NO CAMBIES TU ESENCIA PORQUE TE HAYAN LASTIMADO

Estando leyendo la página del Rincón del Tíbet, la cual felicito por su gran reflexión intuitiva, me llamó poderosamente la atención este Titulo: “No cambies tu esencia porque te hayan lastimado”. De una vez me dí cuenta  el valor y la trascendencia que no pasa de moda. Me es un honor transcribir parte de esta reflexión para el crecimiento personal y aun colectivo. Veamos.

“Cuenta una historia que una vez un hombre vio cuando una serpiente estaba muriendo quemada y decidió sacarla del fuego, pero cuando lo hizo, la serpiente lo mordió. Por la reacción del dolor, el hombre la soltó y el animal cayó de nuevo en el fuego y se estaba quemando de nuevo.  El hombre intentó sacarla otra vez y otra vez la serpiente lo mordió.

Alguien que estaba observando se acercó al hombre y le dijo:

-Disculpe, pero ¡usted es terco! ¿No entiende que todas las veces que intente sacarla va a morder?

El hombre respondió:

-La naturaleza de la serpiente es morder, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar.

Entonces, con la ayuda de un pedazo de hierro, el hombre sacó la serpiente del fuego y salvó su vida”.

Esta reflexión nos invita a mantener nuestra esencia a pesar de las circunstancias, a pesar de que nos puedan herir o lastimar en nuestros intentos por mostrar una parte bondadosa de nuestro ser. Si estamos haciendo el bien y no es bien recibido, no somos nosotros los que debemos cambiar, no podemos volvernos indiferentes ante el dolor ajeno porque se nos dificulte prestar ayuda.

Mucha veces nos sentimos mal cuando de buen corazón tratamos de ayudar a otro y cuando ese otro muerde la mano que le da de comer. Alguien comentó que uno puede hablar con un enemigo pero no con un traidor, puesto que con el enemigo se puede negociar un alto al fuego, una amnistía o una negociación. Pero con el traidor que una y otra vez engaña y ataca constantemente no se le puede ayudar.

El meollo de la situación, es que al parecer el que muerde como serpiente pareciese que estuviera sacando alguna ventaja al que se deja morder. Se podría decir que es un juego de sadismo y de masoquismo instintivo que hace que opresor golpee al oprimido, y el oprimido se deja golpear del opresor. De los que por alguna ocasión se consideran superiores o merecedores de un privilegio ficticio, que nadie les dio se sienten ventajosos.

La gente lastimada se cansa muchas veces con el atropello, quiere salir de esa situación  que ha tenido que pasar en ésta vida. Las personas lastimadas se sienten utilizadas y menospreciadas o poco valorada y debe sacar fuerzas de flaquezas para no desmayar frente a la estupidez de seguir sufriendo.

Sin embargo, aun cuando todo indicara que existe un supuesto ventajista malvado y tenebroso no es así como suponemos. Uno no debe claudicar en sus convicciones de ayudar al prójimo o semejante en la situación en que se encuentre. No nos cansemos de hacer el bien por ayudar a los demás. Esto no debe sonar a que nos sometamos a los apegos u amarre de ninguna índole. Creo que significa que haciendo el bien a un mal agradecido, ese bien lo hacemos libremente y después lo olvidamos, llegará un día que ya no estemos en ese sitio por cuestiones de la vida, y al que supuestamente estaba sobre ti te recordará cuando otro en otra circunstancia la vida se lo cobre y una y otra vez, te recordará que tú si le ayudabas sin importar las apariencias, y que otro le lastimará. Ese será su merecido.

No nos cansemos de hacer el bien porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencido (Gálatas 6:9). La capacidad de dar sin esperar recibir es increíble. La vida recompensará no con las mismas personas, sino que con un abanico de posibilidades que se multiplicarán y cosecharas más de lo que diste. Eso es un acto de fe y convicción que debemos reflexionar.

No cambiemos nuestra esencia pura de sentir que tu próximo eres tu mismo. Aprendamos todo lo que sale de mi todo se devuelve a mi, aun lo bueno se devuelve, aun lo malo se devuelve. Todo lo que hacemos repercute en nuestras vidas para bien o para mal. No cambiemos por otro que en verdad no se lo merece. Mantengamos el valor y no el precio irracional, mostremos una mejor actitud en nuestras vidas y en la vidas de otros de esta manera seremos libres para ayudar y ser de bendición.

En esto pensad.

JAIRO OBREGÓN

16/09/2017

Maracaibo, Venezuela.


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