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domingo, 10 de agosto de 2014

¿POR QUÉ LAS PERSONAS NO SE CURAN DE SUS ENFERMEDADES?




     Leyendo un artículo sobre el estado de algunas personas que le cuesta tanto curarse o sanarse, me llamó poderosamente la atención de que la mayoría de esas personas “no quieren sanarse” o “no pueden sanarse” debido a un estado psíquico de la “no renuncia” o la “no renovación” de sus conceptos o premoniciones. La mayoría de la población mundial vive en ese estado contemplativo no sabiendo qué hacer, ni tampoco cómo salir de sus encrucijadas. Veamos.

      Un medico intuitivo tuvo una perspectiva única sobre por qué las personas no se curan. Él solía pensar que todo el mundo quería ser sanado. Y llegó a la conclusión de que la sanación es poco atractiva.

      Los impedimentos para la curación incluyen renunciar a vivir en el pasado, dejar de ser víctimas, y el miedo al cambio. Dirigir el pensamiento y la energía hacia el pasado desvía la fuerza vital de las células y los órganos que necesitan esa energía para funcionar y sanar.

      La curación requiere vivir en el presente, recuperando la energía de los traumas y heridas del pasado. Dice que la única razón para alimentar y mantener vivo al pasado es a causa de la amargura de lo qué pasó.

      Negarse a perdonar un evento o a una persona del pasado produce fugas energéticas del cuerpo. El perdón sana esas filtraciones. El perdón nada tiene que ver con no culpar a otros por las heridas que causaron.

      Tiene más que ver con liberarnos de la percepción de víctimas’.

      Cuando podemos ver un acto doloroso como parte del proceso de vida, como un mensaje o un desafío en lugar de una traición personal, la energía vital fluye de vuelta a los circuitos de energía del cuerpo físico.

      Las personas no se curan porque no se han liberado de la ilusión de ser víctima. Con demasiada frecuencia, la gente obtiene poder con sus heridas porque ha encontrado que suscita el apoyo de otros. Las heridas se convierten en un medio para manipular y controlar a los demás.

      Generalmente, la recuperación requiere hacer cambios de estilo de vida, medio ambiente, y relaciones. El cambio puede ser aterrador.

      Es fácil mantener un compás de espera, alegando que uno no sabe qué hacer, pero rara vez es cierto. Cuando estamos en compás de espera, es porque sabemos exactamente lo que debemos hacer, pero estamos aterrorizados para actuar en consecuencia…

      El cambio es alarmante, la espera da sensación de seguridad, cuando la única manera de adquirir ese sentimiento de seguridad es entrar en el torbellino de los cambios y salir por otro lado, sentirse vivo otra vez.

      La sanación requiere acción. Comer adecuadamente, hacer ejercicio diario, tomar el medicamento adecuado, genera cambios saludables en el físico.

      Soltar el pasado, dejar puestos de trabajo estresantes o relaciones inadecuadas, son acciones que sostienen la energía del cuerpo.

      Lo que apoya al uno apoya al otro, porque la energía física y energética está inextricablemente unida.

      Incluso al morir, al que todos nos enfrentamos, puede convertirse en un acto de sanación de viejas heridas que son liberadas resolviendo asuntos pendientes con los seres queridos[1]  Puntualiza el artículo referido.

      Es compleja la naturaleza humana en todas sus dimensiones. El estado de cosas que pasan repetidamente hace que no nos percatemos de las causas de una profunda sanación. El estatus y el confort por un lado recrean un estado de espera que calcina y nos sentimos “felices” al no renunciar al pasado, esa sensación de que “todo” siga igual, teniendo miedo al presente, nos mantiene no sanos, estresados, cansados, agobiados y un sinfín de cosas más.

      La curación es posible si en verdad la deseamos y luchamos para lograrlo. La batalla está en nuestras mentes. La gran mayoría de las enfermedades son psicosomáticas, nacen en la mente, y se exterioriza en el cuerpo.

      Necesitamos valor para sanarnos en salud primeramente, una buena actitud y constancia podremos perdonarnos y curarnos saliendo del pasado, viviendo el presente, y en el presente construir el futuro…Con la ayuda de Dios!   

JAIRO OBREGÓN.

10/08/2014

Maracaibo, Venezuela.







[1] Luzvida wheatgrass. ICP Institución Cultural Pachayachachiq.





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