discreción los versados: la energía fósil de petróleo,
el carbón, el gas son las más económicas en comparación con las energías alternativas
como: la solar, o la eólica, que su costo es muy elevado. Apenas son el 30% de energía
alternativa en el mundo, se comenta. Los países ricos no quieren gastar y los pobres
no pueden comprar para el cambio climático.
El meollo de todo esto es,
que dicho cambio, al cambio, se predica pero no se pone en práctica, como
debiera por el modelo dominante, y demonizado, puesto que la cuestión está que
las grandes trasnacionales, dejarían de percibir sus jugosas ganancias, por los
recursos naturales de la Tierra (Madre Tierra), que es ahí donde radica todo. Insisto,
éste es el meollo de todo, lo demás es retórica ambivalente. Es el Sistema o
Modelo lo que guardan con celos, no les importan todo lo demás. A la Tierra la
estamos matando por el lucro excesivo, la avaricia insaciable y la desvergüenza
humana. El Homo Sapiens es el colosal destructor de sí mismo, de los animales,
del clima, y de la Tierra. La Tierra es nuestra Casa Comun, ayudémosla, y nos
ayudaremos nosotros también.
¡No cambiemos el Clima,
cambiemos el Sistema! ¡Si el Clima fuese un Banco ya lo hubieran salvado! Son
las consignas que se escuchan a lo lejos los activistas medioambientales. No es
que estemos haciendo cosas para evitar el cambio climático, es que ya estamos
inmersos en el cambio climático. El cambio, al cambio, no se dará solo, o caerá
del cielo, es un conjunto de acciones urgentes, y medidas fuertes que den
resultados inmediatos, porque no podemos seguir esperando sin hacer nada de
verdad.
Hay que educar
insistentemente, para la conservación del ambiente, a todos los niveles, del
clima, y de los ecosistemas. Solo cuando se concientice de verdad seremos
capaces de: reciclar, reconstruir, redistribuir, reducir, recuperar, reparar
para no seguir en la locura del consumismo irresponsable, del acaparamiento
indiscriminado, del derrochamiento indebido, y un sinfín más.
No podemos cerrar desde la
desesperanza, y de la mentalidad caótica, del que nada se puede hacer. Otro mundo
es posible, otra Tierra es posible, otra humanidad es posible. Dios no está
muerto. Dios nos ayudara al clarear la mañana. Nos merecemos que la Tierra y el
Hombre podamos vivir en equilibrio, en todos los sentidos. La Tierra como Madre
nos otorga del fruto de entrañas para nuestro beneficio, a cambio pide que nos
cuidemos nosotros de que desaparezcamos de la faz de la tierra. La Tierra sin
el hombre puede vivir miles y millones de años, totalmente sola del hombre. Somos
nosotros los que no podemos vivir sin ella. Amemos a la Madre Tierra y ella y
nosotros estaremos juntos para siempre en la armonía de la vida.
En esto pensad
JAIRO OBREGÓN
04/12/2019
Barranquilla, Colombia
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