La diversidad cultural de los pueblos y comunidades es un tema que no pasará a la historia tan fácilmente. Venimos de un gran mestizaje de la mezcla del indio, negro y blanco por no mezclar a las otras culturas de las otras partes del mundo. Todavía debemos reflexionar y meditar sobre lo que real somos y la potencialidad que tenemos por ser muchos y ser diversos a la vez.
Por
venir del colonia je de tres siglos en las Américas, la idea de que
somos distintos por la procedencia y del reparto a la que nos
sometieron, pareciera hasta un insulto hablar de la pluralidad
cultural como tal. Incluso, el separatismo de nuestro acervo cultural
de los pueblos y comunidades se masificó por la cultura dominante
del amo y patrón. Aun se encuentra en el ideario la manía de
despotricar a los demás por ser negro, indígena por ser raro o feo
hasta tal punto que muchos se consideraron de esa forma grotesca.
El
meollo de esto es y ha sido el racismo con sus mil caras que niega la
posibilidad de que podamos convivir en sana paz los unos y los otros.
Aun más el seno del hogar donde hay negros o morenos se les llama
por su color de piel. El ser así, distinto ya lo etiquetan hasta el
desprecio total. En esta degradación social da vergüenza de que se
queme viva a una persona por ser negra y se le parezca a un
adversario. El racismo no puede seguir siendo aceptado y tolerado
venga de donde venga.
Jesús,
habló de “amar a los enemigos”, enseñando que no era el
romanticismo de dejarse maltratar o vejar, era más bien amar al que
se consideraba extranjero, vecino o cercano. Dado que para los judíos
no toleraban a los gentiles puesto que no pertenecía a su clan o
tribu a la que se consideraban superiores o santos apartados. Por eso
enseñó la base de su buena nueva que era el “ama a tu prójimo
como a ti mismo”. (Mateo 5:38-48; 22:9).
La
cultura dominante que pretende regir al planeta nos quieren meter en
una camisa de fuerza. Ellos quieren que no exista gente pobre, sucia
y fea en su mundo de fantasía. Para ellos la gente no debe, ni puede
comer, vestir, hablar, caminar según su estereotipo. En su
imaginación quieren que esa gente marginal les sirvan como esclavos comiendo y
viviendo como indigentes emigrando por el mundo.
Nosotros
somos muchos y somos diversos esa es nuestra razón de ser
existencial. No podemos creernos que no nos merecemos lo mucho o poco
que tenemos en este mundo confuso por el desaliento. Tenemos con qué
y podemos hacer más y obtener los frutos del esfuerzo propio y común
al mismo tiempo. Es esa diversidad de colores, sabores, dialectos e
idiomas diferentes, donde radica la verdadera fuerza que nos da la
vida y la razón de vivir en mundo que a todos y a todas nos
pertenece: al blanco, al negro y al indio o mestizo. Eso es la fuerza
de lo diverso, de lo propio, de autóctono de lo bueno. Que bueno que
somos diversos y diferentes.
Muchos
estados del mundo consideran que la diversidad cultural es parte del
patrimonio común
de la humanidad. El concepto de intercultural idad apunta a describir
la interacción entre dos o más culturas de un modo horizontal y
sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos se encuentra por
encima del otro.
La
Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural,
adoptada por la Unesco en Noviembre de 2001, se refiere a la
diversidad cultural en una amplia variedad de contextos y el proyecto
de Convención sobre la Diversidad Cultural elaborado por la Red
Internacional de Políticas Culturales, en conjunto con entidades
cómo ENCATC y diferentes representantes de diversos continentes, los
cuales prevén la cooperación entre las partes en un número de
diversos asuntos.
La
diversidad de culturas refleja la multiplicidad e interacción de las
culturas que coexisten en el mundo y que, por ende, forma parte del
patrimonio común de la humanidad. Según la Unesco, la diversidad
cultural es para “el género humano”, tan necesaria como la
diversidad biológica para los organismos vivos.
La
diversidad cultural se manifiesta por la diversidad del lenguaje, las
creencias religiosas, de las prácticas del manejo de la tierra, en
el arte, en la música, en la estructura social, en la selección de
los cultivos, en la dieta y en todo número concebible de otros
atributos de la sociedad humana.
La
diversidad cultural es un tema obligado de la educación a todo nivel
en cualquier parte del mundo. Se necesita de “des-aprender” para
“aprehender” a valorarnos y respetarnos por la diversidad misma,
que es igual a la dignidad humana como tal. Necesitamos que sea
humana la humanidad en su inmanencia y practicidad. Lo diferente no
ofende, no ensucia, no huele y mucho menos duele, ni discrimina a
nadie. De igual manera, lo diverso y diferente no asusta, no acusa,
no desprecia, no separa, no despoja, no quema, no mata a otro
semejante.
Viva
siempre la diversidad que apoya y une los lazos de hermandad, de esa
solidaridad que proyecta un nuevo despertar de la conciencia de la
humanidad diversa y diferente. Que seamos todos iguales ante los ojos
de Dios, sea la creencia que se tenga de él en este mundo diverso y
diferente. Pensemos y seamos diferentes.
En
esto pensad.
JAIRO
OBREGÓN
18/11/2017
Maracaibo,
Venezuela.
https://es.wikipedia.org/wiki/Diversidad_cultural
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