Otra
Semana Santa a-típica
Contexto: El
año pasado (2020) tuvimos una Semana Mayor bajo el asedio del Nuevo Coronavirus
(Covid-19), donde, se detuvo la economía, el turismo y un sinfín de actividades
propias de esta época contemporánea bajo un gran confinamiento. Este año
(2021), continuamos con las segundas, las terceras y las cuartas oleadas de
contagios y muertes en el mundo, sobre todo, el occidental. Estando en una
guerra por las vacunas, por la mezquindad de los países ricos contra los países
pobres y, ahora, bajo unas “nuevas variantes” de la misma cepa del Sars-Cov2,
como la P.1 y P.2 que brotó en Brasil y que amenaza a toda Latinoamérica y el
mundo.
Reflexiones
en perspectivas
Entendimiento: Desde
luego, no es nada fácil tal desafío de 21 siglos de cristiandad o cristianismo,
entender, todos los supuestos que derivan de las fuentes y fórmulas que se fue
tejiendo en el tiempo. Todo lo pasado ha sido concebido desde la perspectiva
pasada, apegada a la vida y los acontecimientos abstractos que, en su momento, tenían
una relevancia de la época y que, ahora, ha evolucionado con el tiempo a cuesta.
Creo, que ha sido el paso del tiempo que ha mutado o develado los aspectos que
dieron los cimientos de la religiosidad que, nos caracterizó en buena parte de
los contextos.
Propósito:
Volvemos con la temática de hace poco tiempo ya lo tocamos en nuestro Blog
(Jairo Obregón): Es por ello mi intención dar paso a develar lo velado
(basándonos en las fuentes evangélicas y cristianas; y más aún, en la nueva mirada
investigativa genérica de nuestra época contemporánea): la Redención constituida
de Anselmo de Canterbury en el siglo XI hasta este siglo XXI – es la semana
santa que conocemos y que se desvanece sola- dónde se devela y, se
desestructura por sí sola con el paso del tiempo. El tiempo y la historia han
jugado un doble papel: la estructuración por un lado, y, la desestructuración
por el otro lado. ¿Qué nos toca a nosotros por contribuir? De no hacer nada o
dejarlo a la suerte, se puede terminar de petrificar y con ello la muerte.
¿Quién fue Anselmo de Canterbury?
Wikipedia: “San Anselmo de Canterbury
O.S.B Aosta, 1109), conocido también como Anselmo de Aosta, por el lugar donde
nació, o Anselmo de Bec, si se a la población donde estaba enclavado el monasterio
del cual llego a ser prior, fue un monje benedictino que ejerció como arzobispo
de Canterbury durante el periodo de 1093-1109. Destacó como teólogo y filósofo escolástico.
Doctor en teología. Como teólogo, fue un gran defensor de la Inmaculada Concepción
de María y como filosofo se le recuerda, además de ser celebre argumento ontológico,
por ser padre de la escolástica…” (Wikipedia / Articulo / Anselmo de Canterbury
/ Wikipedia es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización
sin ánimo de lucro / Fuente Web / https://es.wikipedia.org/wiki/Anselmo_de_Canterbur).
En ambas posturas que hemos
definido me declaro incompetente. El “misterio” revelado ha sido develado.
Nadie, puede atribuirse tener el monopolio de la verdad como tal. Todo lo
expuesto –que compartimos- es en perspectivas, sabiendo que, necesitamos del
constructo para dimensionar la fe, la esperanza y el amor en Jesús y su causa
que se traduce el Reino de Dios y su justicia. Esta es nuestra verdadera
entrega y verdadera lucha.
Referencias
teológicas intrasistémicas
Comentarios: “En
efecto, muchos de nuestros comentarios al uso pareciera que se mueve en ‘otro
mundo’, un mundo propio de referencias teológicas intrasistémicas, que
funcionan con una lógica diferente a la real, y que parecen estar de antemano inmunizado
contra toda crítica, porque, en este ambiente bíblico-litúrgico al que están
destinados, en las homilías, todo debe ser escuchado y recibido sin discusión,
sin espíritu crítico, con mucha fe. Los que tenemos una fe más o menos crítica,
una fe que no quiere dejar de ser de personas de hoy y de la calle, nos
preguntamos: ¿Es posible celebrar de otra manera? ¿Así como buscamos ‘otra
forma’ de creer, hay ‘otra forma” de celebrar y acoger la semana santa?
Veamos.
Comencemos preguntándonos: ¿Qué sienten, que sentimos, ante la semana santa, muchas
personas creyentes de hoy?”
¿Qué
se siente en la Semana Santa hoy?
Sentir
generalizado: “Muchos creyentes adultos (trabajadores,
profesionales de las más variadas ramas, y también intelectuales, o simplemente
personas cultas) se sienten mal cuando, en semana santa, por la especial
significación de tales días, o por acompañar a la familia –y con el recuerdo de
una infancia y juventud tal vez religiosa-, entran en una iglesia, captan el
ambiente, y escuchan la predicación. Se sienten de pronto sumergidos en aquel
mundo de conceptos, símbolos y referencias bíblicas… que elaboran un mensaje
sobre la base de una creencia central que fuera del templo uno nunca –toca- en
ningún dominio de la vida: la Redención. Estamos en Semana Santa, y lo que
celebramos –así perciben en el templo- es el gran misterio de todos los
tiempos, lo más importante, que ha ocurrido desde que el mundo es mundo: la
Redención… El ‘Hombre’ fue creado por Dios (sólo en segundo término la mujer,
según la Biblia), pero ésta, la mujer, convenció al varón para que comieran
juntos una fruta prohibida [que se dijo que era “manzana” donde no se produce
manzanas sino higos] por Dios. Aquello fue la debacle del plan de Dios, que se
vino abajo, se interrumpió, y hubo de ser sustituido por un nuevo plan, el plan
de la Redención, para redimir al ser humano que cayó en ‘desgracia de Dios’
desde la comisión de aquel ‘pecado original’, debido a la infinita ofensa que
dicho ‘pecado’ le infligió a Dios”.
“Nuevo”
plan de Redención
Observamos: “Ese
nuevo plan, de Redención, exigió la ‘venida de Dios al mundo’, mediante su
encarnación en Jesús, para así ‘asumir nuestra representación jurídica ante
Dios y pagar por nosotros a Dios una reparación adecuada’ por semejante ofensa
infinita. Y es por eso por lo que Jesús sufrió indecibles tormentos en su
Pasión y Muerte, para ‘reparar’ aquella ofensa y redimir [redimir=comprar con
precio de sangre] así la Humanidad, y consiguiéndole el perdón de Dios y
rescatándola del poder del demonio bajo el que permanecía cautiva”.
[Redimir, es una compra a
precio de sangre para reparar una falta grave con base jurídica, más o menos es
una compra legal que se hacía a los esclavos, añado].
Comentario: “Esta
es la interpretación, la teología sobre la que se construyen y giran la mayor
parte de las interpretaciones en curso durante la semana santa. Y éste es el
ambiente ante el que muchos creyentes de hoy se sienten mal, muy mal. Sienten
que se asfixian. Se ven trasladados a un mundo imaginario que nada tiene que
ver con el mundo real de cada día, ni con la ciencia, el de la información, o
el del sentido más profundo de su vida. Por este malestar, otros muchos
cristianos no sólo se han marchado de la semana santa tradicional, sino que se alejado
de la Iglesia”.
¿Hay
otra forma de entender la Semana Mayor?
Otra
manera de entender: “¿Hay otra forma de entender la Semana
Santa, que nos obligue a transitar por el mundo manido de esa teología en la
que tantos ya no creemos?”.
La
duda histórica: “¿Hemos dicho ‘no creemos’? Ante todo, hay
que decir –para alivio de muchos- que efectivamente, se puede no creer en tal
teología. No se trata de ningún ‘dogma de fe’ (si lo fuera, tampoco ello lo
haría creíble). Se trata de una genial construcción interpretativa del misterio
de Cristo, debida a la intuición medieval de san Anselmo de Canterbury, que
desde su visión del derecho romano, construyó, ‘imaginó’, una forma de
explicarse así mismo el secreto sentido de la muerte de Jesús. Estaba
condicionado por muchas creencias propias de la Edad Media, e hizo lo que pudo,
y lo hizo admirablemente: elaboró –una- fantástica interpretación que cautivó
las mentes de sus coetáneos tanto, que perduró hasta el siglo XXI. Habrá que
felicitar a san Anselmo, sin duda”.
Una
interpretación más allá de la Redención
Porque
es importante: “El Concilio Vaticano II es el primer
momento eclesial que supone un cierto abandono de la hipótesis de la Redención,
o, para decirlo de otra manera, de una interpretación de la significación de
Jesús más de la Redención. Por supuesto que en los documentos conciliares
aparece la mentalidad del concepto, numerosamente incluso, pero la estructura
del pensamiento y de la espiritualidad conciliar van más allá de él. El
significado de la Iglesia posconciliar –no digamos para la Iglesia con
espiritualidad de la liberación- deja de pasar por la Redención, por el pecado
original, por los terribles sufrimientos expiatorios de Jesús y por los genial
´sustitución penal satisfactoria’ ideada por Anselmo de Canterbury… Desaparecen
estas referencias, y cuando sorpresivamente se oyen, suenan extrañas,
incomprensibles, o incluso suscitan rechazo. Es el caso de la película de Mel
Gibson, que fue rechazada por tantos espectadores creyentes, no por otra cosa
que por la imagen del ‘Dios cruel y vengador’ que daba por supuesta, imagen
que, evidentemente, hoy no sólo ya no es creíble, sino que invita
vehementemente al rechazo, repugna”.
¿Cómo
celebrar la Semana Santa hoy?
Nos
preguntamos: “¿Cómo celebrar la semana santa cuando es
un cristiano que ya no comulga con esas creencias? Uno se siente profundamente
cristiano [laico], admirador de Jesús, discípulo suyo, seguidor de su Causa,
luchando por la misma utopía [anti-sistema-imperial]…pero se siente mal en ese
otro ambiente asfixiante de las representaciones de la pasión al nuevo y viejo
estilo de Mel Gibson, de los viacrucis, los pasos de las procesiones de semana
santa, las meditaciones de las siete palabras, las horas santas que retoman repetitivamente
las mismas categorías teológicas del san Anselmo del siglo XI… estando como
estamos en el siglo XXI” [enfrentando una pandemia global y, con toda una gran
crisis sistémica-económica-hambruna y, de cambio climático, hacia una
conflagración bélica nuclear sin precedentes]…
Antes
de Semana Santa eran fiestas originarias
Raíces
ancestrales: “Bajo la semana santa que oficialmente se
celebra, no dejan de estar, allá, lejos, bien adentro de sus raíces
ancestrales, las fiestas de los indígenas originarios ya hacían sus
celebraciones sobre la base cierta de equinoccio astronómico. Se trata de una
fiesta que ha evolucionado muy diferentemente en cada cultura, y muy creativamente
al ser heredada y recreada también por los israelitas nómadas como fiesta del
cordero pascual, y después transformada por los israelitas sedentarios como
fiesta de los panes ácimos, en recuerdo y como reactualización de la Pascua,
piedra angular de la identidad israelita… Fiesta que los cristianos luego
cristianizaron como fiesta de la Resurrección de Cristo, y que sólo más tarde,
con el devenir de los siglos, en la oscura Edad Media, quedó opacada bajo la
interpretación jurídica de la redención…”
¿Por
qué pues, estar prendidos en la Semana Santa medieval?
Interrogantes: “¿Por
qué quedarse, pues, prendidos de una interpretación medieval, cautivos a una
teología y una interpretación que no es nuestra, que ya no nos dice nada, y que
podríamos abandonar porque ya cumplió su papel? ¿Por qué no sentirse parte de
esta procesión tan humana y tan festiva de interpretaciones y hermenéuticas, de
mitos y ‘grandes relatos’ incesantemente renovados y recreados, y aportar
nosotros también a esta trabajada historia nuestra parte, lo que nos
corresponde hoy, creatividad, responsabilidad y libertad? No podemos dejar de
pensar que ‘Otra semana santa es posible’… ¡y urgente! Y también legítima, por
los menos”.
No
desarrollaremos una nueva interpretación de la Semana Mayor
Nos
abstenemos: “No vamos a desarrollar aquí nosotros una nueva
interpretación de estas fiestas. Bástenos ahora cumplir una pretensión doble:
aliviar a los que se sentían culpables por desear que ‘otra semana santa es
posible’, por una parte, y, por la otra, de invitar a todos a la creatividad,
libre, consciente, responsable y gozosa. No en todas partes o en cualquier
contexto será posible, pero si lo harán en muchas comunidades concretas. Si no
es en la mía, podría serlo en alguna otra comunidad más libre y más creativa
que tal vez no esté muy lejos de la mía… ¿Por qué no preguntar, por qué no
buscarla?”
La
mirada retrospectiva: “No obstante, la recuperación de la
teología de la liberación (TL) hizo de esta temática corta hoy. La TL releyó la
visión tradicional cristiana desde la perspectiva histórica y reinocentrista y
desde la opción por los pobres, sí, pero dejó simplemente a un lado lo que no
creyó recuperable, y no sometió a crítica los supuestos profundos de la visión clásica;
simplemente los ignoró. En este sentido, la propuesta de la TL no fue realmente
nueva, sino una ‘propuesta nueva pero desde los mismos presupuestos’… Hoy esos
presupuestos están en crisis, y ahora sólo nos puede servir una propuesta
realmente nueva, es decir, desde presupuestos nuevos, por ejemplo: sin ‘dos
pisos’ (este mundo junto al otro mundo) sin el histórico ‘pecado original [que
no es histórico, ni ningún pecado original que no existió como tal, fue una
narrativa presupuestada por el paso del tiempo antiguo hasta el actual], sin un
Dios-theos ahí fuera que se pueda ofender gravemente por un supuesto pecado
humano, sin un Dios antropomórfico que pueda exigir ‘reparación para con su
dignidad ofendida’, sin unos mitos entendidos como narraciones históricas
literales…”.
Recordemos todos: “Acabaremos recordando que, como es obvio,
la problemática de la Redención no es del Domingo Ramos, ni siquiera de la
semana santa… sino de todo el cristianismo [católico romano, ortodoxo ruso,
occidental protestante, pentecostal estadounidense y, toda la cristiandad
generalizada, aun, movimientos diversos, la comunidad laica y grupos
independientes a saber]; afrontarla, tratando de agarrar el toro valientemente
por los cuernos, no es tarea para un domingo ni para una semana, sino para todo
el año…pero un domingo de Ramos [como el ya pasado] es una buena ocasión para
plantearlo más detenidamente. Lo dejamos a manos de ustedes, lectores
individuales y comunidades lectoras…”. (Servicios Koinonia / Servicio Bíblico
Latinoamericano / Semana del 28 de marzo al 3 de abril de 2021 / Fuente Web / https://servicioskoinonia.org/biblico/210328.htm)...
Consideraciones a saber concluyentes
Aclaración personalizada: Con temor y
temblor, doy mi parecer –humildemente- de acuerdo a lo que hemos expuesto,
tomando en cuenta las fuentes y fórmulas que dieron la comprensión que nos
legaron los antiguos y los medievales, sin que esto signifique una interpretación
nueva o una revelación traída de la nada, nada de esto. En lo personal, solo
pienso que, Jesús muere como profeta, por el Reino de Dios y su Justicia, y no
tanto, por una “deuda” u “ofensa” tan grave que sacudió a Dios theos (iracundo
y cruel) que en su dignidad fue ofendida por el “pecado” de unos seres que
comieron tal cosa. Jesús no es causa de redención que rescata para pagar un
tributo romano o de lo que sea, Jesús es causa del reino de su Padre y por ello
muere y resucita, esto se nos va la vida, esta es la causa y lucha en que
vivimos. La Redención romana ansélmica medieval así como perduró muchísimo en
el tiempo, se está cayéndose a pedazos por sí sola, el mismo paso del tiempo que
la catapultó, es el mismo paso del tiempo que la esta estrellando en el suelo y
polvo del olvido de la historia. Nadie intervino en esto. Diez siglos que se
viene hablando de este supuesto, que se volvió un presupuesto que ha cautivado
a millones de personas de sentirse “pecadoras” por “algo” que ocurrió, y que está
condenada la humanidad por una tal desobediencia “adánica” y “evanica” (por
algo que nunca pasó y nunca se pecó porque no ocurrió) es simplemente una interpretación
de aquel tiempo que nada tiene que ver con el contexto bíblico teológico actual,
en una Era moderna o post-moderna hacia una Era cibernética y otra Era cuántica
que se vislumbra en el tiempo, de acuerdo a cómo el hombre no termine en adelantar
una nueva Era glacial, denomina el “antropoceno”. Desde luego, como creyente en
Jesús y su causa el Reino de Dios y su Justicia a favor de los pobres,
enfermos, desposeídos y olvidados de la historia, creo, que Dios mismo se
manifestará de una manera inimaginable trayendo hacia nosotros su reino, y
cierro con las palabras juaninas de “ven pronto Señor Jesús.
-Ante lo antes
expuesto, es menester entender la necesidad de rencontrarnos, reevaluar,
revisar en continuo el conjunto de interpretaciones que, en un tiempo definido,
crearon los cimentos fundantes de la doctrina y dogma de fe cristiana.
-Lo que pasó en la
alta edad media, no puede, seguir siendo la base de lo creído a raja tabla, por
la imposición religiosa (sistémica) que nos ató y atornilló a la dominación
bajo la excusa de la fe en Cristo –puesto que siento que nada se hace
fortuitamente, porque la mejor manera de dominar es por las creencias que se
tienen. La fe se puede convertir en dominación.
-Siento que, Jesús ha
sido tomado para los fines que cada quien quiso obtener. Necesitaban, mantener
a los creyentes sometidos con las mejores “argumentos” o “argucias”, aun, fuera
del contexto y circunstancias en esa época, como las demás, estaba en el tapete
lo que diez siglos después perdura, aunque, en este tiempo, de la era
cibernética, informática y cuántica que nunca antes se había visto en la
historia de la humanidad. Seguir con lo mismo no tiene sentido. No es
necesario.
-Creo, que estamos
ante una nueva revelación que nadie la dictará, puesto que, vendrá sola
trayendo la utopía que tanto esperamos del Reino de Dios y su Justicia. Nuevos
tiempos estamos viviendo, aun, en medio del caos que sólo vemos alrededor. A
pesar de todo, no todo está perdido; el Dios de la compasión; el Dios de la
historia; el Dios de la vida nos ayudará hoy, mañana y siempre. Amén.
En esto pensad
JAIRO OBREGÓN
01/04/2021
Maracaibo, Venezuela
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