Dice un viejo adagio: “Si le
doy de comer a los pobres, entonces, soy un cristiano santo”. Pero si pregunto,
“¿Por qué pasa hambre los pobres?”, entonces, soy un atrevido, un comunista, un
desadaptado, o hasta un ateo porque hay que dejar las cosas como están y punto.
Éste es el orden establecido.
Hablemos muy claro: El hambre
es mala consejera, el hambre es el mal de los tiempos, el hambre nubla el
entendimiento, el hambre casi siempre es una consecuencia de algo sobre puesto
o sobrevenido […]. Y nos preguntamos: ¿Será el hambre un arma de los poderosos?
¿Será el hambre el castigo a los pobres? ¿Será el hambre es un estado y
condición creada? Hagamos una observación: mientras haya “súper ricos” en el
mundo, que se traguen a los “muchos ricos” y, las “mass media”, abra hambre en
el mundo y, como consecuencia muchísimos pobres. Es curioso que el Nuevo
Coronavirus (Covid-19) sea declarado pandemia mundial en pocos meses, por su
propagación peligrosa y, que al hambre no lo hayan declarado pandemia que tiene
siglos de siglos en la humanidad y, que enferma de desnutrición, inanición y
muerte en el mundo por miles y millones en el mundo. ¿Qué piensa usted?
En un informe realizado el
año pasado (2019) por la FAO en sus Mensajes Principales comentan lo siguiente:
“Tras decenios de descenso constante, la tendencia constante del hambre en el
mundo –cuantificada mediante la prevalencia de la subalimentación- se revirtió
en 2015, permaneciendo prácticamente sin cambios en los últimos años;
situándose a un nivel ligeramente por debajo del 11%. Mientras tanto el número
de personas que padecen de hambre se ha incrementado lentamente. Como resultado
de ello, más de 800 millones de personas en el mundo seguían padeciendo de
hambre en 2018, por lo cual destaca el inmenso desafío que supone lograr el
objetivo del hambre cero para 2030.
El hambre está aumentando en
casi todas las subregiones africanas, lo que hace a África la región con la
prevalencia de la subalimentación más elevada, situada en casi el 20%. El
hambre esta también aumentando en América Latina y el Caribe, aunque su
prevalencia todavía se sitúa por debajo del 7%. En Asia, Asia occidental
presenta un incremento continuo desde 2010 y en la actualidad más del 12% de su
población se encuentra subalimentada.
En el informe de este año se
introduce un segundo indicador para el seguimiento de la meta 2.1 de los ODS
(Objetivos de Desarrollo Sostenibles): la prevalencia de la inseguridad
alimentaria (FIES). Si bien la inseguridad alimentaria grave está asociada al
concepto del hambre, las personas aquejadas de inseguridad alimentaria moderada
padecen incertidumbre en cuanto su capacidad para obtener alimentos y se han
visto obligadas a aceptar menos calidad o cantidad en los alimentos que
consumen.
Considerando todas las
personas que se encuentran afectadas en el mundo por niveles moderados de
inseguridad alimentaria y las que padecen de hambre, se estima que más de 2.000
millones carecen de acceso a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes, lo
que incluye al 8% de la población de América septentrional y Europa.
Uno de cada siete recién
nacidos, es decir 20,5 millones de niños de todo el mundo, tuvieron bajo peso
al nacer en 2015 y no se han registrado progresos en la reducción de bajo peso
al nacer desde 2012. Por el contrario, el número de niños menores de cinco años
afectados por retraso del crecimiento en el mundo ha disminuido un 10% en los
últimos seis años. No obstante, dado que aún hay 149 millones de niños con retraso
del crecimiento, el avance es demasiado lento como para llegar a la meta de
reducir a la mitad el número de niños afectados por esta lacra en 2030.
El sobrepeso y la obesidad
siguen aumentando en todas las regiones, especialmente entre los niños en edad
escolar y los adultos. En 2016, 131 millones de niños entre cinco y nueve años,
207 millones de adolescentes y 2.000 millones de adultos padecían de sobrepeso.
Casi un tercio de los adolescentes y adultos que padecen de sobrepeso, y el 44%
de niños entre cinco y nueve años que también lo padecen, eran obesos. Los
costos económicos de la malnutrición son abrumadores.
Un análisis de los datos en
el nivel de los hogares e individual de algunos países de todas las regiones
revela la inseguridad alimentaria desempeña un papel importante como factor
determinante de muchas formas de diferentes de malnutrición. En particular, en
los países de ingresos medianos altos y altos, vivir en un hogar afectado por
inseguridad alimentaria es un indicador de obesidad en niños en edad escolar,
adolescentes y adultos.
En las anteriores ediciones
de este informe se muestra cómo el conflicto y la variabilidad y los fenómenos
extremos del clima agravan las tendencias mencionadas. Este año el informe pone
en manifiesto que el ritmo desigual de la recuperación económica y la
persistencia de un escaso rendimiento económico en muchos países, después del
debilitamiento ocurrido en 2008-09 en todo el mundo, también socavan los
esfuerzos por acabar con el hambre y la malnutrición. Los episodios de
dificultades financieras, el incremento de tensiones comerciales y las
condiciones financieras más restrictivas están contribuyendo a que las
perspectivas económicas mundiales sean inciertas.
El hambre ha aumentado en
muchos países donde la economía se ha ralentizado o contraído, sobre los países
de ingresos medianos. Además, las conmociones económicas están a prolongar y
agravar las crisis alimentarias ocasionadas ante todo por los conflictos y
perturbaciones climáticas.
De los 65 países donde ha
sido más intensas las repercusiones adversas de las desaceleraciones y
debilitamientos de la economía en la seguridad alimentaria y la nutrición, 52
dependen en gran medida de las exportaciones o importaciones de productos
básicos primarios.
Las desaceleraciones o
debilitamientos de la economía debilitan desproporcionalmente la seguridad
alimentaria y la nutrición allí donde las desigualdades son mayores. La
desigualdad de ingresos aumenta la probabilidad de sufrir inseguridad
alimentaria grave, y en efecto es un 20% mayor que el caso de países de
ingresos bajos frente a países de ingresos medianos. Las desigualdades de
ingresos y riquezas también guarda estrecha relación con la desnutrición, en
tanto que la obesidad se asocia con modelos de desigualdad más complejos.
Con el fin de proteger la
seguridad alimentaria y la nutrición, resulta fundamental disponer de políticas
económicas sociales que combatan los efectos de los ciclos económicos adversos
cuando estos llegan, evitando al mismo tiempo a toda costa los recortes en
servicios esenciales como la asistencia sanitaria y la educación. Sin embargo,
a más largo plazo esto solo será posible impulsando una transformación
estructural a favor de los pobres e inclusiva, especialmente en países que
dependen en gran medida del comercio de productos básicos primarios.
Para asegurar la
alimentación estructural sea favorable a los pobres e inclusiva se requiere la
integración de las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y nutrición en
los esfuerzos por reducir la pobreza, garantizando al mismo tiempo que la
reducción de las desigualdades de género y de la exclusión social de grupos de
la población sea el instrumento o el resultado de la mejora en la seguridad
alimentaria y la nutrición. [FAO | Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura | FIDA | Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
| UNICEF | WFP | Programa Mundial de Alimentos | OMS | Organización Mundial de
la Salud | 2019 | El Estado de Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo
| Protegerse Frente a la Desaceleración y el Debilitamiento de la Economía | Roma,
FAO | ISBN 978-92-5-131600-9 | ©FAO, 2019 | Algunos derechos reservados. Esta
obra está bajo licencia de Creative Commons
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(CC BY-NC-SA 3.0 IGO; http://creativecommos.org/license/by-nc-sa/3.0/igo/deed.es).
| PDF | Fuente Web | http://www.fao.org/3/ca5162es/ca5162es.pdf].
Por todo lo expuesto, paso a dar una protesta profética (prof-ética) contra el hambre y especulación, so pena, comunico: ésta es la carga pesada que lleva mi país (Venezuela) de sanciones, bloqueos y amenazas, de las hegemonías imperiales por adueñarse de sus recursos naturales, que por el miedo (timor) u odio (odium) no lo ven muchos connacionales, sin dejar de reconocer las muchas fallas humanas que como estado venezolano se cometen, que también arrastramos como contrapeso. No obstante, estamos ante una complexidad contrapuesta e inverosimilidad como establishment de todo el Estado venezolano por verse ante una disyuntiva difícil de decidir, porque si hace una cosa le salen con otra peor, está ante un arma de doble filo y eso lo saben los ladrones, usureros, contra un pueblo pobre. Somos un objetivo de los poderes de la plutocracia imperialista y ellos saben cómo apretar duro y no van a desistir en su empeño. Esos altísimos precios son un crimen contra el estómago de todos. Hay que tener audacia y precaución. El proceso no va caer tan fácilmente, la correlación de fuerzas no son las mismas en el mundo y, si alguien se equivoca desencadenaría el principio del fin y eso también lo saben los poderosos que se creen los dueños del mundo. Pero si se muestra debilidad se cae en otros males igualmente. No basta con paños de aguas tibias, hay que ir a fondo en la cadena de distribución. Sé que también que cuando eso pasa se voltea la tortilla nuevamente. Si ya está dolarizada la economía, ¿Por qué un marcador paralelo sigue ahora subiendo en dólares los alimentos? Denunciamos […]. Sin embargo, estamos del lado correcto de la historia, cuando la buena noticia es a favor de los pobres. Jesucristo es el pan de vida, él alienta, salva, libera y sana. Esto predico.
Por todo lo expuesto, paso a dar una protesta profética (prof-ética) contra el hambre y especulación, so pena, comunico: ésta es la carga pesada que lleva mi país (Venezuela) de sanciones, bloqueos y amenazas, de las hegemonías imperiales por adueñarse de sus recursos naturales, que por el miedo (timor) u odio (odium) no lo ven muchos connacionales, sin dejar de reconocer las muchas fallas humanas que como estado venezolano se cometen, que también arrastramos como contrapeso. No obstante, estamos ante una complexidad contrapuesta e inverosimilidad como establishment de todo el Estado venezolano por verse ante una disyuntiva difícil de decidir, porque si hace una cosa le salen con otra peor, está ante un arma de doble filo y eso lo saben los ladrones, usureros, contra un pueblo pobre. Somos un objetivo de los poderes de la plutocracia imperialista y ellos saben cómo apretar duro y no van a desistir en su empeño. Esos altísimos precios son un crimen contra el estómago de todos. Hay que tener audacia y precaución. El proceso no va caer tan fácilmente, la correlación de fuerzas no son las mismas en el mundo y, si alguien se equivoca desencadenaría el principio del fin y eso también lo saben los poderosos que se creen los dueños del mundo. Pero si se muestra debilidad se cae en otros males igualmente. No basta con paños de aguas tibias, hay que ir a fondo en la cadena de distribución. Sé que también que cuando eso pasa se voltea la tortilla nuevamente. Si ya está dolarizada la economía, ¿Por qué un marcador paralelo sigue ahora subiendo en dólares los alimentos? Denunciamos […]. Sin embargo, estamos del lado correcto de la historia, cuando la buena noticia es a favor de los pobres. Jesucristo es el pan de vida, él alienta, salva, libera y sana. Esto predico.
Ahora, bien, esta pandemia
que genera otras pandemias (o marca las pandemias existentes), no viene sola;
El nuevo Coronavirus (Covid-19) viene con el hambre a cuesta; No basta con
tener un terror constante de contagio y muerte, en el mundo; que por las
restricciones sanitarias se tenga cuarentenas y alejamientos, mientras no se
encuentre la cura (vacuna) como tal (según los expertos); comienza lo inesperado,
el hambre y más desnutrición; La falta de productividad supone un sinfín de
complejidades que no nos alcanza a mencionar; se observa que los alimentos “suben
de precios” de manera “exponencial” (como el virus) y hasta brutal; esto no
puede ser tolerado, es un robo contra el pueblo pobre; es un anticristo por
motivos personeros, mezquinos y politiqueros; a la cárcel los ladrones que
roban descaradamente al pueblo, no podemos quedarnos callados a resignarnos a
pasar hambre, no y no; los países ricos tienen “medidas proteccionistas” y las defienden, mientras que si los
países pobres si toman algunas medidas de protección son acusados, acorralados sin misericordia alguna; So Pena o penalizar
con cárcel la especulación inmediatamente.
No obstante, el mal de males
en el mundo, es que menos del 1% de la población mundial concentra el 99% la
riqueza del mundo. Esta desgracia no puede seguir siendo tapada. El 4% de la
población mundial está vendida estando a gusto en arrastrarse a sus amos. El
90% de la población del mundo está dormida, atontada sumida en la total
ignorancia. Solo un 5% de la población del mundo esta entendida y, trata de
despertar a ese 90%, y ese 1% (Rico) con 4% (serviles) le hacen contrapartida a
ese 5% con toda su furia. Esta es la cruda realidad. Abramos los ojos.
El virus pandemia no trajo
el hambre, sino que ha exacerbado la crisis alimentaria-nutricional que es
alarmante. “La FAO ha implementado una serie de herramientas para apoyar los
análisis de políticas y evaluar el impacto de la pandemia de COVID-19 en la
alimentación y la agricultura, las cadenas de valor, los precios de los
alimentos y la seguridad alimentaria en todo el mundo.
Reforzar los sistemas de
producción y distribución de alimentos es fundamental para luchar contra el
hambre y supone ayudar a combatir las enfermedades dondequiera que surjan en
los seres humanos, los animales, las plantas o el medio ambiente. La enfermedad
por coronavirus de 2019 (COVID-19) es una crisis sanitaria mundial, y la FAO está
desempañando un rol de evaluación y la respuesta a sus posibles repercusiones
en la vida y los medios de subsistencia de la población, en el comercio mundial
de alimentos, los mercados, las cadenas de suministro alimentario y la ganadería.
La FAO considera que esto permitirá
a los países prever y mitigar las posibles perturbaciones que la pandemia pueda
provocar en la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de las
personas, evitando las reacciones de pánico que pueden agravar estas
repercusiones y deteriorar la seguridad alimentaria y nutricional de los más
vulnerables.
La FAO colabora estrechamente con la OMS, el PMA, y el FIDA y la OIE y otros socios, aprovechando sus amplias redes para impulsar nuevos estudios, apoyar las investigaciones en curso y compartir información fundamental”. (FAO | Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura | Nueva enfermedad por coronavirus (COVID-19) | http://www.fao.org/2019-ncov/es/).
A todo este entender,
debemos tomar conciencia del tamaño de la tarea que tenemos por delante. No es
nada fácil en un mundo de dominator y
atur. Nadie tiene la solución mágica
a un problema de siglos como vimos con el hambre en el mundo. Es tiempo de que nos
juntemos, nos organicemos y nos demos a respetar como personas. Sin caer en
provocaciones y sin perder la dignidad. Mi señor Jesucristo dijo: “Sed astutos
o prudentes como la serpiente y cándidos o sencillos como paloma” (Mateo 10: 16).
No creerse más ni tampoco menos.
No esperemos nada sino de
nosotros mismos y sobretodo en Dios que es nuestra ayuda. Aprendamos a ser
resilientes en transformar lo malo en lo bueno, sacarle una buena ventaja a la
calamidad. Aprendamos a sembrar en casa, en los patios, en las paredes, en los
techos (como en Europa). Que la casa sea el lugar de producir, sé que no basta
pero en algo nos ayuda. Solo un metro cuadrado es la salvación contra el hambre,
expresan organismos independientes.
Hoy como ayer, la profecía de
Habacuc es una buena noticia cargada de esperanza profética para todos los
tiempos difíciles: “Pues aunque no florezca la higuera ni den las viñas uva en
adelante; aunque falte el producto del olivo y se niegue la tierra a darnos
pan; aunque no tenga ovejas el corral y se queden sin bueyes los establos; yo
seguiré alegrándome en Yavé, lleno de gozo en Dios, mi salvador. Yavé es mi
Señor, es mi fuerza…”.
En esto pensad
JAIRO OBREGÓN
28 /04/2020
Maracaibo, Venezuela
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