Es muy vieja la posición de la lucha de clases impuesto por
los grupos privilegiados para preservar sus prerrogativas. La alta burguesía se
atribuyó unos superfluos en la diferenciación de la raza (blanca), condición
socio económica pudiente, y para conseguir sus prebendas inventan ciudadano de
primera, de segunda y de tercera usando sus poderosos mayorazgos para lograr
sus fines mezquinos y personales. Esto es viejo, repito, tan viejo que es la
vergüenza de la historia. Nos han confundido encasillándonos en “clases”,
engañándonos una y otra vez, no importando el prójimo necesitado.
Ahora pues, estos mecanismos de la manipulación
dominadora están presentes en la sociedad actual y contra actual. La sociedad
se polarizó en los dominadores y dominados. Los poderosos socios económicos
establecieron aparatos discriminatorios para acorralar utilizando la estrategia
del lavado de cerebro, haciéndonos creer que las clases sociales tienen las
mismas condiciones y la verdad no es así, y los privilegiados lo saben de
antemano. Al descubrirse sus intenciones de explotación por el engaño
capitalista se creen que todo lo que está en el mundo les pertenece, y que el
resto de los seres humanos pasan a ser sus neo esclavos, que a su vez, tienen
que conseguir comprando sus productos bienes y servicios, de los ricos, que la
clase trabajadora se las trabaja, para que después de trabajarlas, tengamos que
comprárselas, es una doble esclavitud. Los antiguos esclavos no pagaban los
desperdicios que sus amos les conferían, ahora sí, ahora tras que hay que
producirlas hay que también consumírselas a altos precios por su puesto.
Digo esto, por el engaño de las clases
sociales que estos han propiciado sistemáticamente, ha inoculado en la esa
misma sociedad de clases la intolerancia y odio del que piensa diferente, por
su color de piel, por su condición de pobre y pata en el suelo, por los
enfermos que no tienen para pagar sus clínicas costosas y medicamentos, los
esclavos modernos tiene que seguir comprándole su esclavitud al amo
empresarial.
La intolerancia también se enarbola en la
condición socio económico y socio política. La famosa frase de los ricos “divides
y vencerás” se ratifica a cada paso de la historia. La mente humana es fácil de
vulnerar, los poderosos nos hicieron creer que trabajándole más, podemos tener
sus privilegios, cuando la realidad es totalmente distinta. Lo que gana un pobre
no se equiparará nuca con lo que gana un rico, pero hacen creer que sí. Es por
ello que encontramos pobres defendiendo el patrimonio de los ricos y éstos los
manipula para sentirse seguros.
En cuanto al rol político estos (ricos)
han colocado a sus lacayos corruptos politiqueros para tenerlos como comodín, y
estos últimos, en su condición de subordinados hacen lo que sea, no importándole
nada para satisfacer a sus amos. Cuando esos amos ven que estos lacayos no
cumplen a cabalidad sus apetencias de poder discriminatorios, entonces, ellos
mismos pasan al frente de la escena política, es cuando la burguesía dueña de
todo confronta el aparato político, económico y social en el control absoluto,
y para ello se basan en cualquier excusa por mínima que sea, con tan sólo
lograr sus intereses. No estoy descubriendo el agua tibia. A esto se llama
lucha de clases, lucha del racismo contra todos y por todos por parte del
aparato privilegiados.
La intolerancia del otro es un mecanismo
de la alta burguesía. Ellos no toleran a los pobres, a los necesitados, son
ellos los que los tiene como fichas para que les produzcan más, para ellos los
pobres no existen, ni si quiera se escapa la llamada “clase media”, por cierto,
¿Cuál? Porque si no trabajan a los ricos tampoco comen, hasta la clase media es
engañada con odio y explotada igualmente. Estoy hablando de esa alta burguesía intolerante
que su ardid más puesto es confundir y manipular por doquier. En cuanto esos
pobres, algunos de ellos, alzan su voz de protesta contra la explotación,
inmediatamente los arrinconan, los discriminan, y aun los matan sin ninguna
consideración moral y físicamente. Esto es la intolerancia racista contra los
más humildes y a sus voceros defensores.
El colmo de esta conducta diabólica de
manipulación y sus más estrategias de guerra sicológica es lograr que el
esclavo moderno también defienda a sus amos opulentos. Lo más triste es ver que
los pobres explotados por esa clase dominante pase a defender la heredad de los
ricos, sintiendo que deben proteger lo que no es de ellos, defendiendo casas
que no tienen, apartamentos de lujo que no tienen, automóviles caros que jamás van
tener, tierras con grandes proporciones de cosechas y ganados que no poseen
etc., todas las apetencias que los poderos tienen. Esta actitud viene de la
esclavitud pasada, el negro esclavo para agradar a su amo golpeaba a su propio
hermano, una conducta de intolerancia aprendida de los duros golpes que de día y
de noche soportaban, se acostumbraron a ser obedientes maltratando a su prójimo.
Quizás sea esta la mejor táctica de modelar la conducta humana, defender al
agresor y maltratar al agredido.
Por ello, es fácil manipular la mente
del pobre que defiende al rico explotador. Lo más aun asombroso es que si
alguien de sus compañeros llaman a la racionalidad y sindéresis, entonces son
mal vistos, e incluso llegan a vulnerar las vidas de sus mismos compañeros con
la rabia inoculada de la intolerancia de los ricos hacia los pobres. La lucha
de clase se hace patente en la dominación de la mente, matando a sus propios
hermanos por defender las apetencias de los ricos explotadores, haciéndole el
juego macabro de los engañadores. Esto se debe a que si hacen lo que diga el
amo “quizás” podrán satisfacer su agresor, y de esta manera el que no tiene
nada, lo que importa realmente es que el amo se sienta bien y conforme. Cuando el
lacayo cumple su rol en vez de ser ascendido, lo hunde más igualmente, es
propicio el dicho “mal paga el diablo a quien bien le sirve”.
Al hacer una re—lectura de la Biblia las
clases sociales de la preponderancia de los ricos es evidente. Los reinos y sus
reyes imperialistas explotaban con mucha más dureza que la actual quizás. Los pobres
eran llamados malditos por no tener nada. En los tiempos bíblicos los esclavos obtenían
migajas con sufrimiento, los pobres no tenían nada de nada. En el caso de los judíos
de los exilios el no ser descendiente de una casta “privilegiada” era lo peor,
los pobres, los enfermos, los analfabetos, la igualdad de género, las prostitutas,
los diversos sexuales todos no tenían misericordia de Dios. Jesús el Maestro
tuvo que afrontar la lucha racial y de clases, es por ello que su ministerio básicamente
fue pasar más tiempo con los pobres discriminados. Jesús tuvo que enfrentar la
intolerancia en todos sus órdenes. Su máxima del evangelio era y es “a los
pobres es anunciado el evangelio” (Lucas 7:22), el evangelio liberador de toda cadena o yugo
de esclavitud. Los judíos, los griegos y los romanos manipularon la palabra “pecado”
para separar a los poderosos de los débiles, haciéndole ver a los pobres que
por ser pobres eran “pecadores” y no descender de una casta “santa” o rica, o
pura. Esta intolerancia es tan vieja como el agua. La causa de esto es el egoísmo
de unos pocos por sentirse acorralados para no perder su postura de poder por
encima de los demás.
El evangelio es una causa de lucha por un
reino de paz y justicia, como parte, de que Jesús su opción fueron los pobres,
sin detrimento de los demás. El evangelio es incluyente no es excluyente. La paz
y la justicia sean con todos y todas. Amén.
En esto pensad.
JAIRO OBREGÓN
FUNDACIÓN MISIONERA OBREGÓN
Twitter:
@obregonjairo
Facebook:
Fundaobregon Obregon
2013-04-16 horas: 10 pm. San
Francisco, Venezuela.
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