Comenzamos un nuevo año 2018
cargado de fe y esperanza en Dios que es nuestra fortaleza y escudo para
enfrentar la crisis sistemática. Este nuevo año es de recargarnos para nuevos desafíos.
Es por ello que la crisis se convierte en oportunidades para crecer, crisis
significa en sánscrito crecer. Esto desde luego se traduce en desafío al estado
de las cosas y de sus causas.
Este es un año donde todo
debe ser cambiado todo lo que podamos de manera que la creatividad y las
oportunidades se desarrollen para dar pasos agigantados y atrevidos en la
manera de plantearse las cosas. El seguir estancados en el lamento y la queja
no ayuda en nada, solo perjudica la atmosfera y atrasa lo bueno y lo positivo. ¿De
verdad la queja y el lamento ayuda en algo? De verdad que no, no ayuda en nada.
La creatividad da paso a
pensar y después hacer lo nuevo y no seguir en lo mismo. La creatividad encarna
la salida del caos, es darse cuenta que existen muchas cosas que no sabíamos que
podíamos rehacer, replantarse y rehusarse. La creatividad desarrolla la imaginación,
la inventiva y el abrirse paso de la nada. Solo una mente despierta y
productiva se abre paso en medio de la tormenta y la desesperanza. La palabra
no sé o no puedo es un arma que detonamos contra nosotros mismos. Hay que sacar
lo mejor de nosotros para salir adelante.
La creatividad es la capacidad
de generar nuevas ideas o conceptos, de nuevas asociaciones entre ideas y
conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales. La creatividad
es sinónimo del “pensamiento original”, la “imaginación constructiva”, el “pensamiento
divergente” o el “pensamiento creativo”… (Wikipedia).
La oportunidad es una
circunstancia, momento o medio oportunos para realizar o conseguir algo. “No
dejar pasar una oportunidad”, “hacen bien en aprovechar cualquier oportunidad
para optimizar sus recursos”… (Google).
Muchas veces de algo que
consideramos malo o negativo da paso a algo nuevo. Los experimentos desde los artesanos
hasta los científicos marcaron un antes y un después y eso se dio por la creatividad
y oportunidad. Una mala jugada dio paso a perfeccionar la jugada. Un traspié dio
paso a dar pasos firmes. Un accidente dio paso a realizar algo ascendente.
No hay algo más peligroso que
estar en una zona de confort. Nadie crea y ve oportunidad en un colchón seguro,
cómodo y acogedor. Si un niño no se cae no aprende a caminar. Todo tiene su
sentido mágico y misterioso en medio de todo. El mayor peligro para no pensar y
actuar son los miedos y los prejuicios que nos atan atornillados a un pasado
que no volverá. El ocio y la flojera no te sacan del estancamiento. Alguien dijo
que el pesimista ve una calamidad en cada oportunidad. Y que optimista ve una oportunidad
en cada calamidad. La peor pesadilla es una mente cerrada a la creatividad y la
oportunidad.
Se cuenta de un “aguilucho” de
alguna manera se crió en medio de corral de gallinas. En la medida que pasaba
el tiempo era totalmente distinto a los polluelos y éstos se burlaban de ese
que se creía pollo cuando en verdad no lo era. Un día vio volar a un grupo de águilas
y una de ellas le desafió y le dijo vuela, vuela alto. Es cuando abrió sus alas
y empezó a ser lo posible hasta lo imposible y pudo volar. Si se hubiera
quedado en su gallinero se hubiera creído que era pollo cuando se dio cuenta
que era una gran águila que se remontaba a las alturas.
Un día dos zapateros lo
contrataron desde Inglaterra para vender zapatos en África. Al cabo de un mes
uno de los vendedores se quejó y dijo que los nativos estaban descalzos y no
necesitaban zapatos porque estaban acostumbrados. El otro vendedor de zapatos
al mismo mes se contentó y pidió más zapatos porque los nativos estaban
descalzos y necesitaban zapatos no estaban acostumbrados. Todo es como cada
quien lo quiera ver. Así es la creatividad y la oportunidad, siempre van juntas
y ambas son indestructibles.
Algo así sucede de algo
inesperado y a su vez es sorprendente. Se cuenta que en la Segunda Guerra
Mundial, Japón quedó en ruina cuando fueron atacados por dos bombas nucleares en
Hiroshima y Nagasaki. La economía estaba en suelo, caos y miseria. Dos japoneses
se les ocurrió inventar una calentadora de arroz y lograron un éxito hasta que
un día estalló la calentadora y se quemó todo su esfuerzo y su éxito se vino abajo
quedando en la nada. De lo poco que quedó había unos circuitos y uno de ellos inventó
una radio y después un televisor etc., hoy en día de la nada del caos de lo
negativo, nació esa famosa marca Sony. Quien no sabe de esa marca comercial que
le ha dado la vuelta al mundo.
Esos dos nipones no se detuvieron a quejarse
sino que dieron paso a la creatividad y la oportunidad en medio de la nada. Todo
es como se nos presenta los desafíos. Hoy en día sus descendientes dan gracias
por todo lo supuestamente malo que les pasó a los inventores de Sony.
Seamos creativos. Aprovechemos
las oportunidades.
En esto pensad.
JAIRO OBREGÓN
Maracaibo, Venezuela.