EL
DÍA DE LA TIERRA 2022.
ARTÍCULO REFLEXIVO.
Día de la Tierra.
Los 22 de abril de cada año se celebra el Día de la Tierra, desde hace medio
siglo, propuesta por la Organización de las Naciones Unidas, en 1970, pero en
2009 se oficializó el 22 de abril. Cada año se hace un énfasis o programa para
concientizar sobre los estragos producidos por la mano de hombre contra los
ecosistemas.
Amenaza a la Tierra.
Para nadie es un secreto que somos nosotros mismos con nuestro modelo de sobre
producción ilimitada (capitalismo) en un planeta viejo y cansado, como lo es
nuestro planeta limitado, en poner en alerta máxima esta amenaza contra el
Planeta mismo. La locura de “tener”, por encima del “ser”, (consumismo) es una
dicotomía de una mente desquiciada por la vorágine del Homo moderno. O
cambiamos, o sencillamente, desaparecemos. Así o más caro. Esa mentalidad de
consumistas al infinito, es acelerar el cambio a la muerte. Y esto nos atañe a
todos nosotros, estimado lector que me lee.
Una especie reciente. ´´
“La humanidad es una especie reciente: acumula apenas 2,5 millones de años. Es
ínfima cantidad de tiempo en comparación con los 4,5 millones de años que suma
la Tierra. Sin embargo, los humanos son el organismo vivo que ha dejado las
huellas más profundas sobre el planeta. Y esta marca no ha sido precisamente positiva.
Provocamos cambios. Nuestra
actividad [consumista] provoca fuertes cambios en la naturaleza [modo de
producción]. Así es como nos enfrentamos hoy en día a la crisis climática [como
una nueva “Era glacial”]. Cabe mencionar el agujero en la capa de ozono, y los
excesos en la tala y actividades agrícolas que “agotan recursos y devastan el hábitat
de otras especies”. También está la explotación petrolera y sus alteraciones en
los estratos de la Tierra. Lo mismo sucede con la minería y el crecimiento de
las ciudades”´´. [Bioguia / Ambiente / Día de la Tierra 2022: Una nueva
oportunidad para agradecerle al planeta / ©Bioguia 2022. Todos los derechos
reservados / Fuente Web: https://www.bioguia.com/ambiente/dia-tierra_76138747.html?utm_source=www.bioguia.com&utm_m].
¿Qué es el Antropoceno? En
una época geológica, el Antropoceno es la Tercera y última a la vez de la Era
Cuaternaria o también llamada Neozoica, dependiendo qué tipo de escuela, la
finalización del periodo cuaternario de la Era Cenozoica, que le sigue al
Holoceno que ha estado en consecución con nuestra Era antigua y moderna. Es
destacar que en la Era del Holoceno, ha sido los comienzos –por así decirlo-
con los orígenes bíblicos, según los estudiosos.
Una nueva era geológica. ´´
“El Antropoceno (del griego anthrops, ‘ser humano’, y kainos, ‘nuevo’) es una
época geológica propuesta, por una parte, de la comunidad científica para
suceder o reemplazar al denominado Holoceno, la época actual del periodo
Cuaternario en la historia terrestre, debido al significado impacto global que
las actividades humanas han tenido sobre los ecosistemas terrestres
(especialmente ilustradas por la denominada ‘extinción masiva del Holoceno’).
La revolución industrial. No
hay un acuerdo común respecto a la fecha precisa de su comienzo; algunos lo
consideran junto con el inicio de la Revolución Industrial [con las calderas de
carbón a gran escala nunca visto en la historia humana] (a finales del siglo
XVIII) [Crutzen, P. J. y Stoermer, E. F. (2000). The Anthropocene’. Global
Change Newsletter 41: 17-18], mientras que otros investigadores remontan su
inicio al comienzo de la agricultura [que no se observó los deshielos de los
polos, ni la muerte de los ecosistemas], solapando enteramente al Holoceno.
Límite global. El
Holoceno, término usado desde 1867, época a la que pretende reemplazar o
suceder, si tiene su inicio definido formalmente por la Unión Internacional de
Ciencias Geológicas desde 2008, y está fijado con una sección y punto de
estratotipo de límite global datada en 11 700 [más o menos] 99 años antes del
año 2000 [Comisión Internacional de Estratigrafía. Lista de secciones y puntos
de límite globales. Consultado el 4 de abril de 2014].
Influencia del humano. El
Antropoceno fue usado en el año 2000 por el ganador del premio Nobel de química
Paul Crutzen, quien considera que la influencia del comportamiento humano sobre
la Tierra en las recientes centurias ha sido significativa, y ha constituido
una nueva era geológica. La propuesta del uso de este término como geológico oficial
ha ganado fuerza desde el 2008 con la publicación de nuevos artículos que
apoyan esta tesis [Zalasiewicz, Jan; et al (February 2008. Are we now living in
the anthropocene. GSA Today 18 (2): 4-8]. Sin embargo, para [que] se convierta
en oficial se requiere la aprobación de la Comisión Internacional de
Estratigrafía [por la gran presión que deben tener de la gran industria como la
del petróleo y otras más, que son agentes contaminantes en potencia, como la
nuclear que nadie habla y contamina al globo terráqueo].
Contrarios al Antropoceno. Los
contrarios a definir el Antropoceno como una nueva unidad cronoestratigráfica
de escala estándar global, argumentan que el registro estratigráfico
correspondiente a este corto intervalo temporal es extremadamente reducido [por
la gran contaminación de la industrialización, que para estos señorones, por lo
que se ve, no les importa] y que el Antropoceno es más una declaración política
que una propuesta científica”´´. [Y qué vamos a ser con las evidencias de los
gases de efecto de invernadero, lo que está a la vista no se necesita de
anteojos]. [Finney, S. C. y
Edwards, L.E. (2015) Anthopocene epoch: Scientific decision or political statement?
GSA
Today, 26 (3-4): 4-10]. [Wikipedia® / Artículo / Antropoceno / Fundación
Wikimedia Inc., sin ánimo de lucro / Fuente Web: https://es.wikipedia.org/wiki/Antropoceno#cite_ref-finney&edwards_5-0].
Aceleración antropocena.
Tal como hemos visto, no existe un consenso entre los científicos sobre este
asunto de un cambio climático provocado por la mano del hombre sobre la Tierra.
Pero, en lo que se puede verificar es la aceleración en este proceso
planetario. ´´ “Agrupando todos estos datos, el sueco Johan Rockström y el
estadounidense Will Steffen, junto con sus colegas del Centro de Resiliencia de
Estocolmo, confeccionaron en 2009 y 2015 una lista con nueve límites del
planeta que sería sumamente peligroso traspasar, cosa que ya se ha producido en
el caso de cuatro de ellos, a saber: el clima, la alteración de la cobertura
vegetal, la erosión de la biodiversidad o la desaparición de especies de
animales (sexta extinción de la vida en la Tierra); y la alteración de los
flujos biogeoquímicos, en los que los ciclos del fósforo y el nitrógeno
desempeñan un papel esencial. También mostraron cómo se había disparado desde
la Segunda Guerra Mundial todos los indicadores disponibles sobre [él] consumo
de recursos primarios, utilización de energía, crecimiento demográfico,
actividad económica y deterioro de la biosfera. Por eso llamaron a esta época
“la gran aceleración”. Otros observadores hablan incluso de un deterioro de
hiperaceleración a partir del decenio de 1970. Todas estas tendencias se han
calificado de “insostenible”. [Siendo que estas evidencias científicas, no
pueden ser cuestionadas por el ordenamiento ortodoxo de que algo ha ocurrido en
el clima, a partir de la actividad moderna de los seres humanos que afecta al
planeta y los ecosistemas].
Una negativa colectiva.
¿Por qué nos negamos a ver la situación? Entre otras, por las siguientes
razones: la fe ciega en el progreso y el desarrollo, esto es, en un sistema que
aumenta sin cesar la cantidad de riquezas disponibles [que creemos que no tiene
límite alguno]; la creencia en la capacidad de la ciencia y la tecnología para
resolver cualquier problema [conformismo] y todo fenómeno atribuido a causas
externas [que pensamos que no tenemos nada que ver], por ejemplo la contaminación
[ambiental]; la existencia de poderosos intereses que sacan provecho de esta
dinámica y ejercen presiones intensas [como la industria, los mono cultivos, la
cría de ganado, las megas construcciones, en fin]; y la colonización de la
mentalidad de los consumidores [somos los “homoconsumo”] por parte de los
medios informativos [redes sociales], que provocan un ansia de consumo
individual para obtener comodidades [a costa de un planeta viejo], distinguirse
de los demás [a ser ver que tener es mejor que el ser] y conseguir un
reconocimiento social [obteniendo cosas que desecharemos].
No se aborda el problema. Sorprende
mucho que las ciencias humanas y sociales [el establishment] no hayan abordado
por mucho tiempo esta problemática [puesto que se deben a mantener intacto el
modelo de sobreproducción que no tiene fin], a pesar de ser determinante para
el futuro de la humanidad [dado que no creen en los posibles desenlaces
nefastos para los seres humanos y animales de la Tierra]. La pasaron por alto
porque, además de ser antropocéntricas por definición, estas ciencias [ciegas]
estimaban que se trataba de un ámbito de investigación per se de las ciencias
naturales [a las que las objetan por todo].
Concepto antropoceno. La
aparición del concepto de Antropoceno les ha conferido ahora la responsabilidad
de examinar y explicar cómo las sociedades han podido provocar cambios de tan
gran magnitud [no visto] en el modo operandi del planeta [que algunos
científicos advierten de manera independiente, pero, otros científicos pro
sistema no se cansan de minimizar esos cambios climáticos], y cuál es el
impacto diferenciado de cada uno de ellas en el mundo.
Conocimientos inéditos. Las
ciencias humanas y sociales [no se ven las ciencias ambientales, ni climáticas,
a la palestra] tendrán que elaborar y dominar instrumentos y conocimientos
inéditos para responder a los problemas planteados por esta nueva era
[antropocena] de la humanidad [y planetaria]: desastres de la naturaleza
[cambio climático], energías renovables [solar, eólica, eléctrica, etc.],
agotamiento de los recursos naturales [que escasean como la minería,
hidrocarburos etc.], desertificaciones, ecocidios [en los ecosistemas],
contaminaciones generalizadas [en el Norte Global], migraciones [animal y
humano], injusticia sociales y medioambientales.
Mucha la lentitud.
También sorprende mucho la lentitud y el apocamiento de las reacciones de los
dirigentes políticos y las sociedades en general. Un análisis matemático de las
redes de referencias nos muestra que desde principios del decenio de 1990 ya
existía un consenso sobre el cambio climático en los artículos científicos
dedicados al tema. Por eso, y teniendo en cuenta el agravamiento de la
situación, no se acierta a comprender por qué son tan poco audaces los
esfuerzos realizados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
[que son los principales causantes del cambio de clima]. ¿Qué obstáculos impiden
que las negociaciones internacionales sean más eficaces? [Lo que no se dice en
verdad que por estar en constante obstáculos podemos estar ante una catástrofe
climática]. Dejando aparte la intencionalidad de esos obstáculos, no cabe duda
que en lo referente al cambio climático, por lo menos la comunicación entre el
mundo de la ciencia y la sociedad carece de fluidez. De ahí que el IPCC haya
adoptado un nuevo enfoque en su VI Informe de Evaluación (IE6) para
sensibilizar a los ciudadanos, y no exclusivamente a los encargados de tomar
decisiones.
¿Hay soluciones? Para
hacer frente a los problemas del Antropoceno, uno de los principales escollos
con que se tropieza es la necesidad de resolver la delicada cuestión de la
justicia medioambiental. En efecto, el cambio climático va a crear nuevos
peligros y aumentar los que ya se ciernen sobre los ecosistemas naturales y
humanos. Ahora bien, esos riesgos están desigualmente repartidos y en general
afectan más a las personas y grupos desfavorecidos [como los más pobres del
mundo]. Sin embargo, no resulta [nada] fácil encontrar una solución a este
problema, habida cuenta de lo heterogéneo que son los países en función de su
nivel de desarrollo, extensión territorial, población, recursos naturales, etc.
La huella ecológica.
Además, la huella ecológica humana sobrepasa en un 50% la capacidad de
regeneración y absorción del planeta, y el 80% de la población mundial vive en
países cuya capacidad biológica ya es menor que su huella ecológica. Brasil –al
igual que otros países del continente americano- posee todavía un amplio
excedente de capacidad biológica, pese a que consume el equivalente de 1,8
planetas [creemos que es mucho más todavía]. Sin embargo, un 26% de sus
emisiones de gases de efecto invernadero se deben a la deforestación. El
sistema competitivo mundializado busca por doquier abastecimiento a menor
costo, fomentando así una extracción abusiva de recursos naturales en muchos
países y el acaparamiento de tierras en otros.
La huella de carbono. Si
fuera posible suprimir desde ahora la totalidad de las emisiones de dióxido de
carbono de los países de ingresos altos, no sería suficiente para reducir la
huella de carbono mundial y no sobrepasar los límites impuestos por la biosfera
hasta 2050. En otras palabras, a pesar de las grandes diferencias de desarrollo
económico y riqueza de recursos naturales existentes entre los países del
mundo, todos ellos tendrán qué esforzarse por solucionar el problema más
apremiante del periodo antropoceno y reducir en proporciones drásticas sus
emisiones de gases con efecto invernadero.
El callejón sin salida. Por
aquí entramos en el callejón sin salida que reaparece continuamente en todas
las negociaciones internacionales: “la caza de culpables”. Debido a ella, los países
se resisten a contraer compromisos para no hacer peligrar su crecimiento
[capitalismo] y taza de empleo, y también para no ir en contra de intereses
sumamente poderosos [de las potencias]. La solución encontrada el 22 de abril
de 2016, fecha de la firma [fiasco] de Acuerdo de Paris [Francia], consistió en
pedir a los países que contrajeran compromisos voluntarios, en vez de
imponerles criterios establecidos a nivel mundial. Esto es, se propuso que cada
país se comprometiera a alcanzar determinados objetivos en materia de reducción
de emisiones de gases que fuesen acordes con lo que estimaba viable. Gracias a
este planteamiento se pudieron evitar los callejones sin salida y posibilitar
la puerta en marcha de acciones, pero también se creó una confusión en los
criterios de evaluación que va a complicar la tarea de comparar los esfuerzos
realizados por cada país.
Cuan endeble. Esto
revela [con cara dura] cuan endeble [inconsciente] es la gobernanza [gobiernos]
del cambio climático. En efecto, como se carece de una institución dotada con
un mandato preciso [UN] para ejercerla, es muy ardo imponerse a los intereses
de los países y las empresas [Gran sistema].
La época antropocena. A los
gravísimos problemas medioambientales de la época antropocena no se les otorga la
debida prioridad en los proyectos y programas de las sociedades del mundo
entero. Parece como si la humanidad estuviera viendo aletargada una película y
esperando que en la secuencia final aparezcan los héroes salvadores [Avengers,
Marvel Comics] que le van a solucionar todo para su mayor felicidad. [UNESCO /
Correo de la UNESCO / Gran Angular / Antropoceno: la problemática vital de un
debate científico / ©UNESCO 2021 / Fuente Web: https://es.unesco.org/courier/2018-2/antropoceno-problematica-vital-debate-cientifico].
Cierres. No
podemos cerrar desde la desesperanza, porque la esperanza no avergüenza. Abramos
la conciencia de la vida. Demos paso a un bien común compartido, libre de toda
mente, retrodoga que no mira al Clima y a la Tierra, y que no es igual desde
hace trescientos años. No todo está en un punto muerto. Alcemos nuestras voces.
Hagamos lo que tengamos que hacer. La Madre Tierra es la génesis de la vida. Cuidémosla.
Todo es posible. Otro mundo es posible.
En esto
pensad
JAIRO
OBREGÓN
22/04/2022
Maracaibo, Venezuela
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