La
población mundial crece a pasos gigantescos sin precedentes en la
historia de la humanidad. A medida que crece y se desarrolla las
necesidades aumentan, los problemas se asentúan, las condiciones
empeoran, las crisis afloran, la comida disminuye, la guerra causa
mayores estragos, los desplazados desbordan, los mares se llenan de
gente muerta etc., todo por la falta de conciencia a las
condiciones, consecuencias y de una educación
poblacional que oriente y procure soluciones.
La
población humana mundial es el número total de personas que viven
en todo el mundo en un momento especíifico. Está determinada por
los nacimientos y los fallecimientos de los individuos, así como su
esperanza de vida. La población mundial ha pasado de los casi
1.000 millones en el año 1800 a más de 6.000 millones en el año
2000, y el 30 de octubre de 2011 se alcanzaron los 7.000 millones (7
millardos).
En
un informe reciente de las naciones unidas se advierte que la
cantidad de personas forzosamente desplazadas se ha elavado a un
número sin precedentes, casi 60 millones a finales de 2014. Entre
esas personas la mayoría de las mujeres y niñas adolescentes hacen
frente a particulares amenazas como resultado de la carencia de
servicio de salud y otros servicios esenciales.
Incluso
en condiciones normales, las complicaciones de la salud reproductiva
son la principal causa de la muerte y la enfermedad de miles de
mujeres en edad de procrear. Se estima que en situaciones
humanitarias es probable que una de cada cinco mujeres y niñas
adolecentes estén embarazadas. Por cuanto es frecuente que no se
disponga de atención calificada de parto o de emergencia obstétrica,
es todavía mayor el riesgo de muerte y de sufrir lesiones que corren
las mujeres y las niñas adolescentes.
Las
mujeres y las niñas adolescentes hacen frente además a un riesgo
mucho mayor de abuso, explotación sexual, violencia y matrimonio
forzado durante los conflictos y los desastres naturales. Además,
muchas mujeres que sobreviven una crisis pasan a encabezar un hogar,
con la responsabilidad exclusiva del cuidado de sus hijos. Con
frecuencia deben superar inmensos obstáculos para ocuparse de la
salud y la atención de los hijos, los enfermos, los heridos y los
ancianos, y cargan con el mayor peso del socorro y la reconstrucción.
Como consecuencia, han de dejar de lado sus propias necesidades al
ocuparse de otros.
Entre
las complejas emergencias a las que respondemos se incluyen
conflictos prolongados, agravados por la insuficiencia o el fracaso
de la gobernanza, las consecuencias del cambio climático y las
actividades de grupos extremistas que reivindican territorio, recurso
y poder.
Por
ello el lema de este Día Mundial de la Población, “Poblaciones
Vulnerables en Situaciones de Emergencia” (2015), se propone
destacar las necesidades especiales de las mujeres y las niñas
adolescentes durante los conflictos y los desastres humanitarios.
En
este Día Mundial de la Población (2015 y 2016) instamos a la
comunidad internacional a que redoble sus esfuerzos por proteger la
salud y los derechos de las mujeres y las niñas. Debemos permitir
que las mujeres, las niñas adolescentes y las personas jóvenes
desempeñen plenamente su papel en las conversaciones de paz, la
formación de la paz y la recuperación, y velar porque los gobiernos
se atengan al derecho internacional y lleven ante la justicia a los
autores de violencia sexual. Al dar prioridad a la salud, los
derechos y plena participación de las mujeres, las niñas
adolescentes y las personas jóvenes en la vida pública aumentamos
nuestras posibilidades de lograr un mundo más justo, estable y
pacífico (Banatunde Osotimehin).
En
esto pensad.
JAIRO
OBREGÓN
11/07/2016
Maracaibo,
Venezuela.
Wikipedia,
la enciclopedia libre.
www.un.org
(Naciones
Unidas).
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